viernes, 5 de diciembre de 2025

EL ABISMO DEL OLVIDO


Durante el velatorio de mi madre tuve la oportunidad de hablar con mucha gente, posiblemente más que los que logro recordar porque ya se sabe que la cabeza estaba en su mundo de duelo. Sí recuerdo la conversación con un buen amigo de mi padre, que le tenía mucho cariño a mi madre y a nosotros, sobre la biblioteca de cine de mi padre y, no sé cómo una cosa llevó a la otra, sobre mi prima M, presidenta de la Memoria Histórica de Tenerife. 
> ¡Ah!, eres primo de la que está obsesionada con el Monumento a Franco de Santa Cruz.
> Sí, obsesión que comparto con ella, por cierto.
Como no era el momento ni el lugar para discutir y dado que ambos éramos dos caballeros, desviamos el tema y la conversación fluyó agradablemente.
El tema de la memoria histórica es simple, aquellos que quieren recuperar a sus muertos suspiran por ello; enterrarlos de forma digna, cerrar el círculo como las familias de los marinos cuando pierden a un ser querido en el mar y no pueden darle sepultura. Según he leído, el ser humano es el único animal que entierra a sus muertos. Entiendo que muchos no quieran "remover el pasado" -frase repetida constantemente por los más reaccionarios, claro que si no tienes cuerpo, padre, tío, abuelo, amigo que recuperar, entiendo que te sea fácil postularte negacionista.
Cuando los arqueólogos occidentales abrían las tumbas del antiguo Egipto se decía que las almas de sus ocupantes se liberaban tras milenios de silencio. 
En cierta forma lo mismo ocurre con nosotros.
No hemos hecho más que esperar en silencio durante más de setenta años. Esperamos casi cuarenta años a que muriese la dictadura y volviese la democracia. Y esperamos cuarenta años más para que la democracia se preocupase por devolver la dignidad a los muertos.
Ha sido una larga espera.
"El abismo del olvido", Paco Roca/ Rodrigo Terrasa.
La lectura de "La penísula de las casas vacías", de David Uclés, me ha enseñado otra visión de la Guerra Civil española, dura y crudísima, escrita con tanta dulzura, a pesar de todo, que deseas que el libro no se termine nunca. Ahora empiezo un cómic sobre un viaje al pasado para recuperar la historia real de Leoncio Badía, un joven republicano obligado a trabajar de sepulturero; de José Celda, fusilado y enterrado en una fosa común (ejemplo de las decenas de miles de españoles represaliados por el régimen franquista, incluso "en tiempos de paz"); y de Pepica Celda, hija de José -tenía 8 años cuando mataron a su padre-, ya octogenaria, y que espera poder recuperar por fin los restos de su padre para restaurar su dignidad.
Los dibujos son una delicia y el texto duro también, como no podía ser de otra manera.


Un desgarrador laberinto que intenta desentrañar las miserias de un país obsesionado con despreciar su memoria. Astiberri Ediciones.

jueves, 4 de diciembre de 2025

ÉSTA ES LA RAZÓN DE TODO


Hoy es el PP pero hubiera podido ser el PSOE con el mismo argumento. Moraleja: da exactamente igual la valía del candidato, dan igual los españolitos todos, lo único importante es joder al partido en el poder. El argumento es pobre y ridículo, y más cuando se reconocen "los méritos" de esta señora. ¿Quién pierde? El de siempre, el pueblo, o sea, nosotros. ¿Primará alguna vez el interés del país antes que el de los partidos en el poder o en la oposición? Me temo que yo no lo veré.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 

SIN (CON) PALABRAS

 

CARA A CARA CON EL KARMA

 
 
Impresionado aún por la falta de sensibilidad hacia los pacientes de ese señor, CEO del grupo Ribera Salud -el inefable e impresentable Pablo Garrart-, ambicioso y pesetero (¿se podrá decir todavía "pesetero"?, me pregunto) donde los haya, leo que la Comunidad de Madrid ha abierto una investigación ad hoc. Espero que se aclaren las cosas y que a este sujeto le pongan la X encima para que no lo contraten más. Cuando hay gente que prima el poderoso caballero sobre la salud la cosa va muy mal. Seguiré pensando en la existencia del karma, esa es mi fe en el castigo terrenal.
Hoy jueves con sabor a viernes, otra semana más que ya casi descuento, un día menos para llegar al final del túnel y ver la luz cual salida de la Cueva de los Verdes; el 23 está a la vuelta de la esquina y esto se merece un poco de música agradable para el oído, nada pretencioso, que compense la noticia fresca de que Bad Bunny se corona como el artista más escuchado en Spotify con más de 700 millones de usuarios. Si tienen interés pueden consultar las listas que aparecen en este artículo: los artistas más escuchados en el mundo y en España, las canciones más escuchadas, etc.
¡Feliz jueves todo! 
Olivia Newton-John y Barry Gibb, *Face to face. 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Y LLEGÓ LA NAVIDAD


CON "T" DE LEGO

COMO PERROS Y PLATOS

 

HUMOR FINO

 

2 JOYAS


He empezado a leer las dos últimas joyas en forma de libro que han engrosado mi biblioteca. La primera, la que ya devoro con sumo interés debido a los últimos acontecimientos en mi vida, es "La vejez" (La Viellesse, 1970), de Simone de Beauvoir, un ensayo escrito por la filósofa existencialista y escritora donde analiza la vejez como fenómeno biológico, social, económico y existencial, mostrando que no es sólo una etapa natural de la vida sino, sobre todo, una construcción social profundamente marcada por la exclusión. Donde, además, realiza un análisis histórico y antropológico de la misma y recorre cómo las diferentes culturas a lo largo de los siglos han tratado a los ancianos: desde el respeto y la centralidad comunitaria hasta el desprecio o la invisibilidad actual. Por cierto, descatalogado aparentemente, lo pude conseguir de segunda mano en una librería de viejo de la Península.

Por otro lado tengo entre mis manos "Cosas pequeñas como esas" (Small Things Like These, 2021), una breve y poderosa novela de la escritora irlandesa Claire Keegan sobre la conciencia moral, el peso del pasado, la complicidad silenciosa, la esperanza... La historia transcurre en Irlanda, en 1985, durante la época navideña. El protagonista es Bill Furlong, un vendedor de carbón y padre de familia numerosa que lleva una vida sencilla y rutinaria en un pequeño pueblo y que, durante una entrega, descubre algo inquietante en un convento local vinculado a las llamadas Lavanderías de la Magdalena.
Las Lavanderías de la Magdalena existieron en Irlanda desde el siglo XIX hasta 1996. Miles de mujeres fueron confinadas allí por embarazos fuera del matrimonio, pobreza o simplemente haber desobedecido normas sociales estrictas. 

ME PREGUNTO...

...si de verdad existe alguna posibilidad seria de que el Comité Noruego del Nobel otorgue el Premio Nobel de la Paz a este señor, el mismo que llama basura a otros seres humanos.

 

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

"PÁ'LANTE"

 

“Va a ir p’alante”, dice un ‘echao p’alante’
La expresión se ha venido usando en la jerga policial para referirse al acto de llevar a un detenido al calabozo.
Álex Grijelmo, 03.12.2025

Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de la presidenta madrileña, ha contribuido a la cultura lingüística difundiendo con insistencia oral y escrita la expresión ir p’alante: “El fiscal general va a ir va pá’lante”. “Vais a ir todos pá’lante”. “Begoña va pá’lante; el hermano va pá’lante; Koldo va pá’lante; el fiscal va pá’lante; y Ábalos va mu pá’lante… “. “Tanto Begoña como su marido van a ir pá‘lante”. “Lo que no sabe Pedro Sánchez es que el próximo Pá’lante será él”.

Thomas de Quincey escribió en Del asesinato considerado como una de las bellas artes (1854): “Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia al robo, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente”. Del mismo modo, un periodista que no tiene por qué decir la verdad, según la prueba testifical de Rodríguez, tampoco dará importancia a cumplir con la escritura adecuada para una síncopa (supresión de algún sonido dentro de un vocablo). Vamos, que puede empezar por mentir y terminar por no colocar bien el apóstrofo; se comienza por no consultar a la fuente adecuada y se acaba por no consultar el Diccionario Panhispánico de Dudas.

La extraña grafía del urdidor Rodríguez (él escribe “pá’lante” en sus tuits, con tilde en pá) ha tenido menos aceptación que sus bulos. Los medios reprodujeron al menos tres variantes, casi siempre en cursiva: p’lante, pa’lante y p’alante. Solo esta última es la recomendada por la Ortografía de las academias del español (III. 4.5). Así la han escrito tradicionalmente novelistas y dramaturgos que deseaban retratar a alguien adjudicándole vulgarismos. El mexicano Carlos Fuentes, en La región más transparente (1958), pone en boca de sus personajes las expresiones “p’al norte”, donde está el dinero” y “p’alante y p’atrás”. El español Santiago Moncada, en Siempre en otoño (1993), hacía que Alejandra le dijera a su hermana Elena: “¡Para el carro o m’acatarro!”. Y después: “Coge onda, qu’es la monda”.

“Meter p’alante” se ha venido usando en la jerga policial para referirse al acto de llevar a un detenido al calabozo. El acusado no se limitaba a entrar en la comisaría y prestar declaración en sus oficinas más próximas a la puerta, sino que seguía hasta el fondo. Lo metían p’alante (o p’adentro).

El extendido giro popular p’alante, que también pronuncian personas cultas en conversaciones informales, consta de dos desviaciones de la norma: primero, pa en sustitución de “para”, con supresión de vocal; y después, alante en vez de “adelante”. En algunas ocasiones, la expresión coloquial no admite una alternativa esmerada. Decimos “es muy echada p’alante” (o mu echá p’alante) –como Rodríguez–, pero no surtiría el mismo efecto “es muy echada para delante”.

La síncopa vulgar alante abunda en las narraciones de algunos periodistas deportivos, de quienes sin embargo sería esperable el registro cultivado de la comunicación profesional. Y dicen: “Aceleran los del grupo de alante” (en ciclismo); “falló mucho alante” (en fútbol).

No se suele considerar inculto a quien escribe o pronuncia “p’alante” cuando se ve que lo hace intencionadamente; a quien conocía un registro más cuidado pero prefirió en esa ocasión rebajar su lenguaje; es decir, a quien pudo haber elegido “el fiscal va a ser condenado” y escogió “el fiscal va a ir pá’lante”. Lo curioso es que quien hizo eso, Miguel Ángel Rodríguez, sea el mismo que ha fijado este lema en su cuenta de Twitter/X: “Me entristece el cada vez más bajo nivel de la vida pública española”.

SERVICIO PÚBLICO



Vemos cómo se "privatiza" la sanidad pública, de mil formas porque parece que no todo está inventado. ¿Qué se nos mueve dentro del alma cuando leemos noticias como ésta? Da igual del color político que seamos, jugar con la salud de todos requiere una respuesta contundente: esta gentuza no puede -no debe- gestionar jamás la sanidad. La vocación de servicio público es doblemente necesaria cuando se trata de la  sanidad, de ahí que ésta deba ser pública.

lunes, 1 de diciembre de 2025

INFINITA DEMAGOGIA

 

¿Qué nos dice la RAE acerca del significado de la palabra demagogia?
En su segunda acepción: Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.

Inagotable, ilimitada, incalculable, incontable, indefinida, interminable, perenne, eterna e infinita demagogia la de nuestros políticos, siempre escupiendo hacia arriba. Si antes fue el arcano "M. Rajoy", ahora lo es el "Número Uno", lo importante es tener siempre ecuaciones con incógnitas, inventadas o de imposible resolución. Y si, además, lo aderezamos todo con términos antiguos que resuenen como campanas -léase ETA-, mejor todavía.
Según la Wikipedia, Euskadi Ta Askatasuna (ETA; «País Vasco y Libertad» en euskera) fue una organización terrorista nacionalista vasca que se proclamaba independentista, abertzale, socialista y revolucionaria. Durante sus sesenta años de historia, entre 1958 y 2018, surgieron diferentes organizaciones con el mismo nombre como resultado de diversas escisiones, coexistiendo en varias ocasiones algunas de ellas, de las cuales solo sobreviviría la conocida como ETA militar. Resumiento, sesenta años de terror que, afortunadamente finalizó en 2018. Casi ocho años ya desde que se da por extinta la criminal banda asesina.
Pero, como el conejito de Duracell, erre que erre con ETA (para mayor satisfacción de Aznar), ya sea en Madrid, en Pamplona o en el País Vasco. No hay duda que les cuesta aceptar las reglas de la democracia, reglas que son para todos y de nadie en particular.

PD. Entérense de una vez, ni España es una dictadura comunista, ni se hunde, ni ETA prepara su vuelta. Otra cosa es que no te guste quien gobierna, eso es totalmente lícito, pero me temo que has de esperar hasta la próximas elecciones y votar al partido que prefieras. He ahí la libertad que disfrutamos.

