sábado, 29 de junio de 2024

Y LOS DOMINGOS A MISA

 


LA VIDA EN DIRECTO


Flaco favor le hacen los periodistas a los demócratas norteamericanos si todos dan por hecho el fracaso de Biden en el ya famoso debate preelectoral. Todos coinciden en que Biden falló, tuvo lapsus, dudó demasiado en responder, etc. Él se defiende diciendo que ya no es joven y no debate tan bien; me parece una respuesta sincera y honrada. ¿No ha sido un Presidente decente hasta ahora ? ¿No lo ha hecho bien? Pues esto debiera bastar para su reelección. Hoy, que vivimos ante las cámaras y todo se sabe en el acto, debemos ser perfectos y no equivocarnos. Uno no puede ser torpe o tener algún fallo, no. La dictadura de la perfección nos hace vivir al límite.
Debemos mirar más allá, lo esencial es invisible a los ojos; ya lo decía Saint-Exupéry en boca del Principito.
Qué patético duelo entre el senil y la bestia
No soy tan ingenuo para creer que Biden y Trump representan la lucha entre la luz y la oscuridad, pero todavía sé distinguir entre lo mediocre, lo malo y lo peor.
Carlos Boyero, 29.06.2024

Veo con malestar variados extractos del lamentable debate en televisión entre un gorilón permanentemente teñido, mentiroso profesional y casi siempre impune, con el que no sabes si te desagrada más su babosa gestualidad que su temible pensamiento, y un anciano con signos inequívocos de devastación física y mental. Todo en el primero, llamado Trump, me provoca ancestralmente lógico asco. Y ante Biden siento piedad. Fui dolorido testigo en mi familia del nacimiento y la progresión de esas enfermedades brutales llamadas Alzhéimer y demencia. Inicialmente pueden exasperarte, pero después solo queda la compasión y la ternura ante cerebros devastados. La desigual batalla en ese plató entre el senil y la bestia tendrá consecuencias inquietantes para el resto de la humanidad. No soy tan ingenuo como para creer que representan la lucha entre la luz y la oscuridad, pero todavía sé distinguir entre lo mediocre, lo malo y lo peor.

Las mayores atrocidades en la historia del siglo XX fueron protagonizadas por fulanos como Hitler, Stalin y Franco. Exhibiendo, qué casualidad, los tres, bigotito o bigotazo. Pero es muy turbador recordar que todos ellos fueron idolatrados por la inmensa mayoría de su pueblo. Alemania, el país más alfabetizado de Europa en aquella época, votó masivamente a los nazis. Estos protagonistas de la historia universal de la infamia utilizaron el terror cuando les convenía, pero también sintieron la adoración de sus compatriotas. Digo yo que alguna responsabilidad tendrán las masas, el pueblo llano, en las dictaduras que ejercen los monstruos.

Abundan esos bichos en las jefaturas del mundo actual. Qué miedo dan gente como Trump, Putin, ese bebé caprichoso y enfermizo en posesión de bombas atómicas que reina en Corea del Norte, Netanyahu, los ayatolás de tantas religiones. Aunque solo fuera por cuestión estética y cultural, cuánta añoranza despiertan políticos como Churchill, Kennedy, Obama. A los amos del actual universo no se los inventa ni la imaginación más calenturienta de los guionistas del cine de terror.

viernes, 28 de junio de 2024

NADA PUEDE SUPERAR ESTAS PORTADAS

No puede haber nada que supere las estrambóticas cintas de cassette de gasolinera de los 70... excepto sus equivalentes en Siria. 
POR @ALVY — 10 DE JULIO DE 2023







SERES CONSCIENTES


Sobre los animales (y otros seres) que pueden ser considerados conscientes y de dónde surge esa peculiar característica
POR @ALVY — 1 DE JULIO DE 2022

La consciencia nos parece algo único. Sin embargo, ese reconocimiento natural de la propia existencia parece claro que no es único del homo sapiens: muchos animales exhiben las mismas propiedades que nosotros. Por si eso fuera poco, ahora comenzamos a explorar la posibilidad de que las inteligencias artificiales sean también conscientes, lo cual no está exento de problemas.

