jueves, 7 de octubre de 2010

A QUIEN MADRUGA


Despertarse de noche da pocas satisfacciones, para qué engañarnos, por mucho que nos anime a ello el refranero español, por ende muy sabio. Mis perras siempre lo agradecen moviendo el rabo pues siempre es buena la oportunidad de salir al jardín o de ladrarle a cualquier ruido nocturno. Esta mañana salí al jardín también yo, realizando mi rito que consiste en ver si ha llovido (lo que automáticamente implica ahorrarme el riego de esa tarde), mirar el gran termómetro para saber el frío que hace y acabar echándole un ojo al césped. Hoy, además, me sorprendió que no había una sola nube en el cielo y que éste aparecía completamente estrellado. Pequeñas cosas como un cielo limpio y estrellado o un césped bien cortado ¿no les parece un placer? A mí sí, sin duda.

1 comentario:

Isa dijo...

Y si puedes ver a Orión en ese momento justo antes de amanecer, es otra maravilla maravillosa!!!!