FASE I

Buenos días. 
Empieza diciembre, acaba el año, todo a la vez. El destino se cumple siempre, salvo que la locura de esta época se imponga y acabemos todos radioactivos.
Ha sido una semana dura, mucho. El jueves aterrizaba mi hermana de Madrid y, a partir de las 4 de la tarde, mis hermanos y yo comenzamos a desmantelar la casa de mis padres, es lo que tiene la nueva situación adquirida, la orfandad. Salvo los muebles, que aún mantienen su destino incierto, lo demás está o pendiente de transporte o adjudicado e ídem. En mi cuarto, el último reducto, permanece limpio, casi vacío, pero con las cuatro cosas que me debo llevar también.
Ha sido éste un ejercicio de fuerza y contención. Los álbumes de fotos que mi padre hacía con amor desde siempre, libros, menaje, ropa y todo lo que se les pueda ocurrir que tiene una casa de toda la vida. Todo. Parte de el punto limpio, parte en los contenedores, parte con nosotros, amigos y familiares. Se vuelve a cumplir aquello que escribí hace más de veinte años en otras circunstancias: he llorado tanto que se me aclarado el verde de mis ojos.
Ver cómo en cuatro días una casa desaparece es muy doloroso, al ser a la vez catarsis y despedida, o viceversa. Nadie hubiera podido augurar todo lo que ha pasado en menos de un mes, cómo ha cambiado todo en un pestañeo. 
Pero como todo lo que empieza debe acabar, este fin de año será el fin para muchas otras cosas, y como tal el comienzo de otras. Las vacaciones abrirán la puerta al futuro, ese que no existe aún porque sabido es que el futuro es hoy, tan lleno de incógnitas como de optimismo, tan desconocido como esperanzador. Un tiempo que se nos echará encima y que podremos compartir, lo malo, por aquello de la pena, con pan, es menos pena, -"Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todas son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas"-, y sobre todo las buenas. Habrá, de entrada, que seguir organizando comidas de amigos para que el refranero siga cumpliéndose siempre.
Pasa la vida, la vida pasa.
Besos y feliz lunes, feliz diciembre todo.
Loren Allred, *Never Enough.

viernes, 28 de noviembre de 2025

¿PERO ÉSTE QUÉ SE HA HECHO?

La obsesión de la eterna juventud es algo que da hasta pena. ¿Qué se ha hecho este hombre que se parece ahora a Silvester Stallone? Sin arrugas y con un color de piel indescriptible, sigue machacando a la monarquía española con sus entrevistas y ensoñaciones de un tiempo pasado que él, me temo, se ha inventado. ¿No tiene el emérito algún asesor que le cuente el resultado de la ya tristemente famosa del exduque Andrés de Inglaterra en la televisión inglesa? Parece que no.
Éste, me temo, ha perdido el norte. 
Y el sur.

Y NO SE HABLE MÁS

 

HOY QUINO, PARA COMPENSAR

 

ÉSTE ES EL QUEVEDO BUENO

 
Sigo sin coche. Sin comentarios.
Ayer subí en taxi a La Esperanza, no era cuestión de volver a coger la moto, a las 4:30 de la mañana, para llegar a La Esperanza cual témpano de hielo. Hoy, que aunque es viernes y no trabajo, he tenido que volver al Ayuntamiento a una recepción de una urbanización en el centro, acto al que estoy invitado. Ni taxi ni moto, en esta ocasión me sube un compañero de trabajo, mi broder, como él me llama. Duermo un par de horas más, la cosa empieza bien, y a la hora acordada me recoge en el meeting point sin incidencia alguna. ¡Buenos días broder!, ¿todo bien? Música en el coche. Reggaeton. Ya la cosa empieza decaer, pensé, no me queda nada; veinte minutos, calculo, escuchando este monotema interminable.

> No me dirás que, siendo objetivo, no crees que todos cantan igual. Éste es como escuchar a Quevedo.
> Es que es Quevedo. Además, éste es el Quevedo bueno.
Seguimos escuchando el temazo (él dixit) y, al pasar a la siguiente canción, oso decir de nuevo.
> ¿Y ahora sigue cantando Quevedo?
> No, ahora es La Pantera.
Pues queda demostrada mi teoría, le dije, todo es igual, todo suena igual, todos tienen la misma voz, todo es ritmo "atún con pan". 

Aunque no lo vi, supongo que él, como hubiera hecho Mafalda escuchando a Susanita, habrá puesto los ojos en blanco y habrá sentenciado para sus adentros: ¡otro viejo sin gusto por la música!

miércoles, 26 de noviembre de 2025

UPSTAIRS, DOWNSTAIRS


En España la serie se llamaba "Arriba y Abajo", "Upstairs, Downstairs" era el título original. Anterior a "Dawnton Abbey", nos mostraba la vida de una familia noble inglesa y sus criados, que pasaban la vida en el piso escaleras abajo. 
No es la campiña inglesa, hablo ahora de una residencia de ancianos (residencias para mayores las llaman; cárceles o prisiones para ricos también) en Santa Cruz de Tenerife, en una atalaya, con preciosas vistas sobre la ciudad, con instalaciones de esas vistas de arriba y abajo, aunque en esta ocasión se utilice un ascensor, de esos grandes que sirven tanto para una camilla como para un ataúd.
Hacerse viejo es una putada, no hay forma más clara y gráfica de decirlo. Una putada, y grande. No te entristezcas por mi, me decía mi tío ayer cuando lo fui a ver. En esta ocasión me recibió en el comedor, pero en otro. Yo conocía el de la planta por la que entro al centro y atravieso para coger el ascensor (que tiene código, imagino para que los pobres viejitos no se puedan escapar, como si de un país comunista se tratara), un comedor amplio, con mesas cuadradas para cuatro comensales, bien pertrechadas con un jarro de agua en el centro, vasos, cubiertos y servilletas sobre manteles de tela, preparadoslistosya para recibir a esa pléyade de ancianos pudientes a los que le debe costar un riñón el hotelito.
Los caprichos del destino hicieron que el comedor asignado a mi tío estuviera Arriba,, no Abajo como el descrito anteriormente. Éste, donde nos sentamos a hablar durante la hora y media en la que se permiten las visitas vespertinas, se encontraba en un patio cubierto con estructura metálica y paneles tipo sándwich, con mesas rectangulares con hule plástico floreado, cada uno de su padre y de su madre, con sillas variadas (muy a la moda esto de mezclar diferentes aposentos individuales), donde pululaban varios ancianos montando sus sillas de ruedas. 
> ¿Y esto? le dije, ¿no nos sentamos en el comedor?
> No, el de Abajo es para los que pagan, me contestó.
Ahí quedó todo dicho. Apoyado en el plástico mantel, a riesgo de no poder despegarte después, departimos sobre lo humano y lo divino mientras saludaba a los mencionados ancianos motorizados que pasaban cerca de nuestro punto de reunión.
Así pasó este rato, entre historias del pasado y del presente, para terminar con él diciéndome "no te entristezcas por mi, yo ya he vivido", justo cuando hablábamos del futuro.
Acabar así, qué aflicción más insoportable.

