martes, 28 de febrero de 2012

LA CULPA FUE DEL CHA CHA CHA

“En 2008 vi que las cuentas no eran transparentes pero no lo denuncié”
Urdangarin elude su responsabilidad y echa las culpas a la familia de su socio.
Andreu Manresa Palma de Mallorca 27 FEB 2012 - 22:26 CET
 
El yerno del Rey, imputado por supuesta corrupción, en su declaración judicial en el 'caso Palma Arena', contestó al juez y al fiscal con respuestas evasivas y en general negativas, mecánicamente, decenas y decenas de veces a lo largo de 23 horas, resumidas en 42 folios de letra prieta. Iñaki Urdangarin intentó eludir toda responsabilidad en el manejo de fondos públicos desde el Instituto Nóos, que presidía y en sociedad gemela de la que era dueño al 50% de Nóos Consultoría con su socio y coimputado, Diego Torres.

No rompió hasta 2008
“Rompí las relaciones con Torres, por la sensación de que las cuentas no eran transparentes pero no lo denuncié porque decidí acometer otros proyectos, pero además tampoco tenía las evidencias legales que posibilitarán el denunciarlo”. La fiscalía pregunta si le denunciará y él responde: “De momento no”. Y admite que mantenían “disparidad de criterios” sobre proyectos compartidos y sus facturaciones, y que estaba “insatisfecho” en el “reparto de beneficios”.
El duque de Palma buscó derivar en su socio Diego Torres y sus colaboradores el conocimiento o la autoría de las presuntas actividades delictivas. Pero hasta 2008, dos años después de que el Rey le indicara que debía dejar de hacer negocios y se apartara de la gestión de Nóos y sus fundaciones, siguió con estos cometidos. Para la Fiscalía, Urdangarin estuvo en los negocios bajo sospecha desde 2003 hasta julio de 2008, como mínimo.

"Me robaron el dinero"
“Por Aizoon facturé al Instituto Nóos 550.000 euros en 2005, a lo que hay que deducir una factura que nunca se llegó a cobrar por 147.800 euros. No sé por qué no se cobró esa factura. Me he enterado por este procedimiento (abierto a mediados de 2011). Yo entiendo que Diego Torres y Ana María Tejeiro (esposa de Torres), simulando que se había pagado esa factura, se habían quedado con el dinero".
La Fiscalía le repregunta: “¿Y por qué no reclamó el pago de ese factura en su momento?”. Fue ahí cuando el duque reconoció que Torres “le robaba” el dinero.

Medio millón en facturas irreales
—Fiscalía: Cuando usted llamó a Miguel Zoiro le dijo sobre Diego Torres: ¿Me está robando?
—Sí, contesta Urdangarin.
—Fiscalía: A uno bueno se lo está diciendo, que ha facturado por medio millón de euros contra el Instituto Nóos por servicios no prestados.
—Urdangarin: De eso me he enterado hoy.

El juez repetía hasta cuatro veces
“Cada vez que se le pregunta por facturas controvertidas ha dicho que era una labor que no le incumbía, se le exhorta a que aclare”, afirmó el instructor José Castro, que llegó a repreguntar hasta cuatro veces lo mismo. El duque se evadía así “habrá que preguntar a quien corresponda” y en casi todas las cuestiones derivó en su socio Diego Torres, la gestión, los precios, los proyectos; las facturas y gestiones bancarias contables en los hermanos Miguel, Marcos y Ana Tejeiro, más las contrataciones laborales de sus empleados, los pagos sin nómina de los mismos, recursos humanos para los sueldos.

Urdangarin se negaba a parar su declaración
Ante la extrañeza y malestar del entorno familiar sobre la dura y dilatada declaración en el acto se evidencia que el duque de Palma pudo “alegar cansancio, falta de serenidad o lucidez necesarias”, a las 9 horas efectivas. El juez le ofreció parar. El duque respondió a través de su letrado que estaba dispuesto a seguir hasta la madrugada del domingo, como así fue, casi 24 horas. Por otra parte, el juez Castro advirtió al duque que sangraba por una pequeña herida debajo en el labio. Se tocaba la cara continuamente. Rechazó la oferta del magistrado de parar el interrogatorio. Sacó un pañuelo de color y controló la mínima herida. Por otra parte, el fiscal Pedro Horrach, ante los reproches de la defensa por exhibir pruebas y declaraciones, dijo: “Solicito que se cierre esta declaración, ya”. Todo continuó.
“Contacta con los grandes patrocinadores (Sol Melià, Air Europa, Sa Nostra) y con la gestión de patrocinios en el Forum Illes Balears”.
Pero no tenía la función “de informar” o “no tenía la misión” de avisar a la Administración que sufragaba el proyecto. “Era Diego Torres quien debía asumir la obligación”, repetía. Él “era ajeno al sistema de contratación”. Él estaba “desvinculado”, “desconocía”, “ignoraba”, “no tiene constancia”, “se ha enterado ahora mismo”...
Urdangarin se dice “consultor en temas de estrategia, patrocinio y mecenazgo”. Además de “las relaciones institucionales a gran y alto nivel, diseño de planes comerciales, pero no el tema de la facturación”. Decenas de grandes marcas, anotadas en el acta, aportaron al tándem Urdangarin-Torres cerca de cinco millones de euros.

