martes, 31 de mayo de 2022

LA 3ª

 
Escucho de manera recurrente que todo esto de Rusia desembocará en la 3ª Guerra Mundial. Miedo me da (ser optimista).

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 

PSICOLOGÍA PRO BONO

Elisabet Navarro, Shoasib Arshad y Marc Batuecas, personas menores de 30 años que acuden a las terapias individualizadas gratuitas que ofrece el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat. MASSIMILIANO MINOCRI

10 sesiones gratis con el psicólogo: el plan de Sant Boi de Llobregat para jóvenes que no pueden pagar 50 euros por terapia
El municipio, de unos 80.000 habitantes, destina 160.000 euros al año a un servicio de atención psicológica para menores de 35 años para hacer frente al “colapso” de la atención primaria y los tiempos de espera en salud mental.
Sant Boi de Llobregat - 31 MAY 2022 - 05:30Actualizado:31 MAY 2022 - 10:58 CEST
https://elpais.com/sociedad/2022-05-31/10-sesiones-gratis-e-inmediatas-con-el-psicologo-el-plan-de-un-ayuntamiento-catalan-para-jovenes-que-no-pueden-pagar-50-euros-por-la-terapia.html

A veces sucede que la alcaldesa de un pueblo es psicóloga clínica de formación. En Sant Boi de Llobregat, a 11 kilómetros de Barcelona, Lluisa Moret, en mitad de la pandemia puso el foco “en un momento vital que para el resto de administraciones públicas no suele ser prioritario”: la juventud. “Hay un agravio de clase”, cuenta. “Quien tiene dinero se paga un psicólogo privado y quien no, sufre”. Llegó a sus oídos que los chavales no sabían adónde ir, que conseguir una cita con el psiquiatra en el sistema público era casi imposible. En enero de 2021 lanzaron desde el Ayuntamiento que dirige un servicio pionero en Cataluña, sesiones individuales de terapia gratuitas e inmediatas para personas de 16 a 35 años.

Desde el inicio han atendido a 326, y tuvieron claro que no realizarían tratamientos a largo plazo. Ofrecerían un máximo de 10 sesiones, lo que en la privada puede ascender a unos 500 euros. Los problemas psiquiátricos, el riesgo de suicidio, los trastornos de la conducta alimentaria o los casos de violencia de género se derivarían al “organismo competente” después de la primera entrevista. Los casos menos graves, aquellos para los que el sistema sanitario tarda más de tres meses en dar una primera cita con el especialista, eran su objetivo principal. Toma de decisiones, conflictos familiares o de pareja, falta de amigos, dificultades en las relaciones sociales, crisis de ansiedad… problemas que necesitan acompañamiento.

España, con seis psicólogos clínicos en la red pública por cada 100.000 habitantes, está tres veces por debajo de la media europea. Cada año salen unas 200 plazas de psicólogos internos residentes (PIR), y para llegar a estos estándares europeos harían falta más del doble. También escasean los psiquiatras: 11 por cada 100.000 personas, casi cinco veces menos que en Suiza (52) y la mitad que en Francia (23), Alemania (27) o Países Bajos (24). Cataluña también está por debajo de la media europea, pero mejora notablemente los indicadores nacionales: tiene el doble de psicólogos clínicos que la media española, y 13,4 psiquiatras por 100.000 habitantes.
En una antigua fábrica y sin bata

Los dos psicólogos que atienden en las dependencias de juventud de Sant Boi, ubicadas en una antigua fábrica de textiles, no llevan bata blanca. José Manuel Murillo, de 30 años y psicólogo clínico, presume de que su piercing de la ceja derecha le “vincula” mejor con los chavales. Noemí Vilà, de 26, cuenta que usan un lenguaje que nada tiene que ver con el de señores de 50 años. La alcaldesa Lluisa Moret, del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), quiso contratar a especialistas jóvenes del pueblo para, de paso, crear empleo.