martes, 25 de noviembre de 2025

LO QUE SE ATRAE O SE REPELE

 
 
Los polos, opuestos o iguales, se atraen o se repelen, aprendimos en el colegio. Ésta es una verdad inamovible como lo son las leyes de Newton o de Einstein.
Sirva esta pequeña introducción para llegar a lo que esta mañana quería comentar y compartir, que lo mismo es. Café a las 04:55h en el bar de Mariano, como siempre; Jacobo me sirve, comentamos los días pasados y los que nos llegan, solos él y yo, escuchando de fondo la COPE, a Carlos Herrera. ¿Tema? Claro, no podría ser otro. No hablaba de Pujol y sus trapicheos familiares (13 años para que empiece el juicio), ni de las fechorías del novio de Ayuso, aclaradas por esta lavadora judicial que nadie entiende, o casi nadie, ni del tándem T-P que parecen repartirse Ucrania ante los ojos del mundo, ni siquiera de su amigo el Emérito, que vino a España de comilona familiar al Pardo y de camino soltar por esa boquita lo que no está escrito -aunque en este caso lo contrario, dada la inminente publicación de sus Memorias en España ¡España!-; no, el tema de su diatriba mañanera cascabelera no podría ser otro diferente al del Fiscal General, ya exfiscal, y "las barbaridades" que ha dicho Pedro Sánchez, cómo no. Hemos tenido presidentes odiados, recuerden el ¡váyase Sr. González! como ejemplo, pero ¿tanto tanto odio como a Pedro Sánchez? Me preocupan, odiar así no debe ser nada sano.
Este periodista tiene todo el derecho del mundo a decir lo que le plazca ante sus micrófonos, brindo por ello, eso es lo que tiene vivir y trabajar en un país democrático, que cada cual puede expresar sus ideas libremente. Otra cosa es que las compartas o no. Se respeta el poder hablar, siempre, no lo que uno opine, eso ya es harina de otro costal. 
Todo este circunloquio para concluir que, desgraciadamente, va a costar que el país se aleje de su polarización actual, inversamente proporcional al electromagnetismo. En España ¡España! los polos se repelen siempre. Del PSOE o del PP, del Madrid o del Barça, de fresa o de chocolate, el caso es estar posicionado per saecula saeculorum. No sé si podré aguantar tanta expectación hasta las próximas elecciones..., claro que a mí no me gusta el fútbol, pero si me preguntan diré que soy del Tenerife o de la Unión Deportiva, hasta la muerte.
El ser humano no puede, no debe, perder nunca la capacidad de crítica ante lo que ve y lo que escucha, pero para eso debe conocer las reglas del juego, las herramientas para moverse, las técnicas, y esto solo se consigue invirtiendo en Educación desde niños. Pan y circo, vale, es lo que hay, pero ¿y si le añadimos a la receta educación también? El ocio es importante, el manjare por supuesto, pero no olvidemos que la educación es para el cerebro como el deporte para el cuerpo: salud. Y sin salud no hay nada.  
 
Hoy música casposa, bonita, cursi: Air Supply, "All Out of Love". Feliz martes.
 

HUMANIDADES


Matar las humanidades

Cometemos un error al someter a los investigadores en literatura y filosofía a las mismas exigencias que a los de las ciencias exactas o naturales.
Diego S. Gachorro, 24.11.2025
https://elpais.com/opinion/2025-11-24/matar-las-humanidades.html

A las humanidades las estamos matando quienes, supuestamente, deberíamos protegerlas. Custodiar nuestra tradición cultural debería ser una de las principales misiones de la universidad y, sin embargo, desde hace algunas décadas estamos sometiendo los saberes humanísticos a unas reglas que acabarán destruyéndolos. Aristóteles advirtió que es propio de insensatos aplicar a una ciencia los métodos y protocolos de otra. Pero me temo que ahora los humanistas pasamos más tiempo delante de una tabla de Excel que intentando desentrañar el acertado sentido de las palabras del sabio de Estagira.

Del mismo modo que una civilización coloniza a otra, las ciencias han extendido su influencia hasta someter disciplinas ajenas. Solo así se entiende que al ámbito de las humanidades se le hayan impuesto prácticas, métricas y discursos extraños a su propia misión. Hoy, un profesor universitario de historia medieval o de filosofía se ve obligado a transferir su conocimiento no en forma de libros, estudios o ensayos, sino en papers, pequeños textos estandarizados, disciplinados y uniformados al gusto de otras áreas de conocimiento.

Alguien creyó que las lecturas de un estudio sobre Petrarca podían contabilizarse igual que las escuchas de una canción de Kanye West. Pero la calidad de un papel en humanidades jamás podrá resumirse en las citas o los clics que genere. El investigador excelente que consagre su vida a un saber minoritario recibirá, a la fuerza, menos citas que un académico mediocre que estudie alguna cuestión de moda.

Las propias condiciones de investigación en humanidades están hoy amenazadas. Para prosperar en la academia, el humanista debe promocionar creando grupos de investigación, consiguiendo fondos, blandiendo sinergias, creando redes y utilizando con torpeza impostada un ridículo lenguaje gerencial. Todos lo aceptamos y colaboramos así en dinamitar los fundamentos de aquellos saberes que un día prometimos defender. Y es lamentable, porque nuestra labor podría ser infinitamente más noble.

Bastaría con tener un verdadero amor por las materias que cultivamos, contacto constante con las fuentes y, sobre todo, tiempo y silencio para estudiar. La situación es tan absurda que ahora te puedes encontrar a un supuesto experto en Salustio cogiendo un avión hacia Copenhague para hacer networking. Eso sí, sin llevar ni un libro en la maleta. Y no por falta de espacio, sino de costumbre.

lunes, 24 de noviembre de 2025

A ESTA SEÑORA NO LE IMPORTA NADA

Si es capaz de llamar hijo de puta al Presidente del Gobierno (Presidente electo, no lo olvidemos), tener un jefe deloquesea que miente en el Supremo, de dar medallas institucionales a mandatarios extranjeros saltándose el Ministerio de AAEE, etc., etc., y no le pasa nada, ¿qué le va a importar el medio ambiente? Pues eso, nada de nada.

