Mi ordenador, aparentemente con un virus, no permite que funcione ni el ratón ni el teclado. A ver qué me dice o qué le hace el informático; estaré un par de días sin él, eso seguro. Espero que cuando retome mi acvividad bloguera pueda escribir que el ingreso en el hospital de La Candelaria, aquí en Tenerife, de un hombre con síntomas del ébola, haya sido una falsa alarma.
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