martes, 22 de agosto de 2023

DON ELÍAS


En Canarias, como en pocos lugares de España me atrevería a decir, los ultramarinos, las tienditas del barrio, la del "baja a la esquina y compra huevos y leche", han formado parte indisoluble de nuestra infancia y adolescencia. Pocos eran los afortunados de tener un supermercado cerca, los más nos teníamos que conformar con estas pequeñas tiendas donde, casi casi, vendían de todo; frutas y verduras, carne y pescado, productos de limpieza, de mercería, ropa, etc. Como bien decía el eslogan de Quillet, la que fuera tienda emblemática de Gran Canaria, "desde un alflier hasta un elefante". 
En las islas disfrutábamos de productos desconocidos en la península, importados desde Venezuela, Inglaterra o Portugal: leche en polvo holandesa, diablitos para untar en el pan, ambrosías, chocolates y frutellas
¡Ah!, y no olvidemos que se podría comprar de fiado, apuntando en una libreta cochambrosa lo que debías, abonándolo a final de mes. ¿Me lo apuntas? decías con la compra en la mano. Qué tiempos aquellos...
Ya fuera Don Elías, Don Luciano o cualquiera de ellas, estas ventitas han ido desapareciendo inexorablemente con la llegada de los grandes supermercados donde la familia media se ahorra lo indecible. Cosas del capitalismo.
Hoy pagas frente a una cajera, con suerte, o te cobras tú mismo mediante un robot. repito, cosas del capitalismo.

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