Ser demócrata no es fácil, aunque lo parezca. Hoy tenemos que estar contentos por dos cosas, ha ganado Obama y el Tribunal Constitucional ha avalado el matrimonio gay, o sea que ha triunfado el progresismo. Y como era de esperar las voces más recalcitrantes y trasnochadas se han empezado a oír. He aquí donde vuelven a enseñar sus verdaderas caras: no son demócratas. Aceptar las reglas del juego es básico para la convivencia en paz, de manera que estamentos como el Tribunal Supremo o el Constitucional debe respetarse porque si estas altas instancias pierden su credibilidad, ¿qué nos queda? El periódico La Gaceta se atreve a colocar en portada un titular que dice "SERÁ CONSTITUCIONAL, PERO NO ES MATRIMONIO", es decir, ellos saben más que nadie y ya hasta se permiten poner en tela de juicio una sentencia de los tribunales, en este caso del TC. ¿Y qué decir de la Iglesia? Bueno, que no sorprende a nadie su matraquilla, erre que erre con los maricas, el aborto, el divorcio... ¿pero en qué mundo viven? Señores, que se les va terminando el chollo, que a predicar en los púlpitos. Ya tenemos los políticos que tenemos como para ver a los curas ahora haciendo también política. ¿Aceptarán alguna vez estos sujetos y estos periódicos que la sociedad progresa y que lo que no es importante no lo es? El obispo Munilla pone la guinda, acusando al Tribunal de falta de fidelidad a la Constitución, ¡increíble! La pena es que no haya nadie que le cierre la boca a esta gente recordándole que estamos en un país aconfesional.
Siempre me viene a la cabeza una frase de la película "Los niños del Brasil", en un momento en el que el cazanazis (Lawrence Olivier) entrevista en la cárcel a una asesina del Reig; ella se niega a contestar y le hace un par de desplantes, a lo que él contesta simplemente: ¡Ya no es usted carcelera señora! Esto mismo es lo que me apetece decirle a los obispos estos que se creen iluminados y osan criticar a los poderes del Estado como si nada... ¡Ya no son ustedes carceleros señores! La época en la que el clero era uno de los poderes del Estado se terminó con la muerte de Franco y con la firma de la Constitución. Esperemos que durante el tiempo que le quede al PP en el Gobierno no le dé más pábulo a estos elementos propios de la Edad Media.
No hay comentarios:
Publicar un comentario