El ex presidente Puigdemont, huído en Bélgica, exige que liberen a su cohorte encarcelada. Él, que pidió al pueblo catalán que continuase pacíficamente con la lucha por la República, el mismo que se va a Bruselas con un par, el mismo que no comparece ante la Audiencia para responder por sus delitos, sí, el mismo que debe suponer que los delitos no se pagan, que son gratis, que no tienen consecuencias. Él, el mismo que se salta la lay una vez tras otra, que dice que no acata las decisiones judiciales "españolas", que desprecia a todo aquel que no es independentista, sí, ese mismo, que pretenderá salir de rositas después de haberse saltado la ley en innumerables ocasiones, de procurar la fractura social entre catalanes, de dejar la autonomía al borde del precipicio económico, el mismo que jamás ha hecho autocrítica, el mismo que debe estar en lo cierto y los demás equivocados. Sí, él.
¿Se va a quedar en Bélgica "exiliado"? ¿seguirá desde allí arengando con esa serie de majaderías interminables? Me pregunto si se creerá realmente las estupideces que dice. Reconozco que me ponen enfermos los cobardes, los que tiran la piedra y esconden la mano, los abusones, los que juegan con sus reglas al grito de "la pelota es mía".
Morat, *Besos en guerra.
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