Marc Batuecas, de 20 años, lleva tres sesiones. “Vine por problemas familiares y de autoestima”, cuenta. Una de sus obsesiones es su estética. “Sé que es mental, pero no salgo de ahí”. Su pelo se ha convertido en el centro de sus frustraciones. Se lo ha cambiado mil veces, ha llevado tres tipos de rizos con la permanente, se lo ha teñido de gris platino, rapado. No le gusta. Tampoco su frente. “En los cuatro años que duró la ESO me trolearon bastante, los compañeros me hicieron daño”. Lleva tatuado un ojo gigante en el brazo ―“es cómo nos miran o cómo sentimos que nos miran”, dice―. Lo que más le duele es la relación con su madre. En casa, donde también vive su hermana de 22, nunca comen juntos, cada uno se paga lo suyo. “No tengo el amor de mis padres”. Se divorciaron siendo él pequeño.

José Manuel Murillo, que le está atendiendo, explica que hay problemas emocionales que cuesta tanto asumir que se trasladan a aspectos físicos. “Hay una falta de supervisión, de cariño, de atención… puedes apagar eso enfocando tu dolor en otra cosa, en un monstruo que puedas gestionar mejor. Es una lógica en la que piensan que como no le importan a nadie, se van a exigir lo imposible”. En el año y medio que llevan funcionando, lo que más han detectado son conflictos familiares y ansiedad. Un 62% de los que han acudido son chicas y un 37% chicos. Del total, el 69% son estudiantes y el 53% viven con alguno de sus progenitores. La mayoría de ellos reportaron trastornos del estado de ánimo y baja autoestima.

Noemí Vilà y Jose Manuel Murillo, psicólogos del servicio del Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat en una de las salas de terapia. MASSIMILIANO MINOCRI

Marc Batuecas, al que diagnosticaron TDA (Trastorno por Déficit de Atención) y dislexia a los 15 años y que no ha podido pagar la logopedia, se angustia por el dinero. El año pasado tuvo que dejar sus estudios de FP para trabajar en tres residencias de mayores. Pudo ahorrar unos 5.000 euros. Se paga su comida, su ropa y contribuye con todos los gastos de casa. “No puedo hablar con mi madre, solo grita… no nos entendemos, ojalá pudiera independizarme”.

La otra psicóloga, Noemí Vilà, cree que el confinamiento ha sido el gran drama. “Les ha afectado mucho y les ha generado un déficit en las habilidades sociales”. Las pantallas actúan como máscaras, explica, de forma que los más jóvenes pierden la capacidad de desarrollar el lenguaje no verbal. “En la adolescencia lo van refinando, también la resolución de problemas cara a cara”. La espera para acudir a la primera sesión es como máximo de siete días.

―¿Qué es lo que te produce tristeza?
―No lo sé, por eso estoy aquí.

El que contesta es Shoaib Arshad, de 21 años. “Me daban bajones y se me iban las ganas de todo”. No quiso ir al médico de cabecera porque no quería medicación. “Tengo amigos a los que les han dado pastillas mientras esperan meses hasta tener la primera sesión”. Tampoco podía pagar 50 euros por una hora en la privada. Graduado en FP, trabaja cuatro horas a la semana como monitor en una asociación de personas con discapacidad intelectual y no llega a los 150 euros al mes. Llegó hace 10 años de Pakistán y no se ve en la universidad. “Tengo fotofobia, la luz me daña los ojos y termino con dolor de cabeza”. Se ha alejado de su familia y de sus amigos. “El confinamiento me cambió, intento retomar cómo solía ser antes, era muy sociable, intento volver”. Le agobia ver que todo está en el aire, que tendría que tener 20 trabajos para independizarse. Quiere vivir solo, y los alquileres en Sant Boi están por los 800 euros. La psicóloga le ha recomendado que se vuelva a acercar a alguno de sus cinco hermanos, viven todos juntos.

“La pandemia ha tenido un impacto emocional sin precedentes, la política tiene que adaptarse al momento vital, no podemos acomodarnos en políticas estancas que generen desafección”, señala la alcaldesa Lluisa Moret. Este año han destinado 160.000 euros al servicio de atención psicológica (el presupuesto total del consistorio asciende a 95 millones al año) y prevén contratar a otros dos especialistas antes del verano. “En la adolescencia se dan transiciones que te marcan para el resto de tu vida, sobre todo en las familias más vulnerables, había que hacer algo frente al colapso de la salud mental”. El 37,7% de la población del municipio tiene entre 16 y 35 años (31.670 personas). El pasado octubre, la Generalitat empezó a dotar a los centros de atención primaria de una nueva figura: el referente para el bienestar social y emocional. No son psicólogos clínicos, sino que su propósito es hacer sobre todo prevención. Se ha contratado a 230 profesionales, lo que cubre más de la mitad de los centros de salud de la comunidad.

