Después de otra semana intensa, larga, llego al jueves por la noche tan cansado como es de esperar después de los madrugones y las mañanas a velocidad de salto de trampolín. Pero como bien está lo que bien acaba y esta semana ha sido finalmente productiva (y positiva), aguanté hasta las tantas viendo "Abierto hasta el amanecer", disfrutando de las absurdas conversaciones entre los protagonistas y de las muertes gratuitas, una detrás de otra. Si bien otras películas envejecen muy mal -véase, si no, la saga de Mad Max, las antiguas-, ésta de Robert Rodriguez, estrenada en 1996, lo ha hecho realmente bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario