Volví a ver anoche la estupenda, dura, película "Sleepers". Había tenido la oportunidad de leer hace años la novela de Lorenzo Carcaterra, la cual me impactó mucho. El tema, desarrollado con mucha crudeza, sobre los abusos a menores en los reformatorios americanos (en este caso en el supuesto "Hogar Wilkinson para jóvenes", al norte de Nueva York), gira alrededor del tema de la venganza, y con él nos vamos involucrando en lo sucedido hasta desear que ésta se lleve a cabo, sin importarnos mucho cómo.
De algún modo encontramos paralelismos con algunas novelas de Patricia Highsmith -recordemos la novela "El talento de Mr. Ripley"-, donde nos ponemos del lado del protagonista sin importarnos que sea un asesino manipulador. He ahí la grandeza de la literatura, fuera la moralidad y bienvenida sea la venganza, que siempre se sirve mejor fría.
Hell's Kitchen, donde se desarrolla el libro de Carcaterra, ya no es el barrio deprimido que fue, ahora forma parte de la trama urbana de Manhattan, un barrio de clase media con un estupendo Flea Market, en el que estuvimos hace un par de años, también atravesado longitudinalmente por la High Line; en definitiva un barrio para pasear y sentir el verdadero Nueva York.
Una interesante novela que, por su tema, puede leerse como si se hubiera escrito ayer mismo, dado que, desgraciadamente, los abusos sexuales a menores siguen a la orden del día. En España la novela se publica con el título "Sleepers: hijos de la calle".
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