Cuánto tardaremos en caer todos, o casi, en una terrible depresión viendo lo que se nos viene encima, por no decir lo que ya tenemos sobre nuestras cabezas.
Acabo de llegar de la calle y la ciudad tenía ese aspecto de belleza triste, las calles vacías, muy pocos coches y caras largas allá donde miraba al pasar. Bajé en moto a Santa Cruz, como estaba previsto, y no tuve ningún problema para desplazarme. Banco, notaría, casa de mis padres, farmacia, visita de obra y finalmente oficina de Correos (cerrada, por cierto). En casa ahora, hace frío aunque no llueve. ¡Qué comienzo de primavera tan triste!
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Rossini, Stabat Mater.
*X. In sempiterna saecula, Amen.
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