Murillo y Vilà también dan talleres de educación emocional para grupos donde les enseñan a detectar la sintomatología ligada a la baja autoestima, ansiedad, depresión o el bullying. Les hablan del oso blanco. “Cierra los ojos y no pienses en uno. Cuanto más intentas olvidar algo, más veces te viene a la mente. Por ejemplo, el Richi que te ha dejado... Aquí aprenden técnicas de relajación”, señala Murillo.

Elisabet Navarro, de 29 años, hizo el taller, pero antes reservó una primera sesión individual online desde Holanda, donde estuvo seis meses de Erasmus. “A veces no tienes nada grave, pero necesitas un pequeño mentor”. Había vivido un cambio cultural bestial. “Los holandeses son más de disfrutar de la vida, de vivir más lento. Pensé, ¿por qué corremos tanto en España, a dónde queremos llegar?”. Ya no era la misma, y no sabía si quería volver a Cataluña. Suponía volver a las obligaciones, a su trabajo como entrenadora personal para poder pagar sus estudios universitarios. “Al final me vine y luego necesité otra sesión para aceptar el cambio, nunca hubiese pagado la privada porque no me lo puedo permitir”.

TAJINASTES

Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, Tenerife. Tajinastes en flor.
















Tajinaste o taginaste es el nombre genérico que se da en las islas CanariasEspaña― a la mayoría de especies de porte arbustivo del género Echium, mayoritariamente endémicas de dicho archipiélago. El nombre proviene del idioma guanche, reconstruido como: ⵜⴰⵉⵏⴰⴵⵜ, *tainast, palabra femenina que significa 'aguja'​ y que perdura hasta nuestro tiempo. La gran acumulación de tajinastes formando un "bosque" se conoce como tajinastal.

DÍA DE CANARIAS


Ayer celebramos en las islas el Día de Canarias. Yo, en particular, asistiendo a un concierto en la Plaza del Adelantado de La Esperanza, en una tarde preciosa.

Se olvidaron los chapines
de que para el agua fresca
no existe vaso mejor
que una hoja de ñamera.
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!

Sólo son riscos pelados
la de ayer fuente bermeja.
Los ojos de Santa Clara
manan solamente piedras.
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!

Los montes de mi niñez
se están muriendo de pena
porque los Chorros de Epina
ya no suman sino restan.
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!

Los silbos se desvanecen
y los guinchos son ausencia.
Adiós guirres, aguelillas,
barbusanos y tederas.
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!
¡Ay, cómo suena de sed
el tambor de La Gomera!

Los Sabandeños, *Tambor de sequía.

lunes, 30 de mayo de 2022

AARON SHIKLER

"Portrait of a seated man in an interior"-Aaron Shikler, 1959.

JACARANDA MIMOSIFOLIA

Caserones, Telde. Gran Canaria.


NIÁGARA

Cataratas del Niágara, verano de 1988.

GORDOS

La genetista Cecilia Lindgren, directora del Instituto de Macrodatos de la Universidad de Oxford (Reino Unido). UNIVERSIDAD DE OXFORD

Cecilia Lindgren, experta en obesidad: “Basta con un exceso de 100 calorías al día para ganar 4,5 kilos al año”
La directora del Instituto de Macrodatos de la Universidad de Oxford ha iluminado las raíces genéticas del sobrepeso y combate “la idea errónea de que las personas obesas se atiborran”.
Reikiavik (Islandia) - 26 MAY 2022 - 05:20Actualizado:26 MAY 2022
https://elpais.com/ciencia/2022-05-26/cecilia-lindgren-experta-en-obesidad-basta-con-un-exceso-de-200-calorias-al-dia-para-ganar-tres-kilos-al-ano.html

