Hay una mezcla entre esperanza, repulsión, preocupación y fe en la justicia al ver sentados en el banquillo a tanto ex-presidente de comunidad, ex-asesor, ex-alcalde, en definitiva a quien fuera un mandamás en España. No sé si esta época se conocerá en los libros de Historia como la era Camps, era Matas, era Cachuli, era Bigotuda, era Urdangarín o simplemente la era del embutido -también llamada del chorizo-. Por supuesto nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, y debe ser así. Sólo pido que no nos tomen el pelo durante los juicios, que dejen de ganar la lotería mes tras mes (vuelta a la tomadura de pelo) y que los chorizos apechuguen con lo que han hecho, que bien nos cuesta a los demás un ojo de la cara, un riñón y hasta un huevo, con perdón, ganarnos un dinerito al mes para pagar la hipoteca de manera honrada.
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