martes, 22 de octubre de 2013

GILIPOLLAS O TONTOELCULO

Esa lengua
21.10.2013 | 02:10

Sabrán que hace unos días el diputado Manuel Fernández, del Partido Popular, afirmó en sede parlamentaria que aquellas personas contrarias a las prospecciones de petróleo en las costas canarias son "gilipollas", lo que ciertamente ofrece una inmejorable oportunidad para analizar este término y buscar otros alternativos para evitar así efectos indeseados para el propio excelentísimo diputado.

El vocablo gilipollas es una rareza en sí ya que a pesar de ser un recurso socorrido por hablantes de todo el espectro social, e incluso por espectros a secas como hemos podido observar, aún no se encuentra con definición propia en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, lugar donde el número de gilipollas censados es escaso, salvo que se pronuncien en contra del petróleo.
Para conocer la realidad semántica de este bonito pero algo vulgar adjetivo la Academia se remite a su original gilí, que significa lelo, sin el pollas de Fernández, y que proviene del dialecto caló practicado por el pueblo gitano. Aquí en Canarias utilizamos mucho la palabra biruje, para decir frío o pelete, y cuyo original biruji también nos llega del mismísimo caló español.
Ahora bien queridos alumnos ¿cómo se compone un adjetivo descalificativo de este orden? Pues generalmente juntando una cualidad mental escasa o de poca enjundia con una parte bien chunga del cuerpo humano. En este caso vemos como se une la cualidad lela con el pene. Pero como no tendría mucho éxito un término como lelapene (un ejemplo a efectos didácticos sería: el diputado Fernández es un lelapene), se recurre a los valiosos sinónimos que, como pollas, tiene nuestro extensible aparato reproductor, y que para estas cosas es siempre víctima del choteo y la maldicia.
Por tanto, y ya se acerca el recreo, el único fallo del diputado-si lo hubiera, que no es este el objeto de estudio-, es de no ajustarse a la ortodoxia castellana tirando de términos más puros e inconfudiblemente españoles, como culo y tonto. Ejemplo didáctico 2: el diputado Fernández es tontoelculo.

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