martes, 14 de enero de 2014

UN AÑO CON BUENOS AIRES

Comienza un nuevo año lleno de buenos aires para olvidar los dos últimos, malos malos. Las cosas han empezado bien, vacaciones navideñas para recargar baterías, cambios en el trabajo y buenas nuevas en general. Claro que todo cambio supone movimiento de fichas y, como dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos. Difícil y con poco recompensa es ver la vida desde la barrera siempre, aunque probablemente sea la postura más inteligente, pero no, hay que mojarse, hay que seguir fiel a los principios pase lo que pase. Y cuesta, cuesta muchísimo. La experiencia del acoso laboral es terrible, y más cuando alguno de tus propios compañeros es quien se arrima al fuego que más calienta... (y hasta aquí puedo escribir). Y como yo no creo en el castigo divino sino en el terrenal, y no deseándole el mal a nadie, utilizando de nuevo el rico refranero español solo me queda decir que quien siembra tormentas recoge tempestades. Nada sale gratis, amigos míos. 
Pero como siempre hay que mirar el vaso lleno y no vacío, de toda experiencia se saca algo positivo y yo he podido recoger cariño de las personas cercanas y hasta de las más insospechadas. ¿Qué decir de una llamada telefónica inesperada para darme apoyo? Está claro que quien tiene un amigo tiene un tesoro.

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