Tomar la decisión de no ver la televisión ni leer los periódicos es prácticamente imposible de hacer, aunque con tesón se consigue. No encender el televisor es lo más fácil, no se nos ha perdido nada y, si te descuidas, la enciendes y te sale TELE5 en plan flash estroboscópico que puede conseguir que sufras un ataque de epilepsia, y no es plan. No leer la prensa, ahí está el quid de la cuestión. Arduo trabajo estar en modo OFF total. Lo intento, pero no lo logro al 100%, me puede la morbosa curiosidad de saber si en Canarias hemos pasado de nivel pandémico; de conocer el tema de la reunión Ayuso-Pedro Sánchez, en la que parece que únicamente se habló de Cataluña; de la campaña para ilegalizar VOX, por homófobo, xenófobo e instigador al odio, como en su momento se hizo con la filoetarra BATASUNA; la presumible remodelación del Gobierno; los turistas, alemanes e ingleses; la llegada de esta pobre gente, exhausta, a nuestras costas... Primavera que no llega.
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Jarabe de palo, *De vuelta y vuelta.
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