La niñera que se convirtió en
madre de un niño judío
Por: Manuel Morales | 01 de octubre de 2014
En la Segunda Guerra Mundial y el
Holocausto también emergieron comportamientos edificantes de personas humildes
y valientes. La polaca Gertruda Babilinska (1902-1995) fue un gran ejemplo.
Ella era una católica en la Varsovia invadida por los nazis en 1939 que se jugó
el pellejo para ayudar a la familia judía Stolowitzky, que le había dado empleo
como niñera en su lujosa casa y, después, fue la heroica madre adoptiva del
pequeño Michael cuando Lydia, la mamá del niño, murió y el padre, Jacob, quedó
atrapado por la guerra en París y no pudo regresar a Polonia. Esta es la
historia que cuenta La promesa de Gertruda (Plataforma Editorial), libro escrito por el abogado y
periodista Ram Oren a partir de las entrevistas con los supervivientes de
aquellos hechos y sus parientes, así como con los documentos obtenidos de su
investigación. El texto fue publicado en 2007 en hebreo, se ha traducido a ocho
idiomas, con 250.000 ejemplares vendidos; de estos, unos 3.500 en castellano
desde que se editó en España el pasado mayo.
Hoy ligado al negocio del turismo
y residente en Nueva York, Michael Stolowitzky dice, por teléfono, que Gertruda
era "un ángel". "No solo fue buena para mí; lo era por
cualquiera que lo necesitase". En la conversación, Stolowitzky la llama en
todo momento "mi madre". "Es que yo tenía entonces dos años y no
recuerdo nada de mi madre biológica, así que Gertruda lo fue desde que tengo
uso de razón. Bueno, fue más que una madre porque lo que ella hizo, debe
hacerlo una madre por su hijo; pero en realidad no tenía ninguna obligación. Me
podía haber delatado, había carteles por la ciudad en los que se amenazaba con
la muerte a los que ayudasen a los judíos".
Oren, autor de best-sellers, ha reconstruido esta "historia
real" en una novela de 400 páginas en la que, además de la adinerada
familia Stolowitzky, muestra a otros personajes atrapados por sus asfixiantes
circunstancias personales, como el oficial de las SS Karl Rink, que se afilió
al nazismo para tener un puesto de trabajo y vio cómo sus correligionarios
asesinaban a Mira, su esposa judía, lo que le hizo tomar partido, de forma
disimulada y arriesgando su vida, por aquellos a los que le habían ordenado
exterminar. Así ocurre cuando se cruza con Gertruda y Michael para salvarlos de
una muerte segura. Michael aún lo recuerda: "Íbamos andando por una calle
de Vilna [adonde habían huido desde Varsovia] cuando cuatro soldados alemanes
nos detuvieron, nos apuntaron con sus rifles y me gritaron repetidamente:
'¡Bájate los pantalones!". Si aquellos nazis descubrían a un niño
circuncidado era su final y el de Gertruda. "Nos quedaba un segundo de
vida cuando una voz dijo: '¡Soltadle!, no es judío". Los soldados
siguieron las órdenes del oficial Rink y se fueron.
En un mundo en el que llegar vivo
al final del día era un triunfo, Gertruda Babilinska promete a Lydia
Stolowitzky en su lecho de muerte que cuidará de Michael como si fuera su hijo
y que lo llevará a la Tierra prometida, a Palestina. A partir de ese
momento, la pareja protagonista se enfrenta con extraordinaria valentía a las
penurias económicas, al frío, al temor de que alguien descubra que Michael es
judío y lo envíen a un campo de concentración, a las bombas...
Cuando el conflicto bélico acaba, Gertruda y Michael viven una nueva odisea: embarcan junto a otras 4.500 personas en el célebre barco Exodus, en julio de 1947, en dirección al lugar donde nacerá el Estado de Israel. Michael cuenta que cuando Ram Oren se puso en contacto con él, quería escribir un libro sobre el Exodus e incluir unas líneas de su odisea junto a Gertruda. "Sin embargo, cuando quedamos, hablamos durante horas y al acabar me dijo: 'Michael, nunca había oído una historia tan fascinante". El motivo de su libro había cambiado.
Cuando el conflicto bélico acaba, Gertruda y Michael viven una nueva odisea: embarcan junto a otras 4.500 personas en el célebre barco Exodus, en julio de 1947, en dirección al lugar donde nacerá el Estado de Israel. Michael cuenta que cuando Ram Oren se puso en contacto con él, quería escribir un libro sobre el Exodus e incluir unas líneas de su odisea junto a Gertruda. "Sin embargo, cuando quedamos, hablamos durante horas y al acabar me dijo: 'Michael, nunca había oído una historia tan fascinante". El motivo de su libro había cambiado.
Aquel niño llamado Michael creció
y el horror de la guerra quedó atrás. A finales de los años cincuenta intentó
recuperar parte de la enorme fortuna que su padre guardó en bancos suizos. Los
vericuetos de otra lucha que detalla Oren.
Sin que se trate de una gran novela, el texto narra con logrado realismo acontecimientos históricos como la Noche de los cristales rotos, del 9 al 10 de noviembre de 1938, o la lucha por la supervivencia en el gueto de Vilna tras la invasión nazi. Quizás lo más desgarrador del libro son las despedidas de seres queridos que esperan volver a verse pero son conscientes de que será muy difícil, que probablemente es la última vez que se abrazan. Y lo más fascinante de esta historia es cómo una y otra vez la abnegada Gertruda tuvo tantas agallas para superar las terribles dificultades y cumplir su promesa.
Sin que se trate de una gran novela, el texto narra con logrado realismo acontecimientos históricos como la Noche de los cristales rotos, del 9 al 10 de noviembre de 1938, o la lucha por la supervivencia en el gueto de Vilna tras la invasión nazi. Quizás lo más desgarrador del libro son las despedidas de seres queridos que esperan volver a verse pero son conscientes de que será muy difícil, que probablemente es la última vez que se abrazan. Y lo más fascinante de esta historia es cómo una y otra vez la abnegada Gertruda tuvo tantas agallas para superar las terribles dificultades y cumplir su promesa.
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