Terminé de leer hace un momento el libro de Stefan Sweig "Carta de una desconocida", del que ya hablé hace algunos días. El libro es pequeño, se deja leer por lo ameno y bien escrito, pero es duro, triste y poco esperanzador. Igualmente da gusto leer siempre buena literatura, aunque quizá estemos en tiempos en que lo que apetece es leer a Julio Verne por lo utópico, que para realidades las nuestras.
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