De los abogados, ¡líbranos Señor!, dicen las crónicas, pero ¿qué haríamos sin ellos cuando se les necesita? Imprescindibles en la vida civil, poderosos en la Administración, hay de todo. He tenido estos últimos días dos reuniones con buena gente, esos juristas con lo que al hablar terminas con buen sabor de boca y hasta optimista, que ya es decir mucho. Entre abogados, asuntos de Urbanismo y aperitivo vespertino en buena compañía, pasó la tarde de ayer tranquila y sin incidencias. Hoy cónclave, mañana chi lo sa.
Empieza una mañana sin mucho lío en el horizonte, solo veo apuntada una reunión a última hora por lo que el día se presenta apacible, sin contar con las cosas urgentes que aparecerán, siempre lo hacen. Las tardes son otra cosa, rara es la semana donde no hay algo organizado y no precisamente vida social: reuniones, papeleo que resolver, alguna Memoria, planos que terminar... La vida normal del arquitecto autónomo.
Esta mañana, COPE de fondo, primer café del día escuchando al vecino enterado de turno quejándose de las obras en su calle, las mismas que le dejarán las aceras flamantes y las instalaciones como nuevas. Por supuesto ¡las obras se pueden hacen en un mes!, ¿cómo que en dos? Es que la gente no sabe trabajar. El mismo que llevaba años quejándose de lo mal que está su calle. En fin.
"Para remachar esta especial primavera, con motivo del apagón, hemos descubierto que hay mucha sabiduría científica escondida, y que he comprobado en las interlocuciones con un cliente de la papelería, con un taxista y con mi prima, la que trabaja en una oficina bancaria. Hay que ver lo que sabe la gente de gigavatios, de ciclos combinados, y hasta de ilusionismo, pues el presidente Sánchez ha hablado de la desaparición en segundos de 15 gigavatios, como cuando el mago Juan Tamarit hace desaparecer una jota de picas que teníamos bien agarrada. También hemos descubierto que Marruecos nos echó un cable -nunca mejor dicho- para reiniciar el mecanismo, que los portugueses no se fían de nosotros, puesto que no se han enganchado a nuestra red después del apagón, y que los franceses (siempre estos gabachos, ¡vive Dios!) han sacado pecho porque a ellos les afectó poquito. Dicen que exportamos energía mientras se producía el apagón, lo que me vuelve a llevar a Juan Tamarit, porque ¿cómo se puede exportar algo que no tienes? Ya digo, hay mucho que estudiar. Y hemos aprendido otra cosa: la culpa es de Pedro Sánchez, de lo que sea, siempre, con lo cual nos ahorramos tediosas investigaciones."
(Extracto del artículo del CANARIAS 7 de ayer, firmado por Emilio González Déniz).
Me hizo gracia esto que leí y me acordé de lo que me contaba un amigo hace un par de días: he visto a un tertuliano hablando con vehemencia del corte eléctrico, y al día siguiente, al mismo, hablando del cónclave como el erudito en derecho canónico nº1. Así somos, concluyó.
Con las vacaciones en el horizonte la cosa no está fácil de resolver este año, con la vista puesta allende los mares, aún sin decidir si será al Este o al Far West, queda tanto por ver. Por lo pronto ando empapándome algunas guías de viajes y de esto y de dos conversaciones pendientes ¿o tres quizá? saldrá lo que tenga que salir.
Feliz miércoles.
♫
Richard Ashcroft, *A song for the lovers.


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