En un podcast reciente escuché al gran @Recuenco explicar que hay quien considera a los pulpos animales tan conscientes como los humanos, y que se habían publicado trabajos científicos sobre ellos. Yo tenía claro que hay otros animales como nuestros primos los primates, los adorables delfines y seguramente los perros, gatos e incluso los cuervos que exhiben rasgos de esa consciencia, pero ni idea de hasta qué punto. ¿Las abejas? ¿Las hormigas? ¿Las orcas? Ni idea. Probablemente todo depende de cómo definas la consciencia, que es lo que pasa siempre.

Por eso me ha encantado cruzarme con Picturing the Mind, un libro editado por MIT Press –y también disponible en tu librería hegemónica habitual– que no he podido leer todavía, pero donde parece que se trata sobre este tema de forma bastante ligera, con ilustraciones y textos sugerentes para debatir. Y aunque sea difícil marcar la delgada línea roja que separa la consciencia de la no-consciencia, dan muchas pistas, incluyendo esta lista de características que comentan en un largo artículo también muy interesante:

LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CONSCIENCIA, explicadas en Picturing the Mind de Simona Ginsburg y Eva Jablonka:

1. Unión/unificación: ver los objetos como poseedores de características propias.
2. Accesibilidad global: existencia de interacciones entre diversas partes del cerebro para comparar, generalizar, evaluar y tomar decisiones.
3. Atención y exclusión selectivas: amplificar o excluir señales según eventos pasados y el contexto del momento.
4. Intencionalidad: incluyendo mapear representaciones del cuerpo y sus partes, del mundo y de las acciones.
5. Integración: poder guardar la información suficiente tiempo como para integrarla y evaluarla.
6. Objetivos y evaluaciones flexibles: llevar a cabo acciones como recompensa o castigo según el contexto.
7. Personificación: actividades espontáneas y comportamiento premeditado para lograr objetivos.
8. ntido del yo: registro del yo/otros desde una perspectiva estable.

La lista me parece bastante completa y acertada, y está claro que muchos animales cumplen todas o casi todas. Entre otras cosas, si aceptáramos esa regla latente en nuestro interior de «no te comerás a los seres como tú» prácticamente nos convertiría instantáneamente a todos en vegetarianos (¡no más pulpo á feira, Wicho!) Yo desde luego no me comería un delfín, ni mucho menos un chimpancé, pero esto y otras variantes de dudoso gusto son habituales en otras culturas. Aparte de que está el tema de la supervivencia, evolutivo y demás.

Lo interesante también es que muchos algoritmos de inteligencia artificial se diría que también comparten todas estas características (ven las cosas como objetos con características, funcionan mediante recompensa/castigo, mapean el cuerpo –robótico– en su mundo recreado…) La diferencia es que las IAs no son seres con química de carbono, como nosotros o el resto de animales conscientes, sino de silicio, aunque ambos compartamos la necesidad de energía, seamos mortales y podamos multiplicarnos y evolucionar. Lo del alma no le consta todavía a la ciencia.

En cualquier caso, es un tema interesante y que desde luego da para mucho debate. Veremos qué pasa cuando algunas IAs superen el test de Turing y puedan ser consideradas, al menos, «inteligentes». Y cuando luego intenten lo mismo con todas las definiciones y matices que le queramos poner a consciencia. Va a ser divertido de ver.
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Nota: Aunque a veces los términos consciencia y conciencia son según el diccionario sinónimos prácticamente intercambiables, en el contexto de la inteligencia, la neurología y la filosofía son bastante diferentes. Consciencia suele aplicarse para el «autoconocimiento de la propia existencia» (ej. «recuperar la consciencia tras haber estado anestesiado») y conciencia cuando además de eso hay ciertas implicaciones morales (ej. «ser consciente de que golpear con un palo en la cabeza a alguien está mal»).

