domingo, 27 de octubre de 2019

LA LOTERÍA Y EL PANADERO

No me entero, estoy en la luna. Con mi proverbial falta de memoria me voy anoche a la cama, como las gallinas, olvidando completamente el cambio nocturno de hora. Así, esta mañana me levanto de la cama a las 8, que eran las 7, o lo que es lo mismo a las 7 que eran las 8. Con tanto lío me fui a una cafetería a tomar un café y a leer para hacer tiempo hasta que abrieran el supermercado cercano pues debía comprar veneno para ratones (esta mañana vi uno tan feliz en mi salón, uno que no debía medie más de 5 ó 6 cm, pobre). Ya en el coche, entre el aturdimiento del despertar y el dichoso cambio de hora,  me encuentro que; ¿las emisoras de radio de la Iglesia y los canales de TV no son suficientes para su proselitismo religioso? Después de unos segundos de misa y de canto gregoriano en Radio Clásica, sentado en la cafetería terminé el libro de Maigret con el que estaba y continué con el último de la saga Millenium. Simenon me entretuvo, pero con él e pasa lo mismo que con Agatha Christie, han envejecido mal. Su literatura me resulta cursi y redundante, pasada de moda. 
Hoy, con la resaca de la exhumación de Franco, los catalanes majaderos que siguen erre que erre (compadezco a los no independentistas, agazapados todos en sus casas), los mítines preelectorales y las dichosas y recurrentes encuentas que tienen menos fiabilidad que un horóscopo, me dispongo a aprovechar la mañana dibujando un poco a ver si adelanto parte del trabajo acumulado. 
Me supera la vida, entre el trabajo de por la mañana, el poco tiempo para el vespertino y la falta de sueño, me pregunto si este ritmo lo podré aguantar mucho más. Un conocido me decía el otro día que me encontraba ansioso, nervioso y jadeante ¿me debo preocupar?
Hace un par de días, durante la pausa para el café de mediodía, terminamos hablando de la lotería y comentando si seguiríamos trabajando después de ganar una cuantiosa suma de dinero. Me sorprendió tal disparidad de respuestas, casi para todos los gustos. Cuando me tocó a mi decir qué haría no dudé ni un segundo en contestar, dejaría de trabajar en 0,0. Recuerdo haber comentado como, cada año el día de la lotería navideña del Gordo, siempre salía algún copioso ganador que decía "pues yo mañana vuelvo a abrir la panadería". Siempre me ha parecido increíble esta respuesta.
En fin, esto es lo que hay, planos de instalaciones por delante, Verdi en Soptify y una temperatura extrañamente alta para estar a las puertas de noviembre y después de una tormenta muy ruidosa ayer.

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