Aretha Franklin, *Respect.
Atrás quedaron aquellos años donde uno podía asistir a una sesión del Congreso de los Diputados en España sin tener que escuchar insultos o, peor si cabe, reiteradas faltas de respeto. ¿Dónde han quedado los oradores de antaño?
Leía anoche -viendo algunos vídeos también- algunas perlas dichas en el Congreso ayer, el que ha sido un diei horribilis del Gobierno. Se dijo de todo, salpicado con exabruptos y las consabidas faltas de respeto, con luz de gas de Abascal en el momento en que habló Pedro Sánchez. "Elegante" y facilón desaparecer cuando sabes que no te va a gustar lo que escucharás, aunque igual es una manera inteligente de ahorrarse el mal trago de permanecer estoicamente en el escaño con cara de circunstancia, como se veía a Feijóo ayer. Lo mejor, posiblemente, lo que dijo Rufián, certero y comedido, elevando la voz para mandar a callar, un gesto automático y humano ante la evidente mala educación de parte de los allí presentes. Un olé por Àngels Barceló, un olé por sus palabras en Hoy por Hoy.
Leía anoche -viendo algunos vídeos también- algunas perlas dichas en el Congreso ayer, el que ha sido un diei horribilis del Gobierno. Se dijo de todo, salpicado con exabruptos y las consabidas faltas de respeto, con luz de gas de Abascal en el momento en que habló Pedro Sánchez. "Elegante" y facilón desaparecer cuando sabes que no te va a gustar lo que escucharás, aunque igual es una manera inteligente de ahorrarse el mal trago de permanecer estoicamente en el escaño con cara de circunstancia, como se veía a Feijóo ayer. Lo mejor, posiblemente, lo que dijo Rufián, certero y comedido, elevando la voz para mandar a callar, un gesto automático y humano ante la evidente mala educación de parte de los allí presentes. Un olé por Àngels Barceló, un olé por sus palabras en Hoy por Hoy.
Ya está bien de hablar de ETA, ¿cuándo vamos a pasar página? La banda terrorista anunció su disolución definitiva el 3 de mayo de 2018 (7 años atrás ya), aunque el "cese de su actividad armada" se produjo el 20 de octubre de 2011, hace casi 14 años. ¿Cuánto tiempo se debe considerar normal para pasar página? Nadie lo sabe.
ETA, los ya tristemente famosos 8 millones de inmigrantes y la corrupción, que parecería algo nuevo aquí. ¿Quiénes son ellos para tirar la primera piedra? Ya ven, con un par, sin que se les caiga la cara de vergüenza. A río revuelto, ganancia de pescadores.
Corruptos todos, "y tú más", a esto hemos llegado. No son todos corruptos, los hay, sí, pero no todos. Habrá que ver en qué queda todo porque, recordemos, uno es inocente hasta que se demuestra lo contrario, y esto lo hemos aprendido con sangre, como la letra que entra. Todos están ya condenados, lo sentencian las televisiones, la radio, los periódicos.
No voy a caer en la ingenuidad de pensar que Pedro Sánchez convenció a nadie ayer, me refiero a votantes del PP o de VOX; ¿qué aficionado al Madrid iría a ver cómo juega el Barça y cambiaría después de equipo? Pues eso.
Pero, en cambio, quiero pensar que sí es posible que, en la intimidad, alguno pueda haber visto la luz al escuchas al Presidente. Estoy expectante por saber qué opinan Aznar y Felipe González, que tanto monta.
"Cuestión de confianza superada ayer", leo, y estoy de acuerdo. Si la coalición que apoya a Sánchez lo hubiera querido, ayer se habría terminado la legislatura y a otra cosa mariposa. Pero no, adelante.
La bajamar no ha comenzado, aún queda carnaza e hilo para la cometa y la Oposición no va a perder la oportunidad de seguir utilizando la corrupción del PSOE como ariete. Están ellos bonitos para hablar de corrupción , para escupir al cielo.
Ojalá esto sirva para erradicar el "y tú más" y se centren en lo que nos interesa a los españolitos de a pie, la economía, la sanidad, el futuro, la vida misma.
Durante el día no tuve tiempo de saber lo que estaba ocurriendo en el parlamento, pero por la noche dí buena cuenta de ello. Al acostarme noté cómo mi pierna de derecha estaba preparando, tan feliz, uno de esos calambres tan desagradables y dolorosos, así que raudo me levanté para tomarme un relajante muscular, mi medicina favorita que atesoro cuando tengo oportunidad. Así, la ingesta de esta drogaína me sentó tan bien que esta mañana, al sonar el despertador, pensé ¡no me lo creo, si acabo de acostarme! Ni la hora del Ángelus. Dormí como un lirón que se decía antes; como un lechón ahora. Lirón o lechón, el caso es que me levanté zombi, subí a la oficina ídem y tras ese primer café con la COPE de fondo (hoy eufóricos tras lo de ayer) empecé a trabajar, en esta ocasión con un informe sobre la posible afección aeroportuaria de una obra.
Dormí de maravilla, como les cuento, pero el efecto relajante no se me ido del todo por lo que me temo que durante estas primeras horas del día estaré algo disperso ¿espeso? Lento, vamos.
Había sido la de ayer una mañana intensa, como mínimo, plagada de reuniones e incluso de toma de decisiones de esa que cuesta decidir. Ya está.
Amena conversación con un amigo arquitecto, dos años más joven, que me contaba cómo, a punto de cumplir los 60, había tomado la decisión de cerrar el estudio y dedicarse a vivir, tan simple como eso. Su caso es parecido al mío, salvo por los aviones en la ecuación, ambos arquitectos municipales durante las mañanas. Al terminar me despedí con un sencillo y emotivo, entre abrazos, ¡eres mi ídolo!
Suena "A casa di Irene" de Nico Fidenco en Soptify, el mejor dinero pagado junto con el que pago a mi asesoría fiscal. Ah, ¿tú pagas Spotify? me preguntaba un amigo el otro día. Sí, desde hace años, no pude soportar escuchar una ópera y que la cortara el enésimo anuncio de Melendi.
I giorni grigi
sono le lunghe strade silenziose
di un paese deserto
e senza cielo.
Me despido, no sin antes comentar una de 1987, "84 de Charing Cross", una delicia basada en la novela homónima de Helene Hanff. Si bien leí hace años la novela, la misma que regalé a mi familia unos Reyes, -un libro a cada uno de ellos-, no había tenido la oportunidad de ver la correspondiente película. Estas novelas son las joyas que me gusta leer y por consiguiente regalar. Ésta o la otra novela epistolar que me viene ahora mismo a la cabeza, "Paradero desconocido", de Katherine Kressmann Taylor, otra verdadera maravilla.
Veamos el argumento de "84 de Charing Cross": Una escritora americana, Helene Hanff (interpretada por Anne Bancroft), que vive en Nueva York, busca algunos libros. Entra en contacto con una librería de libros usados especializada de Londres, el número 84 de Charing Cross.
Inicia así una relación epistolar de veinte años con Frank Doel (Anthony Hopkins), empleado de la librería; y que la llevará incluso a enviar comida a los empleados de la librería, cuando se entera de que Londres
vive aún sumergida en una economía de posguerra. Los dos no se
encontrarán nunca, pero terminarán siendo amigos, compartiendo el amor
por los libros, por la literatura, por la lectura.
Feliz jueves con sabor a viernes.
♫
Dean Martin, *Gentle on my mind.

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