domingo, 20 de octubre de 2024

UNIVERSITAS


En mi primer viaje a Estados unidos, hace ya más de 35 años, tuvimos la suerte no sólo de disfrutar de Nueva York sino conducir por los Grandes lagos hacia las Cataratas del Niágara. A nuestro grupo estudiantil casi todos celebrábamos el "paso del ecuador" de la carrera de arquitectura-, se le había sumado un amigo valenciano, Leo, al que conocimos en el hotel, recién graduado y con expectativas de seguir estudiando o trabajando unos años en América, como así acabó siendo (trabajó unos años en la ONU o en el consulado de España, quiero recordar), y que quería conocer la posibilidad de realizar un máster en la Universidad de Harvard, en la ciudad de Cambridge, estado de Massachusetts, junto a Boston. Allí hicimos una parada que terminó, por cierto, en una inesperada cena al air libre en casa de un amigo canario, Pues, volviendo a Harvard, Leo nos contó en su momento el precio del curso y era desorbitado, como era de esperar. Paseando por el campus se entendía perfectamente cómo podría ser estudiar en una universidad como aquella; en su momento fue la universidad privada más impresionante que había visto.
En estados Unidos la oligarquía manda, eso lo sabemos muy bien a través del cine. En América estudian (en general, ya sé que generalizar no está bien) los buenos deportistas, los mejores estudiantes y los ricos, y no precisamente es ese orden. Las universidades se matan por tener en sus filas a los mejores en todos los campos y, si no puedes pagarlo, ya puedes encomendarte a un seguro bancario que te agarra de por vida o darlo todo en el deporte para que te den una beca. Si eres rico eso es otra cosa, tendrás el futuro a tus pies.
Si tú hubieses estudiado aquí arquitectura serías ahora millonario, me dijo una vez un amigo americano.
España, extensión del planeta americano como ya vaticinó Vicente Verdú, nos tornamos yanquis día tras día y ahora le toca el turno a las universidades privadas. En unos años éstas habrán desbancado a las otrora prestigiosas universidades públicas. Igual lo mío es pura envidia, a saber, ¿a quién no le gusta un baptisterio? No, ya me perdí. Quise decir ¿a quién no le gusta una universidad como Harvard para estudiar?
Y así, en las aulas, se cambia un país
La igualdad de oportunidades sale afectada cuando las universidades privadas ganan cada vez más peso.
Jordi Amat, 20.10.2024

“Y así se cambia un país”, escribía el periodista de este diario Carlos E. Cué en un tuit este viernes. Su diagnóstico era una interpretación política de un artículo de la sección de Educación. No era una noticia dura ni de última hora ni seguramente esperaríamos leerla en portada, pero la información que contaba Elisa Silió es muy valiosa. Muestra un camino en apariencia secundario por el que, piedrita a piedrita y desde hace nada, vamos avanzando con prisa y sin pausa para hacer estructural un cambio esencial: la igualdad de oportunidades como propósito democrático también queda afectada cuando las privadas van ganando más y más volumen en el sistema universitario del país.

En 1996, las universidades privadas no llegaban a 10 en España, pero pronto superarán las 40. Y la dinámica, desde el kilómetro cero, se va extendiendo. Está pasando, por ejemplo, en Andalucía. Lo contaba Emilio Cabrera hace pocos meses en Lavozdelsur.es. Hasta septiembre de 2023, el Parlamento andaluz solo había dado el visto bueno a una. Pero en mayo de 2024 ya eran cuatro más, ofertando carreras que se imparten en la pública. El nuevo paso, acelerado, se está dando ahora en Extremadura. Eso revelaba Silió. En una de las comunidades con el PIB per capita más bajo de España (21.343 euros en 2022 frente a los 38.435 de Madrid y la media nacional, que son 28.162), está prevista la apertura de cuatro centros privados. En teoría, la primera será la Universidad Internacional para el Desarrollo, aunque la Conferencia General de Política Universitaria elaboró un informe técnico desfavorable. Después podrían venir las otras tres cuya tramitación activó la Junta este verano, al tiempo que cambiaba el modelo de becas para priorizar la excelencia a la renta familiar.

“Está ocurriendo algo parecido a lo que sucede en la sanidad”, escribe Juan Pedro Velázquez-Gaztelu en el artículo de portada de Alternativas Económicas. “Cada vez hay más hospitales privados y cada vez más personas contratan un seguro privado”. Detrás de la expansión, claro, ya no solo están las organizaciones católicas, sino también grandes corporaciones. Planeta, por ejemplo. “Somos el tercer grupo de educación de España” dijo José Crehueras en su discurso del martes pasado para celebrar el 75º aniversario del grupo. Pero también fondos de inversión internacionales. El CVC, que en 2019 se hizo con una participación mayoritaria de la Universidad Alfonso X El Sabio por 1.100 millones, este año se planteó venderla por 2.000, según la prensa económica. En abril, el fondo sueco EQT compró la participación mayoritaria de la Universidad Europea por 2.200 millones.

Así se cambia un país. El 27 de julio de 2021, a propuesta del entonces ministro Manuel Castells, el Consejo de Ministros aprobó un real decreto cuyo propósito, sobre el papel, era dotar de instrumentos a las administraciones para planificar el mapa de universidades en virtud del principio constitucional de garantizar la igualdad entre los ciudadanos. De lo que se trataba era de controlar la proliferación de nuevos centros que, de alguna manera, están subvirtiendo la misión de la Universidad, ya que no responden tanto a una planificación académica como a la explotación económica de un nicho de mercado en el que la formación online tiene un peso creciente. Al cabo de cinco años de la aprobación del decreto, la mitad de los profesores deberían ser doctores, el 5% del presupuesto debía dedicarse a investigación y se debía impartir formación en al menos tres de las cinco grandes ramas del conocimiento. No se está cumpliendo. Quien tiene potestad para conceder la apertura de nuevas universidades, explica el exministro Joan Subirats, son las comunidades autónomas y, aunque no cumplan con esos requisitos, muchas lo están permitiendo. El mapa del poder territorial no engaña.

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