Vicente Verdú, en su ensayo "El planeta americano", nos ilustraba como el mundo se iba convirtiendo en una suerte de Estados Unidos de América. Hoy, las elecciones allende los mares suscitan un interés inusitado y Trump, sin haber ganado ya lo ha hecho. Lo tenemos por todos lados, en periódicos, en la TV, en la radio, en las redes, hasta en la sopa. Ha conseguido la mayor propaganda gratuita que se recuerda; nunca un candidato a las elecciones norteamericanas ha recabado tanta pasión y tanto odio. El asunto es que poco se habla de Biden y lo que se dice gira siempre en torno a su edad, y todo se dice del otro, del inefable. Para lo bueno o para lo malo, lo importante es que se hable de él y ya lo ha conseguido.
Las elecciones hay que ganarlas y no está todo el pescado vendido, pero Trump consigue que todo lo que lo rodea se convierta en noticia mundial, no hablemos ya del atentado fallido.
Ya lo dijo Oscar Wilde: “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”.
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