Luz Casal, *No me importa nada.

El Ayuntamiento de Madrid ilumina por sorpresa el cauce del Manzanares a pesar de la oposición de vecinos y ecologistas
El sábado se han podido encender las luces del río porque una jueza ha denegado las medidas cautelares solicitadas por varias asociaciones y que pusieron pausa al proyecto la pasada Navidad.
Daniela Gutiérrez, 24.11.2025
https://elpais.com/espana/madrid/2025-11-24/el-ayuntamiento-de-madrid-ilumina-por-sorpresa-el-cauce-del-manzanares-a-pesar-de-la-oposicion-de-vecinos-y-ecologistas.html

El pasado sábado, a la par que el encendido de las luces de Navidad, el cauce del Río Manzanares se ha iluminado de color “azul PP”. A diferencia de la promoción que le dio el Ayuntamiento de Madrid a sus 13 millones de bombillas o a sus instalaciones lumínicas gigantes para celebrar esta época del año, las luces del Manzanares se prendieron sin avisar, tomando por sorpresa a vecinos y ecologistas que llevan más de un año pidiendo que esto no suceda. “Lo han hecho así a posta, porque saben que si nos enterábamos hubiésemos montado algo y le hubiésemos estropeado la foto”, dice Susana de la Higuera, presidenta de la Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial.

El verano de 2024 el Ayuntamiento ya había instalado las luces con el objetivo de encenderlas durante la pasada Navidad, pero la asociación vecinal y Ecologistas en Acción presentaron un recurso contencioso-administrativo frente a los Juzgados para impedirlo. Poco después también solicitaron medidas cautelares, con el objetivo de frenar toda actuación y así “evitar el daño a la biodiversidad del río hasta que no haya sentencia firme”. Tanto vecinos como expertos denunciaron el daño que esta contaminación lumínica produciría a la fauna que habita el río, principalmente a las aves, y presentaron cuatro informes periciales a la jueza del caso para justificarlo.

Cuando llegó el pasado noviembre, mes en el que se encienden las luces cada año, el Manzanares se mantuvo apagado porque las cautelares aún no se había resuelto. Pero en julio de este año la jueza respondió finalmente con la denegación. “Mientras no se resolvieron las cautelares estábamos tranquilos porque significaba que las luces no se podían prender, pero este año sí que han podido”, comenta De la Higuera. Aunque el recurso contencioso-administrativo se mantiene en curso, el ayuntamiento ha dado vía libre para cumplir su promesa ―que nadie solicitó, según la vecina― de iluminar las aguas del río.

El consistorio no informó sino hasta este domingo, con una nota de prensa, que finalmente se habían encendido las luces del Manzanares. Son 61 proyectores con bombillas led instalados a lo largo de 560 metros del cauce, específicamente en la presa número seis, entre el puente Oblicuo y la pasarela de Andorra, y funcionan de forma remota para cambiar la intensidad y los colores de los focos. La iluminación se activará entre viernes y domingo de 18.30 a 22.00, pero un detalle que ha llamado la atención de los vecinos y ecologistas es que el anuncio aclara que a partir del próximo 30 de enero los horarios se modificarán en función de la luz solar, lo que significa que las luces han llegado no solo para la Navidad, sino para todo el año.


“Nos preocupa también que dicen que es un proyecto piloto, así que esto puede que se extienda por todo el río o por otras partes de la ciudad”, se queja Lola Méndez, miembro tanto de Ecologistas en Acción como de Pasillo Verde-Imperial y vecina de la zona. Ella, como el resto de habitantes de Madrid Río no lo dudan, están seguros de que esto va a extender.

Méndez asegura que en estos momentos no se puede valorar el daño que harán estas luces “de discoteca” en la fauna y la flora, sino que será en la primavera, cuando llegue la época de migración, el momento en el que se verá si las aves logran criar a sus polluelos allí o tienen que migrar hacia otro sitio. Para ella está claro que el ayuntamiento sabe que las luces son perjudiciales porque en su nota de prensa hablan de que la instalación “se ha desarrollado mediante soluciones que minimizan la contaminación lumínica” y que los focos “están situados en un cajetero del río, limitando las emisiones luminosas hacia el cielo”.

Una de las justificaciones que ha dado el Gobierno municipal es que las luces aumentan la seguridad de la zona. “Es una completa mentira”, dice tajantemente De la Higuera. “No hay un problema de inseguridad en esa zona, y si lo hubiera, lo lógico es que se instalen luces en la calle, no en el cauce del río”. La presidenta de la asociación vecinal añade que esta actuación está más enfocada en el turismo que en los vecinos ―que hasta el momento no se han quejado porque las luces les afecten directamente―, porque este es un proyecto absolutamente “innecesario”.

UN 10 AL REFRANERO

 
 
Que el refranero es sabio lo sabemos todos, de manera que se me ocurre, volviendo al clásico "A palabras necias, oídos sordos", pasar completamente a lo que dice la inefable Ayuso. Que hable, que insulte, que despotrique, y que nadie le haga ni puto caso, tal cual. Bastantes voceros tiene ya para que encima los medios no afines reproduzcan sus sandeces una y otra vez. así que me despido con otro refrán, "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio".

 
PD. Habrá quien no esté de acuerdo conmigo y lo respeto, pero, seamos sinceros, ¿ven ustedes a Pedro Sánchez llamándola hija de puta? Pues yo no, qué les voy a decir. 

VISTO EN POZO IZQUIERDO


Pizzería El Arenal, pozo Izquierdo. Gran Canaria.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

Certero el chiste de hoy que nos regala Morgan, actual y real como la vida misma. ¿Recuerdan que escribía el otro día sobre una reunión con políticos donde, tras nombrar varias veces la necesidad de construir geriátricos públicos (cámbiese la dotación por la que se quiera), me mandaron a callar con aquello de ¡no estamos aquí para hablar de los geriátricos!
Pues eso mismo.
 