El Duque de Palma ingresó 300.000 € por asesoramiento verbal
Y lo hicieron sobre países, consejos “de utilidad”, sobre temas personales y profesionales, balonmano de la firma Global Consulting de Domingo Díaz de Mera, promotor del aeropuerto fallido de Ciudad Real y al que veía cada dos o tres meses. El yerno del Rey explica además que se integró en el consejo asesor en Marruecos de la inmobiliaria Mixta África.

Sobre la no-cuenta de Suiza
La asistente personal de Iñaki Urdangarin, Julita Cuquerella, remitió una nota manuscrita para acompañar dos ejemplares de los contratos de asesor internacional del duque con Aguas de Valencia y un ciudadano suizo de origen jordano titular de la empresa Alternativa General Services LTD y una cuenta numérica y de código del Credit Suisse de Laussana. “Me dice Iñaki”, escribe, “que tu ya sabes para qué es”. En el juzgado negó tener cuentas en paraísos fiscales. Señaló que la nota corresponde a uno de los titulares del negocio en el que él efectuó el papel de mediador.

Facturas o comisiones por trabajos que "no se han hecho"
Desconoce pero no niega las comisiones. Al duque de Palma le preguntaron si Nóos pagó “comisiones a algún político de la Generalitat Valenciana”. Respondió que “lo desconoce”. En 2006 se elaboraron 18 facturas por 581.717€ de la empresa Lobby Comunicación —una firma valenciana— contra su aliada Nóos por trabajos que, dice, “no se han hecho”. Es una de las pocas —y graves— respuestas no evasivas del esposo de la infanta Cristina. A la hora de saber ¿por qué se han pagado tales facturas? apunta que eso tendrán que responder los señores Zorio (propietario de Lobby de Comunicación) y Torres. Y reitera: “Yo no estaba al corriente dado que existía un servicio contable que se encargaba de estas cuestiones”.

Acta de la declaración de Urdangarin
El duque jugó “en la pista de pádel que existe en el palacio de Marivent”, con Jaume Matas, José Luis Pepote Ballester y el cuarto jugador misterioso, desvelado hoy, y que fue el exregatista Jordi Forteza. El duque allí propuso el patrocinio del equipo ciclista. Urdangarin asume que conversó de sus negocios privados en Marivent, en los jardines, con Matas. No dio cuenta de ello a su suegro (el Rey) ni a su esposa (la Infanta).

Consejos del Rey para dejarlo todo
“El cese de mi esposa y de García Revenga en Nóos se produjo el 20 de marzo de 2006 a raíz de una conversación mantenida con la Casa de su Majestad el Rey, que me aconsejó que dejara de contratar con administraciones públicas y así lo hice. A partir de ese momento intenté centrarme en el sector privado y abandonar completamente el sector público. Vendí mi 50% de acciones de Nóos consultaría también por esta recomendación (…) En modo alguno contravine la recomendación” del Rey.

La infanta y el secretario asesor
“García Revenga era un cargo de pura confianza sin poder dispositivo alguno, era puramente simbólico. No le dije a la Casa del Rey que lo iba a nombrar en Nóos porque ya participaba en unas fundaciones y no le impedían ejercer sus funciones de asesor de las infantas”.

Valencia, el papel de Rita Barberá y de Samaranch
“El señor Samaranch, (ya fallecido) entonces presidente del COI, me comentó su pesar porque Valencia, que ya organizaba la Copa América de Vela, no supiera aprovechar su repercusión y me sugirió que hiciera un estudio sobre la implicación de la ciudadanía al respecto y que se lo presentara. Así lo hice, le presenté lo que luego se llamaría el Valencia Summit y me anunció que me presentaría a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En febrero o marzo de 2004 se produce dicha reunión, el proyecto recibe una favorable acogida aportando la alcaldesa nuevas ideas al mismo. Aunque se muestra favorable, la alcaldesa me dice que se lo va a participar a la Generalitat por si deseara sumarse el proyecto. Todos los demás trámites tienen lugar con Diego Torres y yo soy ajeno al sistema de contratación, yo no fijé el canon de 900.000 euros, fue Diego Torres”.

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