Cuenta la genetista Cecilia Lindgren que, cada vez que da una charla sobre la obesidad, alguien del público levanta la mano para sugerir que la solución es fácil: comer menos. A continuación, el espontáneo de turno suele añadir algún comentario despectivo: los gordos son, sencillamente, personas perezosas que carecen de fuerza de voluntad para no atiborrarse de comida basura. Lindgren, directora del Instituto de Macrodatos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), resopla ante esta idea generalizada. Su equipo ha identificado multitud de variantes genéticas asociadas a una mayor predisposición para acumular grasa en diferentes partes del cuerpo. Sumados a otros factores ambientales, estos genes pueden determinar la aparición de unas cartucheras o de una buena “barriga cervecera”, explica Lindgren, nacida en Gotemburgo (Suecia) hace 48 años. La genetista viajó el 19 de mayo a Reikiavik (Islandia) para impartir una conferencia en la sede de la empresa local deCODE Genetics, a la que EL PAÍS acudió invitado por la compañía matriz, la farmacéutica estadounidense Amgen.

Pregunta. Usted insiste en que la obesidad no es el resultado de una falta de voluntad.
Respuesta. No lo es.

P. Tampoco es una elección.
R. No. Creo que nadie elegiría ser obeso. Los estudios genéticos nos dicen que la obesidad está regulada por la sensación de saciedad y de hambre. Vivimos en un ambiente con un exceso de calorías. Si tienes mucha más hambre y no te llenas cuando comes, vas a comer más a todas horas. Existe la idea errónea de que son personas que, simplemente, se sientan y se atiborran. Siempre se publican fotos de gente muy gorda comiendo cinco hamburguesas del McDonald’s, pero la verdad es que basta con comer un exceso de 100 calorías al día para ganar unos 4,5 kilos al año. No parece mucho, pero si lo haces todos los años de repente estarás realmente gordo. Así que no creo que sea una elección.

P. ¿Cuántas variantes genéticas están asociadas a la obesidad?
R. En la actualidad conocemos unas 3.000.

P. Así que no hay nada parecido a un gen de la obesidad.
R. No, no hay solo uno. Stephen O’Rahilly, de la Universidad de Cambridge, ha investigado enfermedades provocadas por solo una o dos mutaciones graves en un gen, enfermedades en las que los pacientes no pueden parar de comer. Se llama hiperfagia y se debe a la disrupción de la regulación neuroendocrina de la saciedad y el hambre. Y esto es lo que vemos en otras personas, aunque no de una manera tan brutal. En mi equipo hemos encontrado dos variantes en unas 6.400 personas en el Reino Unido y cada variante supone un exceso de entre siete y 10 kilos en el peso de un adulto.

P. Es mucho.
R. Hablamos de un gran efecto en muchas personas. Es importante subrayar que no somos víctimas de nuestro ADN, pero nacemos con una predisposición. Es fundamental que estas personas sepan por qué tienen que luchar tanto para mantener un peso saludable.
Hemos encontrado dos variantes genéticas que suponen, cada una, un exceso de entre siete y 10 kilos en el peso de un adulto.
P. En su campo se habla del ambiente obesogénico. ¿Qué es exactamente?
R. Un ambiente obesogénico es aquel en el que hay comida por todas partes y a todas horas. Es comida no saludable y siempre al alcance de la mano, lo que significa que, si tienes hambre, simplemente comes más. En la década de 1960, había alcohol y tabaco en las mesas de las habitaciones. Hoy nunca haríamos eso, porque sabemos que es un error. En la década de 2000 había patatas fritas y bagels en las mesas. Ahora la gente está cada vez más concienciada y hay más fruta y agua mineral. La gente está empezando a entender que no hay que tener comida por todas partes y a todas horas.

P. ¿Es lo mismo comer 500 calorías de plátanos que 500 calorías de helado?
R. Hay un gran científico en Cambridge, Giles Yeo, que ha escrito un libro llamado Por qué las calorías no cuentan. No estoy completamente de acuerdo, pero tiene razón en que si pones 500 calorías de plátanos en un plato y 500 calorías de helado en otro plato, los plátanos pesarían unas cinco veces más que el helado. No cuentan solo las calorías, sino la cantidad de comida que vas a tomar. Si te comes todos esos plátanos, vas a estar lleno durante mucho más tiempo. Si comes 500 calorías de helado, volverás a tener hambre una hora después. Es muy rico en calorías, pero no te llena. En los alimentos también importa el peso, la cantidad de fibra, la consistencia...