I WAS SEARCHIN', I WAS HOPIN'

Un poco de música de finales de los 70, en los albores de los 80 (1978), para animar esta semana que será larga, de trabajo y de emociones. Una semana de inventario predesmantelamiento, de cuenta atrás, de fortaleza antes los "no entiendo por qué se va", de estrenada e incrédula orfandad, de futuro esperanzador. Una canción facilona y rítmicamente optimista, ¿qué más necesitamos?
Electric Light Orchestra, *Sweet talkin' woman.

domingo, 23 de noviembre de 2025

TRISTEZA VS. DEPRESIÓN


Camilla Nord, neurocientífica: “La tristeza es normal, pero la depresión es invalidante”
Especialista en el sistema nervioso, dirige el Laboratorio de Salud Mental de la Universidad de Cambridge. Este año ha publicado ‘El cerebro en equilibrio’.
Álex Vicente, 11.11.2025

Camilla Nord (París, 36 años) dirige el Laboratorio de Salud Mental de la Universidad de Cambridge, donde es profesora de neurociencia cognitiva. Con cierto aire a una Hermione Granger adulta, nos recibe entre dos clases en un despacho acristalado que da a un jardín donde juegan las ardillas. Nació en Francia y creció en Washington, hija de estadounidense y holandesa, como delata un acento difícil de ubicar en el mapa. En un ensayo publicado este año, El cerebro en equilibrio (Paidós), sostiene tres tesis: que no existe un único remedio contra la depresión, que los fármacos no son tan malos como muchos sostienen y que el sistema nervioso persigue una estabilidad a lo largo de toda la vida que, por desgracia, siempre será precaria.

Pregunta. Esta mañana he visto en la Tate Britain un cuadro de Ithell Colquhoun, titulado Depresión: un manojo de hilos tensado y enredado. ¿Le dice algo?
Respuesta. Me dice mucho. Describe la jaula de la depresión: la sensación de no poder escapar. Pero esa puerta puede abrirse. Siempre hay salidas, aunque no sean iguales para todos.

P. A diferencia de otros expertos, usted no elige bando: admite múltiples tratamientos y considera que todos son válidos.
R. Un único tratamiento no sirve para todo el mundo. La investigación demuestra lo contrario: los trastornos son diversos, las causas son múltiples y, por tanto, deben existir varias maneras de tratarla. Los científicos ya hemos pasado esa pantalla. Ahora toca explicarlo mejor al público.

P. Algunos usan depresión como sinónimo de tristeza. ¿Cómo lo rebate?
R. La depresión es una alteración profunda de la experiencia emocional, y en parte física, que deteriora nuestras funciones vitales. Hay que distinguir las variaciones normales de la salud mental, porque no tenemos que estar siempre felices, de la enfermedad, que exige tratamiento para recuperar esas funciones. Estar triste es normal, pero deprimirse es invalidante.

P. Existe mucha desconfianza sobre la relación entre los científicos y la industria farmacéutica.
R. Es una preocupación legítima, nacida de sesgos, ocultación de resultados adversos y de la promoción injusta de algunos fármacos. Yo no colaboro con la industria, aunque conozco trabajos sólidos financiados por farmacéuticas. No hay que excluir los fármacos, pero tampoco convertirlos en la única vía. La biología también se modifica con experiencias y hábitos.

P. Defiende que tomar un café al sol o reír con una película pueden actuar sobre el cerebro de forma comparable a un fármaco.
R. Nuestras experiencias cambian el funcionamiento cerebral. Hay estudios preciosos: ver una comedia con amigos activa el sistema opioide endógeno y eleva el umbral del dolor. Su efecto recuerda, a menor escala, al de un analgésico. Demuestra que puede haber raíces biológicas comunes a través de rutas distintas: la farmacológica, claro, pero también la experiencial.

P. España figura entre los países europeos con más diagnósticos de salud mental. ¿Por qué hay países con más depresión que otros?
R. Existen grandes variaciones geográficas y temporales. Parte se explica por el acceso a la atención: a más acceso, siempre hay más diagnósticos. Pero, a igualdad de acceso, influyen factores ambientales —la pobreza, quizá la contaminación—, pequeñas diferencias genéticas y, sobre todo, las distintas expresiones culturales de las emociones. Cada cultura expresa malestar de maneras distintas y eso afecta también a los trastornos psiquiátricos. Y también pesa el estigma: donde hay más vergüenza, siempre hay menos diagnósticos.

P. ¿Hoy somos más depresivos o solo hablamos más del tema?
R. No hay una respuesta definitiva. Parte del aumento visible de casos se debe a ese mejor acceso. Pero también hay indicios de ligero deterioro del bienestar, sobre todo en los jóvenes. Tener mayor conciencia del problema tiene un reverso: fomenta vigilar los síntomas y atribuirlos a lo clínico, cuando a veces son los vaivenes normales de la vida. Por otra parte, el estado del mundo influye. La pandemia dañó la salud mental y también lo vemos con la crisis climática o la proximidad de la guerra, especialmente en jóvenes, aunque falta confirmarlo a escala poblacional.

P. Usted estudia el equilibrio del sistema nervioso. ¿Qué es un cerebro estable y cómo se consigue?
R. El cerebro se reajusta continuamente. Es un órgano predictivo que alinea lo vivido y lo esperado con el entorno para mantener la homeostasis, la capacidad del organismo de mantener condiciones internas estables pese a los cambios externos. No alcanzamos el equilibrio cerebral una vez y ya. Estamos obligados a reajustarlo durante toda la vida.

P. Los electroshocks tienen mala fama. Usted dice que, por desgracia, funcionan.
R. Dudé en incluir la terapia electroconvulsiva en mi libro por su negra historia, pero los datos muestran gran eficacia en depresiones gravísimas. El problema son los efectos secundarios, sobre todo en la memoria. Aun así, los modelos no apuntan a un daño cerebral e incluso se han observado aumentos celulares en áreas concretas. Pero si alguien sufre pérdidas de memoria, hay que tomarlo muy en serio. Por eso se reserva para casos en los que ninguna otra solución ha funcionado, siempre con consentimiento y un seguimiento estrecho.

P. La hipótesis de que los fármacos compensan un déficit de serotonina está desacreditada, pero usted defiende que los antidepresivos funcionan en cerca de la mitad de los pacientes. ¿Cómo se explica?
R. Durante la segunda mitad del siglo XX hubo marketing engañoso: se habló de corregir ese supuesto déficit sin suficientes pruebas y se minimizaron los efectos adversos. Aun así, a muchas personas esa medicación les funciona, sin que haya una explicación clara. Yo no la descartaría, pero no porque corrijan un supuesto déficit, sino porque alteran cómo procesamos la ambigüedad de algunas emociones, que podemos decodificar como buenas o malas.

P. ¿Cómo actúan los antidepresivos si no corrigen un déficit?
R. Al cambiar los niveles de serotonina —sin necesidad de que exista un déficit previo—, alteran el procesamiento de señales emocionales y nos desplazan hacia una posición más neutra o positiva. No suben el ánimo de golpe, sino que ajustan el sesgo con el que interpretamos esas interacciones y señales ambiguas. Es como cambiar el filtro con el que miras.

