jueves, 17 de julio de 2025

FAR WEST

«Estoy de pie aquí, la frente coronada de mil arrugas, estoy aquí de pie, como un viejo San Bernardo, y miro a la lejanía, muy lejos, hasta el confín de mi infancia...»

Por obra y gracia de no-sé-qué, o sí, que es peor, y no precisamente del Espíritu Santo, me despierto sin remisión a las 4:22h a pesar de haber pedido un día de asuntos propios y poder dormir algo más. La cabeza va a su bola y como si se tratara de un cowboy del Far West ella decide por su cuenta los duelos en los que batirse. 
Si bien quería tomarme el día libre después de unos días intensos, tras soñar con un par de asuntos pendientes decidí poner los pies en el suelo cuando ya los ojos estaban abiertos como platos, tomarme un café y sentarme a trabajar, no antes escribir un poco sobre esta joya de libro con tan maravilloso título y encuadernación a la altura. "Trenes rigurosamente vigilados", de Bohumil Hrabal, es una novela que se lee paladeándola con sumo placer. Nuestro escritor, a la par que filósofo, ensalza y engrandece al hombre corriente con el que rápidamente te identificas. Humor y gran imaginación en un contexto negro de la Historia. Lo adoro.
A esta hora absurda acabo con esto pendiente y me siento a leer enclaustrado, huyendo de lo que promete ser un día muy caluroso y con calima. Es lo que más me apetece hoy, leer con música de fondo (¿Chopin tal vez?) y no pensar en nada, cosa difícil en mi caso. Les confieso que muchas veces echo mano a un truco para intentar dejar la mente en blanco, sobre todo cuando me acuesto de noche (la siesta es siempre automática), que consiste en materializar en mi cabeza un muro grande al que pinto de blanco, lentamente, con una brocha. ¿Sirve de algo? No sabría decirles, pero yo quiero pensar que sí porque acabo frito.

¿Qué nos dice la Wikipedia?: En un primer momento, la escritura de Hrabal muestra las influencias del surrealismo y del dadaísmo, utilizando los principios del collage y del montaje. Del movimiento dadaísta, Hrabal toma la capacidad de «aplastar» la realidad, fragmentándola de tal manera que los detalles cobran su propia importancia semántica e interactúan de manera inesperada con otros detalles en los que uno normalmente no repararía, considerándolos banales. En sus inicios como escritor, Hrabal se inspiró en autores como Louis-Ferdinand Céline y Giuseppe Ungaretti, siendo también un gran admirador de James Joyce, de cuya obra podía evocar pasajes completos. Considerado un escritor genuinamente entretenido, Hrabal poseía una sensibilidad capaz de entender la faceta cómica de lo absurdo de la existencia y en sus libros hay tanta literatura como filosofía.
En la obra de Hrabal destaca la perspicacia en la observación costumbrista y un talento narrativo novedoso y lírico. Hay que considerar que todos sus textos provienen de acontecimientos reales; nada es inventado, sólo desplazado en el tiempo y reajustado.​ A menudo los personajes de las obras de Hrabal son raros y extravagantes, antihéroes que poseen una inagotable alegría por existir, alegría que se manifiesta verbalmente. Actúan de modo atrevido, caracterizados por el interés por los detalles cotidianos y mínimos, poseyendo una gran dosis de imaginación creativa. En palabras del propio autor: "Allí donde fallo yo como hombre, fallan también mis personajes literarios. Por otro lado, ellos sienten orgullo por las mismas cosas que yo, es decir, por los pormenores cotidianos de la vida".
Marty Robbins, *Big Iron.

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