Mitterrand dijo en su ya famoso discurso de despedida "El nacionalismo es la guerra", y me temo que nunca llegó a saber cuánta razón tenía. Este dichoso chauvinismo que nos rodea nos hace ir contra la ley natural que es la unión, unirnos ante la adversidad, unirnos para ser más fuerte, unirnos para poder defendernos, unirnos para celebrar nuestras raíces comunes. El Reino Unido deja la UE sin que acabemos de entender cómo esta cortina de humo pudo haberse convertido en una realidad. A los que creemos en Europa, a pesar de nuestras diferencias, sólo nos resta tener fe en el futuro y en que la coherencia llegue a nuestros vecinos. Ahora estaremos pendiente de Escocia...
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