P. ¿Qué responde a quien se opone a la sobremedicación y diagnósticos rápidos?
R. Lo entiendo: con sistemas sanitarios tan saturados, recetar es más inmediato que ofrecer psicoterapia, que requiere tiempo y recursos. Yo también preferiría decisiones más adaptadas, pero excluir la medicación no es la solución. Hay personas que, tras intentarlo todo, salen del pozo con un fármaco. Yo creo que deben poder acceder a él.

P. Dedica el libro a su hija y a su mujer, y lo abre con una escena de su boda. ¿Por qué exponerse tanto, algo que muchos científicos evitan?
R. En mis artículos científicos nunca hablo de mí. En el libro quería abrir también el mundo de quienes hacemos ciencia: por qué pensamos lo que pensamos, de dónde nace la vocación y cuándo cambiamos de idea. Si quería enseñar a mirar el mundo como científica, debía mostrar un poco a quién mira.

P. ¿Usted ha sufrido una depresión?
R. Yo no, pero personas muy cercanas sí. Quizá por eso me obsesiona entenderla. Una eminencia del campo, Nolan Williams, se suicidó recientemente. Fue devastador. Eso nos recuerda que, por cerca que estemos de las soluciones de la ciencia, nada es suficiente para enfrentarse a una depresión.

P. ¿Sería mejor científica si hubiera estado deprimida?
R. Sería peor científica si no trabajara codo a codo con quienes sí la han vivido o si no los escuchara.

P. Y la última: me chivan que es una gran fan de Buffy, cazavampiros. ¿Le influyó?
R. Para mí es un modelo ético: hacer lo correcto y pensar en el bien común, incluso cuando no te beneficia. En el mundo académico puedes avanzar a costa de otros. Dirigir un laboratorio implica recibir crédito por trabajos que siempre son corales. Procuro no anteponerme nunca al equipo. Puedes ser, a la vez, una persona exitosa y solidaria.

NO COMMENT!

 

¡COMUNISMO O LIBERTAD!


Y luego dicen que si la juventud
Ahora, dicen los denunciadores de la dictadura actual, destacas algo bueno del franquismo y te llaman franquista. Ya se sabe, en esta dictadura no se puede decir nada, no porque te metan en la cárcel, sino porque te critican.
Elvira Lindo, 23.11.2025

Dos ancianas, por decirlo bien y pronto, cargaban sus bolsas de la compra por la acera de una populosa calle valenciana. Adelantar a mujeres de esas generaciones es tarea ardua porque guardan la vieja costumbre de andar del brazo ocupando la calle, y puede ocurrir, como así fue, que de pronto se paren para enfatizar una afirmación, con lo que las viandantes que vamos detrás hemos de tener reflejos para no caernos sobre ellas. Aun así, agradezco haber escuchado de sus bocas una información valiosa: ambas concluyeron que vivíamos en una dictadura comunista. Confieso que tal afirmación me extrañó porque tenían la edad suficiente como para haber vivido el mandato que el régimen nacionalcatólico imponía a las mujeres, pero luego deduje que ellas distinguían entre dictaduras de distinto palo. Esta dictadura comunista en la que vivimos posee rasgos tan particulares que la opresión no se pilla a la primera. No me hago de nuevas porque no es la primera vez que oigo semejante cosa. Si te paseas cualquier mañana a la hora del viejo aperitivo por el cogollito de Manuel Longares, el barrio de Salamanca, puedes cruzarte con señoras que, blandiendo un vermú, te informan a gritos de estar amordazadas por tan singular dictadura. Tal vez lo que acusan es que su barrio está siendo comprado por ricos latinoamericanos que están dejando en minoría a la flor y nata de la ranciedad castiza, pero el caso es que esta denuncia permanente de la dictadura sanchista, encabezada por la presidenta madrileña, ha calado. Al parecer, en las dictaduras comunistas se persigue sin piedad a los defraudadores de impuestos o a los que se enriquecen con el material sanitario en momentos de extrema gravedad, y por contra, en las democracias ideales, se premia al propagador profesional de bulos, se castiga a quien los denuncia y se desoye la voz de los periodistas que trabajan por contarnos la verdad. Ay, señor, y luego dicen de la juventud, que se está volviendo franquista.

Habrá que empezar a pensar en quién inocula en sus cerebros estas ideas. Alguien les ha ido con el cuento de que Franco mejoró las infraestructuras, que es algo que suena como muy técnico. Antes se hablaba de pantanos, ¿recuerdan?, pero se ve que hasta los nostálgicos encuentran el término propio de un engolado narrador del No-Do y han decidido actualizarlo. Lo bueno, bueno de Franco, eran las infraestructuras, qué caramba. Vino a decirlo la alcaldesa de Valencia, reina de la sensatez, que declaró que cada época tenía su afán. Lejos de mí la intención de quitarle mérito al Caudillo, pero las infraestructuras de Hitler, oye, por favor, o las de Mussolini, muy a la vista por ser un hacha de la arquitectura fascista, ya no digamos las de Pinochet, el del milagro económico. De los desaparecidos, luego ya si eso. Poco recuerdan los nostálgicos de las infraestructuras de aquella política económica de Franco que provocó más de una década de hambruna. Pero claro, una vez que el hambre remitió gracias entre otras cosas al dinero de los emigrantes, a la mano de obra de los presos, al incipiente turismo, el pueblo comenzó a respirar e incluso a soñar con el futuro. Lo que es, es. Pero ahora, dicen los denunciadores de la dictadura actual, destacas algo bueno del franquismo y te llaman franquista. Ya se sabe, en esta dictadura no se puede decir nada, no porque te metan en la cárcel sino porque te critican. Terrible.

Este 20-N, que ha acabado siendo inolvidable, vi a Nati Camacho y a otras antifranquistas veteranas de las que padecieron cárcel en la misma era de las infraestructuras, llevarse las manos a la cabeza: ¡si Madrid estaba lleno de chabolas!, decían, ¡si no llegaba el agua a muchos barrios!, ¡si la gente se construía sus casas por la noche! Aquel Tiempo de silencio. Pero por qué no ver el lado luminoso de aquel tiempo. Con Franco, unos vivían mejor, y otros, como decía Vázquez Montalbán, subían mejor las escaleras.

