miércoles, 22 de mayo de 2013

MÚSICA MOTORIZADA

Bajé hoy a Santa Cruz para almorzar con mis padres, en la moto como siempre, con la comodidad que supone no tener que buscar aparcamiento. Parado en un interminable semáforo, mirando esperanzado la luz roja, se colocó junto a mi un coche pequeño, blanco, con las ventanillas abiertas y con la música bien alta para animar a los vehículos vecinos. No sé describirla, no lo recuerdo, quizá reggaeton, una murga o algo así, pero el hecho es que mi pie derecho, el que mantenía la moto equilibrada convenientemente apoyado en el suelo, estaba moviéndose siguiendo el ritmo de la música, cualquiera que fuese. El conductor, feliz, se dio cuenta y me enseñó sonriendo el pulgar derecho hacia arriba, a lo que yo respondí con una sonrisa. En ese momento la luz cambió a verde, levanté el pie, la moto arrancó y el ruido sordo del motor volvió a apoderarse de mi cabeza dentro del casco.
La música es siempre música. 

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