martes, 24 de febrero de 2015

EL CRISTAL DE LOS POLÍTICOS

Cuando uno es pequeño tiene siempre como referencia a los padres y su famosa frase: esto es así porque lo digo yo, ¡y punto! Con los años, ya en el colegio, los problemas tienen un planteamiento y una solución. Luego, más tarde, cuando uno ya ha leído sobre filosofía, ética, ciencias, etc., aparece la figura del político que, como un prestidigitador, mueve las fichas de tal forma que uno, si no está muy atento, puede acabar engañado. Esta tonta reflexión personal me viene a la cabeza después de escuchas en la radio un fragmento del debate del Estado de la Nación, donde parece que cada representante político vive en un país diferente o, simplemente piensan que somos imbéciles. Rajoy, con la autocomplacencia típica de un Presidente de Gobierno, expone que hemos salido (nos han sacado) de la crisis, que los contratos se multiplican, que la Sanidad va de maravilla, que somos felices y comemos perdices: Pedro Sánchez, como líder de la oposición, muestra otras cifras completamente diferentes, habla de parados de larga duración, de enfermos sin cobertura, de contratos basura, etc. Ya ven, un mismo problema planteado con diferentes premisas y con un resultado completamente diferente. ¿Es esto posible? obviamente no, o una cosa u otra, aquí no es posible el gris, o hay más parados o hay menos, o los contratos son precarios o de larga duración, o el acceso a la sanidad es universal o no lo es. Y que se dejen de engañarnos con eso del copago para que la Seguridad Social siga siendo gratuita, ¡vaya una falacia! La Sanidad la pagamos todos los españoles con nuestras nóminas, con nuestros impuestos, no es gratis ni lo ha sido nunca. La pagamos por adelantado hasta que morimos, ni más ni menos. Siempre recuerdo un chiste gráfico donde un periodista preguntaba a un político durante una rueda de prensa: >¿Cuando no estamos se ríen de nosotros? No puedo estar más de acuerdo. A ver, ¿para qué sirve realmente este dichoso debate? pues para nada, para escuchas a cada grupo contando su verdad que nunca se parece a la del contrario; pura lógica, se anulan. Si ya lo decía Campoamor...

En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira.

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