Me envías un vídeo por Whassap y aún estoy epatado, no me atrevo a pensar que sea verdad. Se ve cómo se bajan dos personas de un coche y, al momento, aparece un hombre doblando la esquina, les pega dos tiros y se va sobre una moto que ha llegado a recogerlo. Unas imágenes que podrían pasar por una película, sin duda. Me dicen que se trata de imágenes de lo acontecido en París estos días, aunque quién sabe.
El hecho es que, sea o no verdad, la autocomplacencia del ser humano es tan desmesurada que somos capaces de dar por segura la realidad que nos rodea, en este caso nuestro estado de bienestar. Éste, adquirido tras muchos años de lucha y hasta de guerra, resulta ser tan frágil que a los hechos me remito. No podemos olvidar que antes de la llegada -democráticamente- de los nazis al poder en Alemania, el país era normal, con sus problemas; quién iba decirle al pueblo judío la locura que se implantó de la noche a la mañana... Y las guerras fraticidas en África o en los Balcanes.
No podemos, ni debemos, olvidarnos de que lo conseguido no se puede dar nunca por asegurado, desgraciadamente.
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