DERECHOS PARA TODOS, SIEMPRE

 


Día Internacional del Orgullo LGBT
28 de junio

jueves, 27 de junio de 2024

SKY HOTEL

 

FORGES

 

EL PRIMER CONTACTO

 

NOTA. Subtítulos en español también, puedes cambiarlos en el recuadro de la esquina inferior derecha.

DESVÁN BLANCO

 

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 

SMALLBOY TOWN Y VICEVERSA


El increíble éxito de ‘Smalltown Boy’, la canción sobre un joven gay que huye de su casa, hace 40 años
Era impensable que en 1984 y en pleno thatcherismo un tema que hablaba sobre un chico homosexual y un videoclip de tintes cinematográficos que lo retrataba sin velos se convirtiese en un éxito, pero fue más allá: se convirtió en un clásico que removió la vida de varias generaciones.
Joaquín García, 27.06.2024

En 1984 un adolescente homosexual apenas tenía algún referente positivo al que agarrarse. Nada a su alrededor que no fueran chistes de mariquitas, comentarios chuscos en el instituto o reportajes escandalosos en la revista Interviú. Pero una canción, y su videoclip luego, iban a cambiar ese panorama en parte. El de 1984 fue el verano de Smalltown Boy, el primer sencillo de un grupo llamado Bronski Beat y que arrasó en las discotecas de baile de toda Europa. Contaba la historia de un chico solitario y perseguido que tiene que huir de su hogar para poder ser feliz. El videoclip, popularizado en Reino Unido gracias a la MTV y en España a programas como Tocata, mostraba con una franqueza inédita lo que nadie se había atrevido antes.

Bronski Beat se formó en Londres alrededor de la figura (y voz) de Jimmy Sommerville, que había crecido en el Glasgow de los sesenta y setenta. La capital industrial de Escocia era un mundo de hombres de verdad, clima desapacible y crisis económica permanente, poco receptivo a aceptar comportamientos o sexualidades no ortodoxas. Como cualquier gay de su generación su única vía de escape estaba en la pista de baile, al son de los grandes éxitos del género disco. Temas como You Make Me Feel (Mighty Real) de Sylvester o Don’t Leave Me This Way de Thelma Huston, canciones disco que hablaban de amores ardientes, obsesivos, imposibles y probablemente ilícitos, fueron la banda sonora de la liberación homosexual de los setenta.

Pero las posibilidades de un gay de ser el mismo en uno de los epicentros de la crisis industrial de los setenta eran prácticamente nulas y, a finales de la década, Sommerville se trasladó a Londres, donde vivió de okupa mientras se implicaba en grupos y movimientos de liberación homosexual durante los años mas duros del neoliberalismo de Margaret Thatcher. Para Sommerville esto era parte de su ideario político tanto como la lucha de clases, más a la izquierda que el partido laborista.

En ese entorno conoció a a Steve Bronski y a Larry Steinbachek. Con ellos empezó a experimentar con sintetizadores, sonidos pregrabados y sus propios poemas. Y también aquí se puso de manifiesto el poder de su voz: el menudo Jimmy era un contratenor natural que se movía con asombrosa facilidad en el mundo del falsetto hasta alcanzar notas altísimas.

Pronto comenzaron a actuar en locales y convocatorias vinculadas al movimiento gay. Éxitos de temas de baile de lo que se vino a llamar Hi-NRG, que hicieron populares a Laura Branigan, Stacey Q o Dead or Alive, no tardaron en llegarles ofertas discográficas. Pero apostando siempre por la libertad creativa y la visibilidad sexual, rechazaron trabajar con gigantes como Trevor Horn o Stock Aitken Waterman y eligieron a Mike Thorne, el productor de Tainted Love de Soft Cell, para hacer su disco.