P. A medida que los niños ricos adelgazan, los niños pobres engordan cada vez más. La brecha en la obesidad infantil está creciendo.
R. Depende de los países. La razón por la que me preocupa la obesidad infantil es porque de adulto es difícil romper el ciclo y ser delgado. Y existe una gran discriminación hacia las personas con sobrepeso y obesidad. Una cuarta parte de los trabajadores sanitarios piensa que las personas obesas merecen menos recibir tratamientos. Y una cuarta parte de los profesores cree que los niños obesos son más tontos, así que les ponen peores notas, aunque hagan bien los exámenes.
Una cuarta parte de los profesores cree que los niños obesos son más tontos, así que les ponen peores notas.
P. El índice de masa corporal tiene un papel importante en el estatus socioeconómico.
R. Sí, hay una fuerte correlación entre el estatus socioeconómico y el índice de masa corporal. Los niños pobres tienen una mayor probabilidad de ser obesos. Las personas pobres a menudo tienen dificultades para tener acceso a una alimentación adecuada. Es muy caro comprar cereales, frutas y verduras, comparado con comprar comida con muchas calorías.

P. Si tienes pocos ingresos, tienes más probabilidades de ser obeso. Y si eres obeso, tienes más probabilidades de tener bajos ingresos.
R. Yo tendría cuidado y diría que hay una correlación, no que una variable sea la causa de la otra.

P. Un estudio con 120.000 participantes en el Reino Unido, publicado en 2016, afirmó que las personas con sobrepeso, especialmente las mujeres, están en desventaja; y que las personas altas, especialmente los hombres, tienen ventaja.
R. Sí, pero es una correlación, no implica que una variable sea la causa de la otra.

P. Usted defiende que la obesidad es “un problema cerebral”.
R. Está regulada, en gran medida, a través del cerebro.

P. Está en el cerebro y en nuestros bolsillos, porque también depende de si tienes más o menos dinero.
R. Sí, la pregunta es qué dictamina que esto sea así. Evidentemente, si eres rico, puedes ir a un gimnasio elegante y te puedes permitir comprar todo tipo de alimentos saludables. Y también influye la educación: si los niños tienen padres que les hablan de la importancia de cuidarse la salud.

P. Usted afirma que el 10% de la población no tiene riesgo de tener una obesidad grave.
R. Las personas con una gran predisposición a la obesidad, con todas las variantes genéticas, podrían pesar unos 20 kilos más que otra persona de su misma edad, sexo y altura. Pero hay otras personas que tienen suerte en esa lotería y no tienen riesgo de obesidad: tienen predisposición a no tener hambre.

P. Con toda esta información genética sobre la obesidad, ¿es posible desarrollar fármacos eficaces? ¿O con 3.000 variantes genéticas implicadas es imposible?
R. Ahora estoy muy emocionada, porque hay un fármaco en el mercado con el que la gente pierde un 15% de su peso corporal [la semaglutida, relacionada con el gen GLP-1]. Y hay otro fármaco, la setmelanotida, que actúa sobre un mecanismo regulador del hambre y la saciedad que Stephen O’Rahilly y yo encontramos tanto en tipos comunes de obesidad como en enfermedades provocadas por mutaciones en un solo gen. Este fármaco va a ser extremadamente importante. Hay una investigación de Karine Clément [experta en obesidad de la universidad parisina de La Sorbona] y otros colegas de Francia en la que ven personas que pierden entre el 12% y el 15% de su peso en unas semanas, con este fármaco. Llegaremos a tener medicamentos que funcionen en todas las personas, pero necesitamos más fármacos para escenarios diferentes. Ya estamos viendo el efecto que puede tener tomar una pastilla, pero esto no quiere decir que te tengas que poner a comer patatas fritas gritando “¡Hurra! ¡Ya no tengo que preocuparme!”. Estas pastillas te ayudarán a controlar la situación, lo cual es maravilloso.
Es importante que la obesidad se trate como una enfermedad, para que la gente se la tome en serio.
P. ¿Cuál es el papel de la industria alimentaria en la epidemia de obesidad? ¿Cree que es como la industria tabaquera?
R. Creo que la comida consumida en la cantidad adecuada y en el momento adecuado no es peligrosa. El tabaco, en cambio, es peligroso incluso si fumas poco. Yo creo que la industria alimentaria debe tener un papel [en la lucha contra la epidemia de obesidad], sobre todo a la hora de declarar sus ingredientes. Muchos gobiernos están trabajando para tener etiquetas más sencillas y que la gente pueda entender qué alimentos son saludables. Y ahí es clave el papel de la industria.

