sábado, 23 de febrero de 2019

UN DÍA DE POCO ÁNIMO

Créanme si les digo que el asunto de la profesión de arquitectos, sobre lo que escribía hace un momento, me tiene amargado. No me gusta que un cliente me eche en cara su descontento por el tiempo en la redacción de un proyecto; yo prefiero no tener que disculparme una y otra vez, las discusiones me desgastan mucho.
Pondré algo de música para seguir con mi espiral de comida de coco: Mahler y su Adagietto. Mejor música ahora imposible.

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