sábado, 25 de noviembre de 2017

SÁBADO

Salí anoche con mi amiga Isa a tomar algo, hablar, compartir un rato agradable. Nos acercamos a una nueva tasca que han abierto en La Esperanza y allí estuvimos una hora y media departiendo. Íbamos a ser tres, como las hijas de Elena, pero no pudo ser esta vez. Después, al terminar, otro poco de conversación en el coche y a casa. E esa hora yo no soy persona, desde hace muchos años, de manera que poco más hice, sacar a las perritas un rato, lavarme los dientes, algo de lectura (ahora "La ciudad solitaria", de Olivia Laing, que empecé hace un par de días) y a la cama.
Esperamos tormenta en las islas, los ayuntamientos han activado los servicios de emergencia, el Gobierno de Canarias  sus niveles tan coloridos por lluvias, pero aquí no cae una gota, ¡hice bien en regar ayer por la tarde!
Pues así, con el cielo semidescubierto pero sin llover, me levanto esta mañana con las gallinas y el gallo del vecino, ese mismo que canta a cualquier hora del día y de la  noche, para tomarme un café, sacar a las perritas y empezar el día sentado en el despacho. Quiero, necesito, terminar una memoria con la que me he comprometido y que por unas causas y otras se ha hecho de rogar. La termino, le adjunto el lunes o martes la ficha de eficiencia energética y voilà.

Ludovico Einaudi, *Nuvole Bianchi.

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