Llego ayer de viaje para encontrarme la isla sin luz, apagón general o "0 energético", como les gusta llamarlo a los periodistas. Un contratiempo que, como no podía ser de otra manera, activó el sentido del humor de propios y extraños.
Hoy, ya de resaca de lo acontecido, la radio echaba humo (otra expresión tópica y típica) entre la autocomplacencia "por el gran trabajo desarrollado" y entrevistas a personajes que, de una forma u otra parece que tenían algo que decir; en una de éstas escuché a una señora que decía algo muy lógico: nos quejamos de las torres eléctricas y de las antenas de telefonía móvil, pero se corta la luz y se va la cobertura unas horas y ponemos el grito en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario