Teletrabajar tiene sus cosas buenas y sus cosas mejores. Lo que peor llevo es tanto trasiego aeroportuario, pero vamos, aquí sigo. ¿Lo mejor? salir del aquelarre, al menos, dos días a la semana; nada es perfecto.
Un buen ambiente es básico para trabajar, pero cuando no se disfruta de él siempre hay comodines a los que echar mano. Comodines y buena gente, que haberla hayla. sólo nos resta creer en el karma, el futuro no existe, el futuro es hoy. Como ya he recordado muchas veces, no hay que creerse nada, somos insignificantes; más alto es un poste y lo mean los perros.
Guerras escogidas con microscopio -mejor ninguna-, sacudida de toxicidad como un perro al salir del baño, sonrisa perpetua -el enemigo odia eso- y respiración profunda cada vez que llega una flecha.
¿Recuerdan el famoso reloj de Manolo Vieira? ¿aquél que era de oro, un día sí, un día no? Pues así son las cosas, más que oro, oropel.
A mal tiempo, buena cara, reza el sabio refranero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario