sábado, 6 de julio de 2024

SANTORINI PARA EMPEZAR

'Preikestolen, Noruega 2022. Time lapse de 1h30'. Una de las imágenes de Natacha de Mahieu de su proyecto 'Theatre of Authenticity'. Su objetivo es visibilizar una forma de turismo de masas que es 'invisible' porque se extiende en el tiempo. La idea de esta serie es mostrar el impacto individual de cada turista en el entorno natural y el papel de las redes sociales en las tendencias turísticas. NATACHA DE MAHIEU

Esta tarde se celebra en el centro de Barcelona una manifestación reclamando que se pongan límites al turismo. No es la primera que recorre las calles del país. Se vio en Canarias, en Palma de Mallorca o en Málaga. Pocas fueron más icónicas que la ocupación de la cala Caló d’es Moro en Mallorca. Allí donde siempre hay colas de personas que replican lo que han visto en Instagram, un grupo de locales se plantó para decir basta: los nietos del “Spain is different” no pueden más.
El diagnóstico sobre los problemas derivados de la centralidad económica del sector del turismo -el precio de la vivienda, el gasto de agua, la sobrexplotación de recursos, la pérdida de identidad de las ciudades…- es un tema recurrente del ensayismo que crítica un determinado modelo de desarrollo que provoca uno de los sentimientos que, como un fantasma, recorren nuestro tiempo: la desposesión.
Hace unos meses abordamos la cuestión a propósito del libro de Anna Pacheco. Esta semana Noelia Ramírez piensa sobre la misma cuestión. Pero lo valioso del reportaje de esta excelente periodista cultural es que descubre una corriente de fondo, emparentada con ese diagnóstico, que ya tiene manifestaciones culturales de cualidad. Hay una generación que no solo es contraria a la dinámica depredadora del turismo. También se rebela contra la idealización del viaje. Pasa aquí y pasa en otros lugares. Aparece en poemas, canciones, novelas y ensayos. Ya no es vivido como una vía de escape. Puede sentirse como otra forma de estar atrapado. Y, a la vez, como una forma de afirmarse.
Además de las dos imágenes fascinantes del proyecto "Theatre of Authenticity" de Natacha de Mahieu, el reportaje va con un pedazo fotogalería de Carlos Pérez Siquier.
Cenábamos anoche con unos amigos y terminamos hablando del turismo en Sitges, que multiplicaba por no-sé-cuántos sus habitantes en verano, y en general en todo el mundo. Contaba que justo ayer había visto una foto, buscando imágenes para las cambiantes cabeceras del blog, de Santorini, preciosa, con sus cúpulas azules y sus casas blancas. Pero algo me llamó la atención, unos pequeños puntos oscuros que se repetían salpicados en la imagen: posición de pinza con dedo pulgar e índice, foto ampliada y voilà. Los puntos ¡eran turistas! Gente y más gente apretada en cada terrada o mirador, cámara en ristre, "disfrutando" del precioso paraje. Pensé, ¡qué gana de ir a Santorini!

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