P. ¿La obesidad es una enfermedad?
R. Sí, según la Organización Mundial de la Salud, lo es. Y creo que es importante que se trate como una enfermedad, para que la gente se la tome en serio, porque está afectando a personas y también a la economía.

P. En España se supo en 2018 que Coca-Cola había pagado ocho millones de euros a asociaciones médicas y científicas. ¿Qué opina de que la industria alimentaria ponga dinero en la ciencia?
R. Hemos hablado de este tema en mi instituto y es una cuestión muy difícil. Las empresas externas no deberían poder financiar una investigación y tener voz en los resultados. Ninguna empresa me puede pagar para que yo diga que su producto es genial, porque eso es publicidad, no ciencia. Si quieren financiar mi investigación y descubro que su producto tiene un efecto nocivo, debo poder publicarlo. También debo publicarlo si no veo ningún efecto o incluso si tiene un efecto positivo, claro. La ciencia tiene que ser crítica y libre.

VETUSTA MORLA

Concierto de Vetusta Morla en Telde, Gran Canaria, la noche del pasado viernes.


SI LO DICE EL CORTE INGLÉS...

...es que no hay duda.


¡FELIZ DÍA DE CANARIAS!








El otro día en la era
dijiste que me querías
y hasta la mula saltaba
contenta de la alegría.

🤍💙💛

domingo, 29 de mayo de 2022

MENS SANA IN CORPORE SANO


¿Puede el ejercicio físico sanar la mente?
Un libro reúne pruebas acerca de los beneficios de la actividad física sobre el bienestar del cerebro, un vínculo comprobado pero que aún no se aplica lo suficiente en los tratamientos contra algunas enfermedades.
DANIEL MEDIAVILLA. 27 MAY 2022 - 11:52Actualizado:27 MAY 2022

Los seres humanos han tenido, desde que existen, una forma de sobrevivir distinta de las de otros animales, adaptando el mundo en lo posible a sus necesidades en lugar de amoldarse a él. Esta capacidad de transformación los ha convertido en una especie exitosa, pero el progreso no ha sido gratis. La invención de la agricultura permitió la aparición de grandes ciudades, de la literatura y de todas las glorias de la civilización, pero también redujo drásticamente la variedad de la alimentación y ató a la mayoría al cultivo de la tierra. En las últimas décadas, la aceleración del progreso tecnológico y el sedentarismo han multiplicado las tasas de obesidad y diabetes, la vida moderna parece incrementar los problemas de salud mental y los dispositivos electrónicos están destrozando el sueño. En un libro de publicación reciente, Jennifer Heisz, especialista en salud del cerebro en la Universidad McMaster, en Ontario (Canadá), ofrece una respuesta casi universal a todos estos problemas de la civilización: el ejercicio físico.

En Move the Body, Heal the Mind (Mueve el cuerpo, sana la mente), Heisz hace una propuesta que mezcla la fe del converso, el atractivo del “a mí me funciona” y la justificación científica, y que puede explicar por qué tantas personas, en particular las que comienzan ya en la madurez con el deporte, hablan de ello como una experiencia transformadora. La científica, que ahora pilota el NeurofitLab en su universidad, un laboratorio dedicado a evaluar los beneficios del ejercicio en la salud mental, cuenta cómo el deporte, al que se aficionó rondando los 40, le ayudó en un momento de crisis vital tras una separación. Tanto, que incluso reorientó el foco de su investigación desde otros aspectos de la neurociencia hacia la investigación de los efectos del movimiento en el cerebro. “Mi enfoque práctico y basado en pruebas”, promete, “te ayudará a mejorar tu salud cerebral a través del ejercicio”. Y añade: “Estarás completamente equipado con una serie de habilidades para el ejercicio que te ayudarán a lograr más resistencia, una perspectiva más positiva, a estar más centrado, ser más productivo y tener relaciones más satisfactorias. ¡Sí, puedes tenerlo todo!”

