Nos hemos ido acostumbrando a una situación, a la de la pandemia, perfectamente imprevisible. Yo no sé vosotras, Amistades, pero yo me siento fuera del tiempo ordinario desde hace más de un año y medio. Y me fascina nuestra capacidad de adaptarnos.
¡Buenas tardes!
(Traigo para regalo un mapamundi del año mil).
Amelia Varcárcel
No conviene adaptarse al Covid y a sus imposiciones porque una vez que nos deje en paz, si ocurre, corremos el peligro de, incluso en su ausencia, seguir "encovidados" por pura costumbre. Asi operan las religiones, las tradiciones, los hábitos y las costumbres, los dogmas y los ritos, no siempre deseables. Que el covid bendito no se vuelva una segunda naturaleza, tan difícil de erradicar. Yo no salgo sin mascarilla, aunque esté permitido, me lavo las manos más que Pilatos y mantengo más distancia que los boxeadores prudentes. ¿Podré descovidarme con facilidad cuando llegue el momento o logrará domesticarme...?
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