sábado, 15 de enero de 2011

1 DE MAYO, NUEVA PAPADA

Hoy se ha sabido que el próximo u de mayo Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II, por lo que estaremos una buena temporada, me temo, escuchando todas las maravillas y bondades del ínclito futuro santo. Extraigo del blog Azote de dioses otra visión del dichoso asunto.

BEATIFICACION JUAN PABLO II. MAGUFADA VATICANA
Hemos sabido hoy por los medios de comunicación que el Vaticano prepara para el 1 de mayo la beatificación de Juan Pablo II, predecesor de Benedicto XVI.

Este proceso se produce en un tiempo record, y el "necesario" milagro preceptivo para la beatificación se justifica por medio de una monja francesa aparentemente curada de Parkinson y que según relata rezaba todas las noches al fallecido papa. Vamos, que si la susodicha hubiera rezado al mismísimo Satán, y por pura lógica, estaríamos a punto de ver su ascensión al Paraíso y tendrían que buscarse otro malo malísimo.
En Azote de dioses somos aficionados a los blog de divulgación científica, que con acierto critican los remedios pseudocientíficos tipo pulseras magnéticas u holográficas, remedios homeopáticos, curanderos, videntes, etc, y que últimamente han puesto de moda el término magufada o magufo para criticar este tipo de actividades; y debe ser por eso, que tras leer la noticia, se nos vino enseguida a la cabeza la idea de estar ante una magufada más.

Veamos los puntos en común con otros fenómenos similares:
1 - Desde el punto de vista económico es un negocio redondo. Visitas al Vaticano (está previsto la exhibición del féretro papal junto al La Piedad de Miguel Angel), venta de estampitas, rosarios, escapularios, y demás artilugios, colmarán aún más de dinero las arcas vaticanas.
2 - Los milagros lo son porque ellos lo dicen; no se aportan pruebas de la sanación ni se hace referencia a los tratamientos médicos a los que presumiblemente estaba sometida la enferma. Además, ni se aporta ni sabemos como se podría aportar, la relación causa-efecto entre las oraciones de la enferma y la curación. Tampoco sabemos si entre las persona que le rezan a Juan Pablo II hay un porcentaje de sanaciones mayores que entre los que rezan a otros personajes, o más allá aún, entre los que no rezan a personaje alguno.
3 - Como el resto de magufadas, se trata de dar argumentos "científicos" a la beatificación, argumentando que la sanación ha sido avalada por su comité científico, sin que sepamos la composición de dicho comité ni se hagan públicos sus estudios y conclusiones para una posible crítica.
En fin, que al margen del "milagro" para el que desde nuestra posición atea no podemos ser más que totalmente incrédulos, peor aún nos resulta la beatificación de Juan Pablo II si entramos a valorar la catadura moral del personaje en cuestión:
1 - Muchos casos de pedofilia se dieron durante su papado, sin que el Espíritu Santo inspirase al papa a alejarse de delincuentes como Marcial Maciel, al que protegió no se sabe por qué.
2 - Aunque sus seguidores le atribuyen la cualidad de ser defensor de las libertades por su oposición a los regímenes comunistas, sus actuaciones fueron totalmente condicionadas por su posicionamiento ideológico, no importándole para nada las libertades si el que las conculcaba era de su "cuerda". Así, no puso reparo alguno en dejarse fotografiar y avalar con su compañía a fervientes católicos pero asesinos sanguinarios como Augusto Pinochet y demás dictadores de derechas. Dentro de la propia Iglesia, mantuvo una postura de oposición frente al movimiento denominado Teología de la Liberación, quizás uno de los pocos movimientos católicos orientados a la protección de los más necesitados; este acercamiento a los pobres debió olerle a nuestro papa a "comunismo".
3 - Su postura beligerante contra todo lo que oliese a anticoncepción es la causante de la muerte de miles de personas por ETS, mayormente por el SIDA. En contra de cualquier evidencia científica, no solo dio argumentos "ético-morales-doctrinales" contra el uso del preservativo, si no que se atrevió a ir más allá y negó la eficacia preventiva de su uso.
En fin, que la sanación de una persona, aún admitiendo la barbaridad de que pudiese ser cierta, poca importancia tiene si en el otro plato de la balanza ponemos las muertes y el sufrimiento causados por su ceguera, sus fanatismos, sus fobias y su poca habilidad al elegir sus amistades.

Nota: El propio Juan Pablo II padeció de Parkinson los últimos años de su vida, sin que pudiese él mismo sanarse. Si se confirmase la capacidad milagrosa de curar el Parkinson, estaríamos ante una de esas personas que son más útiles muertas que vivas.

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