Pese a este optimismo desmesurado, Heisz comienza explicando, en parte, por qué hacer ejercicio puede ser tan costoso, en particular al principio. Por primera vez en la historia de la humanidad, el exceso de alimentos es más peligroso que su falta, y durante cientos de miles de años la inclinación a evitar gastos inútiles y a aprovechar cualquier fuente de energía disponible pudieron ser factores positivos para la supervivencia y la transmisión de los genes a la siguiente generación. Sin embargo, en un mundo de abundancia y vidas prolongadas, esas inclinaciones se convierten en lastres. Se calcula que cada año mueren en el mundo un millón y medio de personas por diabetes, una enfermedad casi ausente de las sociedades preindustriales. Un artículo que apareció este año en la revista PNAS planteaba incluso que el valor de los abuelos en la crianza de sus nietos favoreció que los humanos pudieran mantener un buen estado físico después de rebasar sus mejores años reproductivos, y también que el ejercicio sea tan positivo en edades avanzadas.

En su alegato en favor del movimiento, Heisz recuerda que es una “medicina” en la que cada uno debe encontrar el punto justo de esfuerzo, sin compararse con los demás, y asegura que, según los datos obtenidos en su laboratorio, un ejercicio ligero como caminar durante media hora tres veces a la semana reduce la ansiedad, y que los beneficios se pueden incrementar progresivamente aumentando la intensidad o la duración de las sesiones. Más adelante, la investigadora recuerda estudios como un trabajo publicado en The American Journal of Psychiatry, en 2018, que calculó que al menos un 12% de los futuros casos de depresión se evitarían si todo el mundo hiciese un ejercicio leve o moderado al menos una hora a la semana. Este estudio muestra también las limitaciones de los trabajos que investigan la relación entre el ejercicio y la mejor salud mental, porque los beneficios que se encontraron en la depresión no se hallaron frente a la ansiedad.

La directora del NeurofitLab plantea también la posibilidad de sustituir, al menos en algunos casos, los fármacos antidepresivos por ejercicio. Este tipo de medicamentos, cuyo consumo se incrementó en España en un 6% entre 2020 y 2021, se han recetado con una frecuencia cada vez mayor en las últimas dos décadas, “especialmente para formas leves de depresión que pueden no llegar a cumplir los criterios clínicos”, afirma Heisz. Para estos trastornos leves del ánimo, la investigadora cree que es mejor asumir que un cierto nivel de malestar puede superarse sin necesidad de fármacos. En parte, porque se asume que “unos bajos niveles de serotonina causan todos los trastornos del ánimo”, y eso no es cierto y hace que para un porcentaje importante de las personas con depresión o ansiedad los fármacos creados con esta premisa no sean eficaces.

Para Heisz, la producción durante el ejercicio del neuropéptido Y, relacionado con una mayor resistencia a la ansiedad, o los efectos antiinflamatorios de la actividad física, que rebajarían la inflamación crónica que se ha relacionado con muchos cuadros depresivos, podrían explicar los efectos positivos del deporte en este tipo de trastornos mentales. Aunque existen estudios que sustentan la posibilidad de efectos ansiolíticos o antidepresivos del deporte, incluso comparados con los antidepresivos para algunos pacientes, no siempre ha sido fácil encontrar unos efectos claros o una relación de causalidad, o discernir hasta qué punto la persona capaz de superar un mal momento emocional para salir a correr no estaba tan grave en realidad. Algunos estudios recientes, no obstante, sí están logrando establecer ese vínculo robusto y causal entre el ejercicio y un menor riesgo de sufrir depresión.

