domingo, 20 de octubre de 2024

EL EMÉRITO, TREMENDO EJEMPLO

 


¿Qué se hizo con el dinero? ¿Dónde está?

¿Qué ha sido de la fortuna oculta que acumuló el rey emérito durante su reinado? El destino de los 10 millones de dólares que recibió del rey saudí Jaled Bin Abdelaziz nada más ser coronado es un misterio. Tampoco se conoce el paradero de los 1,9 millones de dólares (unos 1,7 millones de euros) que recibió en 2010 como donación del rey de Bahréin y entregó en Ginebra en una maleta a Arturo Fasana, el gestor de su cuenta suiza en la banca Maribaud, según reveló EL PAÍS y acreditó el fiscal jefe del cantón de Ginebra, Yves Bertossa.

Se ignora igualmente donde recalaron los otros 36 millones de dólares que el teniente general Emilio Alonso Manglano anotó en su diario y que según Juan Carlos I se emplearon en ayudar a la Transición española. Solo está acreditado documentalmente el paradero de la fortuna que afloró durante la investigación del fiscal Yves Bertossa en Suiza y la de la Fiscalía del Tribunal Supremo en España. Ambas archivadas.

Diez de los 15 millones de euros ocultos en los 'trusts' de Jersey han acabado en una ONG británica por expreso deseo de su último beneficiario, Joaquín Romero Maura, fallecido en 2022 en una residencia de ancianos en Zaragoza.

Los 65 millones de euros que le transfirió en 2008 el Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí siguen en poder de Corinna Larsen, expareja del rey emérito. Juan Carlos I se los donó de forma “irrevocable” en 2012 cuando el banco suizo Mirabaud & Cie lo obligó a cancelar su cuenta a nombre de la sociedad panameña Lucum. Entonces, la relación de ambos era de complicidad. Cuando la pareja se rompió, el rey emérito los reclamó sin éxito y libró una larga batalla en la trastienda con Larsen. El rastro del dinero dejó su huella en una cuenta de esta última en el banco Gonet en Nassau, un paraíso fiscal de Bahamas. Y desde allí, al menos 39 millones salieron en dirección a otra cuenta de Larsen en el banco Fieldpoint de Nueva York y a cuentas en el Reino Unido, según desveló este periódico.

Con esa fortuna, la consultora alemana adquirió en Inglaterra ChyKnell Hall Estate, una lujosa mansión por la que pagó 6,7 millones de euros y puso a nombre de una fundación cuyo beneficiario es su hijo Alexander, de 18 años.

El rastreo a las propiedades de Larsen compradas con dinero de Juan Carlos ha sido un fiasco. Los tres millones que le transfirió desde su cuenta en el banco Mirabaud & Cie para la compra de dos apartamentos en la estación de esquí de Villars fueron “préstamos” ya devueltos, según la consultora. Y un terreno en Marrakech valorado en casi dos millones, un regalo del rey de Marruecos exclusivamente para ella. Lo mismo sucedió en la investigación sobre un apartamento de seis millones en Eaton Square (Londres).

Otro misterio sin resolver es el paradero de la transferencia de cinco millones que recibió Larsen del Gobierno de Kuwait en una de sus cuentas ginebrinas del Mirabaud & Cie. El dinero llegó semanas después de que Juan Carlos I visitara ese país árabe durante un viaje oficial. Ella alega que fueron pagos por sus servicios de consultoría.

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