DEJAR DE FUMAR

Asistentes a la misa por Franco, a las puertas de la parroquia de los Doce Apóstoles, este jueves en Madrid. Juan Barbosa

Franco es como el tabaco
Pueden pasar años sin conseguir olvidarte de ese vicio que estaba unido a toda clase de gestos, emociones, sentimientos y estilo de vida.
Manuel Vicent, 23.11.2025

Hay gente que se ha fumado la dictadura durante 40 años e ignorando que era un veneno, muchos incluso la fumaban con placer; en cambio otros lucharon por quitarse ese vicio porque sabían que con ello les iba el pellejo. Quien después de fumar muchos años deje el tabaco, pese a todo, seguirá siendo un exfumador el resto de su vida y puede que si baja la guardia un día sin darse cuenta se sorprenda con un cigarrillo en los labios y volverá a empezar una y otra vez. Franco es como el tabaco y lo malo de ello, como pasa con el franquismo, son las recaídas. Cuando uno deja definitivamente de fumar sucede que al cabo de pocos días toda la nicotina del cuerpo ha sido expulsada por la orina. El veneno ha desaparecido. El cuerpo se ha desintoxicado. Franco ha muerto. Con eso uno piensa que ha ganado. A los tres meses sin humo los capilares de los pulmones que habían sido abrasados por miles de cigarrillos comienzan a regenerarse y vuelven a captar el oxígeno. Parece como si hubiera llegado la libertad, pero el verdadero problema consiste en desenredar el hábito del circuito del cerebro. Pueden pasar años sin conseguir olvidarte de ese vicio que estaba unido a toda clase de gestos, emociones, sentimientos y estilo de vida. Un día verás que alguien fuma con fruición un cigarrillo de la marca que tú fumabas y sentirás un tirón; la batalla por vencer el tabaco es muy larga pero siempre se gana cuando sientes que la has olvidado. A la hora de celebrar el 50 aniversario de la muerte de Franco te preguntan qué hacías cuando murió dictador. Sin duda sería más positivo que se interesaran por saber cómo viviste el primer día de libertad. Aquella famosa botella de champán estaba a favor de la vida, no de la muerte. Los jóvenes deben saber cómo se las gastaba aquel hombre, pero basta con que se le nombre para que Franco vuelva a existir. Queda mucha gente en este país que jura haber dejado de fumar, pero guarda una cajetilla en la estantería al alcance de la mano.

ORNELLA VANONI. RIP

 
*L'appuntamento.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 


LA IMPARCIALIDAD HOMÉRICA


Domingo, víspera de la vuelta al trabajo, día feo donde los haya. Pero aquí sigo, inasequible al desaliento (por ahora), en un día soleado y poco ventoso de finales de noviembre, donde el invierno es una utopía (dicen que mañana llega calima de nuevo), a punto de meternos de lleno en el ojo de las Navidades y su buenrollismo, y con el día por delante tras una noche de sueño casi reparador. Esta mañana abrí los ojos a las 5, ya la cabeza lo sabe, aunque sea una madrugada adelantada.
Me preparo un café y leo con interés un ídem artículo acerca de la filósofa Hannah Arendt, donde se habla, entre otras cosas, del coraje de la imparcialidad homérica.
Musk busca destruir eso. Cuando, en su investidura, Trump mencionó “la revolución del sentido común”, sabía bien lo que hacía. Los autócratas entienden que el sentido común es el puente que conecta nuestra percepción individual con la de los demás y nos permite construir una realidad compartida. Sin él, las experiencias quedan encerradas en nuestra subjetividad y es imposible alcanzar acuerdo alguno sobre lo que es o no real. Pero Musk no es una anomalía: es el actor político ideal en la era de la posverdad, alguien que quiere romper el mundo común porque no lo necesita. Tiene el dinero para comprar la infraestructura comunicativa, el alcance para fabricar su propia realidad y seguidores dispuestos a creer que lo suyo es “sentido común”, aunque contradiga lo que ven con sus propios ojos.
Porque la imparcialidad no consiste en dar el mismo tiempo de palabra a Aquiles y a Héctor y pesar sus argumentos en una burocrática balanza. Consiste en no perder el juicio sobre lo que ocurrió. Homero no dice “los griegos tenían razón”, ni tampoco pretende que la guerra no existiese o que los bandos fuesen intercambiables. El poema homérico juzga: muestra violencia, pérdida, sinsentido, gloria, tragedia. Y al hacerlo, preserva la memoria de lo que realmente sucedió. Pero la BBC se dedica a la equidistancia procedimental dando igual espacio a quien afirma hechos verificables y defiende la democracia y a quien difunde mentiras y amenaza con fusilamientos. Como si la imparcialidad consistiera en no juzgar nunca y mantenerse en un punto medio imaginario entre dos extremos. Eso no es imparcialidad sino abdicación del juicio, y Arendt fue muy clara al respecto: frente a la verdad factual, no hay lugar para la equidistancia. Que Trump diga que las elecciones fueron robadas no merece el mismo crédito que la evidencia de que no hubo fraude. Si Musk hace un saludo nazi, no puede pretender que quienes lo vimos estemos igual de equivocados que quienes lo niegan. La imparcialidad exige reconocer los hechos y juzgarlos desde múltiples perspectivas, no fingir que no han existido.
(Extractos del artículo "Necesitamos una realidad compartida: Hannah Arendt, el antídoto contra los hechos alternativos", Máriam Martínez-Bascuñán).
Fuimos al cine anoche y nos equivocamos de película. Creo que es la primera vez que me ocurre. No logro entender la causa, pero de una película basada en una novela de Stephen King, "The long walk" ("La larga marcha"), acabamos comprando entradas para ver "The running man", un bodrio importante, aunque entretenido, supongo, nueva versión de otra película de 1987, homónima (en España se tituló "Perseguido"), protagonizada por Arnold Schwarznegger. De la peli que no vimos poco puedo decir por obvias razones, pero de la que sí, donde nada destaca, se me quedó grabado una de las frases pretenciosas que el protagonista repetía casi al final: "¡No veas la televisión!". En el contexto, la televisión pública (freevisión, creo recordar, era el Gran Hermano que manipulaba las mentes de la población). Se ha hablado y escrito mucho sobre la manipulación, sobre todo mediante la televisión, pero ahora las redes socueles han dado tantas vueltas de tuerca que no hay nada con lo que se pueda comparar. La frase hoy día debería ser: "¡No tengas redes sociales!".

Vivimos en una época de la que Quevedo -el bueno- hubiera podido escribir "Érase una sociedad a un móvil pegada", donde la imagen es lo que impera (véanse labios y tetas operadas), donde nadie pone en tela de juicio lo que lee, donde las redes sociales marcan el ritmo y donde se hace gala de la ignorancia (sí, ya lo sabemos, leer está sobrevalorado), donde el sentido común ha desaparecido, donde acabamos siendo del Madrid o del Barcelona pase lo que pase.
Un poco de música y ¡feliz domingo!
Claude Debussy, *Clair de luna.