Esta mañana el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, de Coalición Canaria (CC) ha cesado al concejal de urbanismo (PP). ¿Motivo? El voto en contra del edil ante el inminente derribo del edificio de aparcamientos de la playa de Las Teresitas, lo que los periodistas han mal llamado "el mamotreto".
Yo, como arquitecto municipal, he trabajado con varios concejales de urbanismo y son consciente de la dificultad que implica el puesto: dificultades políticas, técnicas, administrativas, etc. Sé que no es fácil estar entre todos estos frentes y, además, contentar al partido, a los ciudadanos, a los demás grupos del gobierno, a la oposición y, sobre todo (me atrevo a decirlo) a la integridad personal.
El hecho es que el cese de Garcinuño, sin conocer los entresijos de la política municipal santacrucera, me parece un error, así como me parece otro, una aberración, derribar el edificio en cuestión para, posteriormente y con un par, volverlo a construir. No hay razón alguna para destruir algo y volverlo a levantar, no porque es una burla hacia el contribuyente, que dirían los americanos, y atenta contra el más básico sentido común.
La política es como el fútbol, todo el mundo sabe, pero es necesaria y es lo que sustenta nuestro estado de derecho y de bienestar. Ni que decir tiene que soy el más crítico del mundo con los políticos corruptos, no hace falta sino leer lo que escribo a menudo en mi modesto blog, pero aún así creo que es necesaria; ¿hay algo mejor que el servicio a los demás? Si el precio que hay que pagar por hacer lo correcto es un expediente del partido al que se pertenece, un cese o cualquier cosa similar, ¡vienvenido sea todo y sigamos viviendo según nuestra conciencia!
Vaya pues aquí mi reconocimiento a Carlos Garcinuño, arquitecto, ex concejal de urbanismo, y vaya también mi reiteración de la barbaridad que supone la demolición del "mamotreto".
4 comentarios:
Muy acertado el comentario. La historia del mamotreto es un total despropósito, y demolerlo para construir otro aparcamiento en el mismo lugar, como dicta el planeamiento, algo incomprensible. En efecto, manejamos el dinero público con una alegría francamente preocupante.
En España no es importante el gasto que se le achaca al contribuyente, da lo mismo. Lo vemos ahora en el edificio de Las Teresitas, lo vimos en el robo (llamado expropiaciones forzosas) del Parlamento de Canarias, etc. Derribar "el mamotreto" para volverlo a construir es de película de Almodóvar, de risa, si no fuera algo tan serio.
Me parece muy bien lo que han dicho, ya que cada área, tiene que tener un buen profesional como es Carlos Garcinuño, ya se sabe en la política, es mejor poner a uno sin estudios, que así se les maneja mejor.
Comparto lo acertado de los comentarios.
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