El embrujo de los grandes trenes
Por: Isidoro Merino
A veces apetece huir. ¿Hacia dónde? Qué más da. El poema Viaje a Ítaca, del alejandrino Kavafis, resume la filosofía de los grandes trenes, donde lo importante no es la meta, sino el camino en sí mismo. Pide que tu camino sea largo.
1.- El gran Ghan (Australia)
Después de más de un siglo, el sueño de unir por tren el norte y el sur de Australia se hizo realidad en febrero de 2004, cuando The Ghan, un convoy de dos locomotoras y 42 vagones, recorrió en 54 horas los 2.979 kilómetros que separan las ciudades de Adelaida, en el sur, y Darwin, capital de los territorios del norte, con una parada intermedia en Alice Springs. Con más de un kilómetro de longitud, es también uno de los mayores trenes de pasajeros, aunque es superado con creces por su compatriota, el tren minero Pilbara, de la compañía BHP, con ocho locomotoras, 662 vagones y siete kilómetros de largo.
2.- Venice Simplon Orient Express (Londres-Venecia)
Un sueño que se mueve a 70 kilómetros por hora. Una travesía en el espacio –Londres-Venecia- y en el tiempo, hasta 1891, cuando el mundo parecía girar más lento. El primer Orient Express unía dos veces por semana París con Estambul vía Estrasburgo, Múnich, Viena, Budapest y Bucarest, pero el servicio se suprimió en 1962 y le sustituyó un nuevo Orient Express Directo, cuyo último tren circuló en 1977. Algunos de aquellos primeros trenes, con sus cabinas exquisitamente decoradas en estilo Art Decó, fueron restaurados por la compañía que actualmente lleva su nombre y en 1982 volvieron a circular. En 2013 también viajarán entre Venecia y Estocolmo.
3.- Ferrocarril de Jungfrau (Suiza)
El Aletsch es el glaciar más largo de Europa (23 kilómetros), aunque ha perdido una tercera parte de su superficie y la mitad de su masa en los últimos 150 años. Se puede acceder en el ferrocarril de Jungfrau, que parte de Interlaken y trepa hasta los 3.454 metros de altitud atravesando el interior del temible monte Eiger (3.970 metros) antes de alcanzar la estación de Eggishorn, la parada de tren más alta de Europa.
4.- Tren de la Araucania (Chile)
El vuelo entre Santiago y Temuco, la ciudad del sur de Chile donde transcurrió la infancia y juventud del poeta Pablo Neruda, dura poco más de una hora. Hacer el mismo viaje en los trenes de Terrasur lleva ocho horas, pero permite embeberse de los paisajes acuosos de la Región de los Lagos, los mismos de los que el poeta chileno escribió: "Me llevaron sin habla / hasta la lluvia de la Araucania. / Las tablas de la casa / olían a bosque, a selva pura. / Desde entonces mi amor fue maderero / y lo que toco se convierte en bosque". Durante el verano austral también funciona un tren turístico con locomotora a vapor.
5.- Deccan Odyssey (India)
Los 21 vagones azules del Deccan Odyssey atraviesan el enorme Estado de Maharashtra, en el sur de la India, en un viaje desde Bombay que, durante siete días, visita las ciudades de Pune y Aurangabad, los templos de Ganapaiphule y Kailash, las playas de Goa y las cuevas hinduistas y budistas de Ellora y Ajanta. Este tren-hotel, en la línea de otros ferrocarriles de lujo como el Palace on Wheels (palacio sobre ruedas), que hace una ruta similar por las llanuras del Rajastán, tiene dos restaurantes, spa con tratamientos ayurvédicos y yoga, biblioteca y 48 suites.
6.- Southern Link Star (Taiwan)
Con la inauguración, en 2003, del Southern Link Star, el tren que recorre las espectaculares montañas y acantilados del sur de Taiwan, entre las ciudades de Kaohsiung y Taitung, se completó el último tramo de la línea férrea que permite circunvalar la isla china por algunos de sus puntos más interesantes.
7.- Shangri-La Express (Rusia, Uzbekistán, Mongolia y China)
Los mil kilómetros de vía férrea entre Kashgar, en el lejano oeste de China, y Urumqi, capital de la inmensa y desértica provincia de Xinjiang, permiten completar en tren el tramo chino de la Ruta de la Seda, un largo viaje que parte de Xian, donde se encuentra el ejército de terracota que protege la tumba de Qin Shi Huangdi, el primer emperador, y atraviesa algunos de los paisajes más asombrosos de China: las Montañas Celestiales, la depresión de Turfán o los “yermos ululantes” del desierto de Taklamakán. La ruta se puede hacer en ferrocarriles chinos similares a los que describe Paul Theroux en su libro En el Gallo de Hierro, o en trenes de lujo como el Shangri-La Express, que enlaza Moscú y Pekín en un viaje de 10 días por Rusia, Uzbekistán, Mongolia y China.
8.- La Bella del Norte (Reino Unido)
Inspirado en la línea de los Vintage Trains de los años treinta, el Northern Belle, de la legendaria compañía Orient Express, entró en servicio en 2000 como hermano gemelo del que hace la ruta entre Londres y Venecia, ofrece escapadas de un día o de fin de semana a lugares como Bath y Edimburgo.
9.- El expreso de Alaska (EE UU)
Hay muchas razones para viajar. Una de ellas puede ser acampar frente a un glaciar, dormir en bosques inabarcables de abedules y abetos, ver osos grizzly y contemplar algunas de las montañas más negras, afiladas y remotas del planeta. El Alaska Rail Road enlaza Anchorage y Fairbanks con paradas en lugares como Healy, cerca del parque nacional Denali.
10- Transiberiano (Rusia)
Hasta 1904, cuando se inauguró la línea férrea de 9.288 kilómetros que une Moscú con Vladivostok, atravesar Siberia era una difícil aventura, hoy reducida a un plácido traqueteo por las estepas y taigas siberianas. Varios ferrocarriles distintos recorren la ruta del transiberiano en una maraña de trenes con distintos números, precios, confort y destinos (el Transiberiano tiene paradas en las ciudades de Irkustk, Krasnoyarsk, Yekaterinburgo, Novosibirsk, Omskl y Tomsk). Desde agosto de 2011, un nuevo tren internacional enlaza las capitales de Rusia y de China. Un recorrido de 14 días con paradas y excursiones en Kazán, Ekaterimburgo, Novosibirsk, Krasnoyarsk, Irkutsk, Ulán-Ude, Ulán-Bator y Erlyán.
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