El álbum se tituló The Age of Consent (La edad de consentimiento), en referencia a la hipocresía de la legalización (o descriminalización, mejor dicho) de la homosexualidad en Inglaterra en 1967. Con la nueva ley, un adulto de 21 años podía mantener relaciones sexuales con otra persona de su mismo sexo y edad, igual o superior, sin que eso fuera delito. Sin embargo, para los heterosexuales esa “edad del consentimiento” eran los 16 años. De hecho, la funda interior del disco explicaba el tema en incluía el teléfono de una asociación de apoyo para gays. Nada que ver con la codificación para entendidos de Village People. Visibilidad y lucha política desde la portada. Incluso se distinguían fisicamente por su estética, radicalmente opuesta a la extravagancia neorromántica. Vestían polos y camisas de cuadros, vaqueros y botas Dr. Martens, más próximos al look skin head. En realidad se trataba del uniforme de la lucha política anti thatcherista de la que procedían. Bronski Beat fue el único grupo importante que participó en el famoso concierto de apoyo a la huelga de los mineros por parte del colectivo gay, como aparece en la película Pride de 2014.

La historia de Smalltown Boy refleja la de muchas personas LGTB que en el momento de su publicación y todavía hoy buscan una vida mejor en un lugar alejado de sus sitios de origen. El pueblo, el bullying, unos padres que no comprenden lo que sucede y la soledad están presentes en la letra, cuyo estribillo repite como un mantra “¡date la vuelta, huye!” y “Llora chaval, llora”, aunque no se sabe si es lo que gritan sus acosadores mientras le patean o si se lo está diciendo él a si mismo.

El artista plástico Carles Congost recuerda el impacto de la canción en aquel verano de 1984. “Recuerdo perfectamente esa canción, ese momento, ese disco. Para el resto podía ser solo una canción de baile pero los que entendíamos nos sentíamos indentificados”. Nacido en Olot, un municipio de Girona, sabe perfectamente lo que es crecer en un entorno pequeño y poco abierto a la diversidad: “Con o sin episodios de bullying sabías que tenias que irte. Has crecido a medias. Siempre fingiendo, interpretando a otro, sin poder ser tu mismo. Tenías la autocensura tan interiorizada que, sobre todo, sabías lo que no tenías que hacer”.

Congost ha dirigido videoclips para algunos de los grupos mas importantes de la musica nacional (como Retorciendo palabras de Fangoria), tiene un proyecto musical, The Congosound y utiliza las estrategias del pop en su trabajo artístico. “Siempre me han interesado como canal para contar historias. La musica pop tiene una capacidad de autoidentificación que hace que cuando oyes una canción determinada te parece que habla de ti, de tus amigos. Y en este caso mas todavía. La tristeza que contiene esa canción es la de mis 15 años.”

La homosexualidad no estaba presente en la música de los primeros años ochenta, a pesar de las apariencias. Los nuevos románticos, esos hijos comerciales del glam y de la new wave, gastaban en laca y maquillaje más que muchas peluquerías, pero su aspiración fundamental era la de llamar la atención un rato antes de pasarse al traje de chaqueta y la balada pegadiza. Al final, los Duran Duran o los Spandau Ballet terminarían por casarse con alguna modelo en una playa tropical o con su novia de toda la vida en la parroquia del barrio.


Las pocas excepciones a esta regla podían escandalizar con sus looks pero luego renegaban de palabra. Nadie como Boy George encarnó la ambigüedad sexual en los ochenta, pero en su momento nadie se supo de su tormentosa relación con el batería del grupo y cuando en las entrevistas promocionales le preguntaban por su sexualidad evitaba dar respuestas claras. Algo parecido ocurría con Freddie Mercury, que en ese mismo 1984 aspiraba su casa travestido en el video clip de I want to break free pero nunca reveló en vida sus tendencias sexuales. Elton John no habló abiertamente de su homosexualidad hasta 1992.

