Terminan mis vacaciones, sí, al menos la mitad de ellas. Aproveché para visitar a mi amigo Willy en San Francisco, y allí pudimos disfrutar de una desconexión absoluta recorriendo la preciosa ciudad y hasta nos dio tiempo para darnos un salto al Gran Cañón desde Las Vegas. Iré colocando, a modo de crónica, un resumen del viaje y algunas fotos ilustrativas.
El regreso desde San Francisco fue largo, cansado y sin incidentes. Llegamos a la isla ayer domingo por la tarde y el jet-lag empezó a hacer de las suyas.
Soy poco original y digo la tan recurrente frase: ¡pero qué poco tiempo duran las vacaciones! Mañana vuelvo a mi trabajo mañanero y las ganas son 0 sobre 10. A ver qué me encuentro en la oficina.
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