Otro día empieza, el día de Mercurio, a ver qué nos depara. Hoy huí del café tempranero y por extensión de los malos augurios, las noticias negras, la lista de muertos, los zombies, los ultracuerpos. Prefiero apoyarme en la ópera, como siempre, en la fuerza de Cecilia Bartoli que no hay quien la pare.
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Vivaldi, "Orlando furioso". *Ah fuggi rapido.
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