La salud mental es un asunto complejo en el que además de la inmensa diversidad biológica y de estilos de vida de la población que influyen en ella, faltan herramientas para conocer con precisión los riesgos o ventajas individuales de cada persona o el modo de tratar cada dolencia con más eficacia. Heisz continúa hablando de los beneficios del ejercicio para dormir mejor, estar más centrado en el trabajo o escapar de las adicciones. Más allá de las explicaciones de los mecanismos por los que el movimiento puede tener estos efectos, se sabe que todos estos factores de la vida están relacionados. Las personas con trastornos del ánimo suelen consumir más sustancias tóxicas que a su vez agravan esos problemas. Si se logra integrar en una rutina, el ejercicio frecuente puede ser una manera de ordenar la vida, además de obtener beneficios fisiológicos como una menor inflamación crónica o una segregación de sustancias que favorezcan el sueño.

Rafael Tabarés, catedrático de psiquiatría de la Universidad de Valencia, confirma que “la evidencia de los beneficios de la actividad física en la salud mental es muy poderosa. Tanto la que haces caminando en tu tiempo libre, yendo a trabajar o cuando te metes en un ejercicio más sistemático en un gimnasio, puede ser útil para prevenir síntomas depresivos o de ansiedad”, añade. Además, Tabarés señala estudios que muestran el valor de la actividad física como complemento de los tratamientos farmacológicos para la depresión y su valor para reducir las recaídas cuando se eliminan las pastillas. “Desde mi punto de vista, el gran problema que tenemos es que, pese a la cantidad y la calidad de la evidencia del beneficio del ejercicio físico, no se utiliza con los pacientes”, afirma. En su opinión, sería necesario que los médicos tuviesen tiempo para cooperar con otros profesionales, “porque este tipo de actividad la tendrían que aplicar graduados en educación física o fisioterapeutas”, y también habría que contar más con el paciente, para informarle de que existen estas alternativas.

Esa transformación del sistema, hacia uno que además de tratar la enfermedad promocione la salud, requiere recursos y una mejor coordinación, pero la incorporación de la actividad física ya ha mostrado su valor en el tratamiento de algunas enfermedades como el cáncer. Alejandro Lucía, médico e investigador en Fisiología del Ejercicio por la Universidad Europea de Madrid, ha observado los beneficios del ejercicio como complemento de la quimioterapia en pacientes con cáncer, y cree que también sería útil para las enfermedades mentales. Como Tabarés, Lucía cree que se podrían “incorporar profesionales especializados, igual que hay fisioterapeutas o personal de enfermería”, porque “el ejercicio tiene mejores resultados con supervisión, en particular en pacientes que pueden tener mayores dificultades, como los que sufren enfermedades mentales”. “Es algo costoso, y la prevención es la pata pobre de la medicina, pero la incorporación de estos profesionales puede ayudar mucho a gente que sufre”, concluye.

Como recoge Heisz en su libro y recuerdan otros expertos, los beneficios del ejercicio para el cuerpo y la mente de casi todo el mundo son diversos y claros. Pero hay que ser consciente de que, para muchos, el camino hacia una vida más activa no va a ser sencillo y siempre habrá más posibilidades de éxito con paciencia y ayuda externa. Según reconoce la propia investigadora de la Universidad McMaster, el 40% de las personas que comienzan a hacer ejercicio lo han dejado antes de los tres meses, y muchos estudios muestran que las personas con trastornos depresivos o de ansiedad tienen una tendencia mayor a una vida sedentaria. Entre los consejos que ofrece el libro para empezar y mantenerse, algunos de los más obvios: buscar un ejercicio que resulte agradable y, si es posible, hacerlo en compañía; encontrar un ritmo propio y no centrarse en el objetivo final sino en el proceso. Para las personas con enfermedades diagnosticadas y más dificultades para ser físicamente activas, el cambio llegará cuando, como mencionan Tabarés y Lucía, se tome consciencia de la gran cantidad de pruebas acumuladas sobre el valor del ejercicio en la salud mental y se incorporen profesionales al sistema de salud que puedan aprovechar un potencial hasta ahora infrautilizado.

GENTE CON LUZ

 

SEGUNDA ENMIENDA