Parece que, salvo sorpresas, el invierno nos ha dejado finalmente y, ayudado por el cambio de hora, los días son más largos, más luminosos. Una buena disculpa para salir a la calle, al campo, a la playa, a un concierto, a leer en el parque, a pasear a los perros. Cosas simples que nos ayudan a ser un poco más felices, ¿no estás de acuerdo?
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