Las noticias de ayer me preocupan, tanto que en uno de mis sueños vívidos de anoche, recuerdo veladamente, pensé en la guerra. Nuestra época, un puzzle como cualquier otro, a pesar del confort al que hemos llegado, cada vez tiene más fichas que no encajan y que nos retrotraen a tiempos pasados que jamás fueron mejores. Jamás.
Parece que Israel bombardea en Siria la residencia del embajador de Irán y mata a varios mandos militares pertenecientes al Cuerpo de Guardias de la revolución Islámica, cuerpo creado por Jomeini. ¡Agüita! (Si les apetece repasar la historia nada mejor que leer el maravilloso cómic "Persépolis" de Marjane Satrapi).
Pues sí, cómo no darme miedo ver lo que pasa en Oriente Medio, en Israel, en Palestina, en El Líbano, en Siria... todo bajo la sombra de Irán. ¿En qué acabará todo esto? Si es que termina.
Ahora que NETFLIX nos muestra la serie "El problema de los tres cuerpos", verdadera cuestión matemática irresoluta, es un buen momento para replantearnos si no sería mejor, tal y como preocupaba antaño a los galos, que el cielo cayera sobre nuestras cabezas. Sin hijos, sólo les pido a las nuevas generaciones que lean, que viajen y que disfruten de las bellezas que aún nos ofrece el planeta porque la cosa se pone fea, muy fea. Y lo dice un optimista recalcitrante.
¿Lo peor? Como siempre la poca altura de nuestros políticos, allá y acá.
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Nick Cave & The Bad Seeds, *O Children.
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