Anoche dormí poco y mal, soñé mucho. Estuve toda la noche resolviendo mentalmente un informe complicado que me había comprometido en terminar; frase por frase en mi cabeza, toda la noche. A las 4 decidí levantarme ya, no conciliaba el sueño, por lo que me di una ducha y me senté a trabajar. Tenía el informe tan fresco en la cabeza -mi subconsciente había trabajado como los duendes del zapatero- que en dos horas lo tenía listo para entregar.
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