No creo que podamos hablar de Primavera Árabe a estas alturas, si acaso de otoño o invierno, pero está claro que el sátrapa sirio El Asad ha sido el siguiente en caer. Sanguinario recalcitrante ha aguantado 13 años de guerra civil, claro está que con apoyo externo de Rusia e Irán.
Ya habrá tiempo para saber los hechos y condicionantes por los que estos dos países dejaron caer al mandatario sirio, o al menos lo que dirán los periódicos, las televisiones, la Historia. Por ahora es tiempo de ver el día de la marmota, un déjà vu constante: estatuas del dictador destruidas, pillaje y destrozos en el palacio presidencial, hombres y más hombres celebrándolo armas en ristre, etc. Ya pasamos por esto mismo anteriormente en Egipto, Túnez, Yemen, Bahréin, Libia... Antes lo vimos en Irán cuando Jomeini echó al Sha, o los talibanes volviendo al pasado en Afganistán. No está nada escrito aún (o sí), pero da miedo leer sobre los grupos "rebeldes" que han derrotado a Al Assad, una escisión de Al Qaeda, para empezar. De entrada las imágenes dan miedo, habrá que ver cómo se van sucediendo las cosas.
Por lo pronto El Asad estará ya bebiendo vodka y contando lingotes.
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