Carles y Daniel

En 1984 el fotógrafo Daniel Riera era un adolescente que empezaba el nuevo curso en el instituto de su Olot natal. El primer día conoció a otro chico que se sentaba a su lado. Era Carles Congost y pasaron aquel verano bailando Smalltown Boy. Ni siquiera hablaban de lo que tenían en común: “Para decir ciertas cosas tenías que esperar el lugar y el momento propicio y esperar que te aceptaran. Pero la música o el cine eran las cosas de las que hablábamos, las que teníamos en común, y ahí estaba todo” recuerda hoy. “Tenía ese disco en todos los formatos posibles. En vinilo, en cassette y luego en CD. Y lo sigo teniendo y escuchando”.

La popularidad de Bronski Beat se diluyó pronto. Tal vez el concepto de un grupo formado enteramente por hombres homosexuales cantando abiertamente a la homosexualidad no podía durar a mediados de los ochenta. Su cantante, Jimmy Somerville, sí gozó de éxito duradero tanto en solitario como con otro grupo, The Communards. Bronski Beat permanece hoy como un grupo que rompió las reglas y Smalltown Boy es un clásico que han homenajeado artistas como Brandon Flowers y tiene 370 millones de escuchas en Spotify. Tal vez todavía a alguien, en algún lugar del mundo, le apela personalmente como mucho más que una canción pop.
Bronski Beat, *Smalltown boy.

miércoles, 26 de junio de 2024

HUH?

 

¡LIBRE!


La jueza deja en libertad a Assange tras declararse culpable y sentenciarle a una pena ya cumplida
El fundador de Wikileaks se dirige a Australia tras ser condenado por violar la Ley de Espionaje como parte de un acuerdo con Estados Unidos.
Miguel Jiménez, 26.06.2024

Julian Assange ha llegado con traje y corbata, aunque con aspecto algo desaliñado, a su cita con la libertad. El fundador de Wikileaks ha comparecido a primera hora del miércoles en el tribunal de distrito de Saipán, en el territorio de las Islas Marianas del Norte. Allí, la jueza Ramona Manglona ha ratificado en una vista el acuerdo alcanzado con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Assange se ha declarado culpable de un delito de violación de la Ley de Espionaje, por el que ha sido condenado a una pena ya cumplida de unos cinco años de prisión. Ha salido del juzgado como “un hombre libre”, como ha dicho la jueza, tras 12 años recluido, siete de ellos en la Embajada de Ecuador en Londres y otros cinco en una cárcel de máxima seguridad británica.

De esa cárcel, desde la que estuvo combatiendo contra su extradición, salió el lunes para subirse a un avión privado en el aeropuerto de Stansted (Londres) que, tras hacer escala en Bangkok (Tailandia), aterrizó este mismo miércoles (horario local) en el Aeropuerto Internacional de Saipán. Assange, de 52 años, ha llegado al juzgado acompañado por el embajador de Australia en Estados Unidos, el antiguo primer ministro Kevin Rudd. El Gobierno australiano ha abogado desde hace años por la libertad del polémico fundador de Wikileaks.

El fundador de Wikileaks no ha hecho declaraciones a su llegada, rodeada de una gran expectación, ni tampoco tras quedar en libertad. Se ha bajado de un coche blanco con una media sonrisa permanente, ha pasado los controles de seguridad y se ha dirigido a la sala, según las imágenes difundidas. No se ha permitido el acceso de cámaras a la vista, que tampoco ha sido retransmitida. Los pocos medios que han podido acceder a la sala han contado que había más de medio centenar de personas presentes.

El desenlace de una saga jurídica de largo recorrido se ha producido en un lugar pintoresco, en un moderno palacio de justicia, no muy lejos de la playa, de la mayor de las 14 islas del archipiélago situado al norte de Guam, que constituye un Estado libre asociado de Estados Unidos, como Puerto Rico. Sus habitantes son ciudadanos estadounidenses, pero no pueden votar en las elecciones presidenciales ni tienen representación en el Congreso. En pleno Océano Pacífico, está a unas horas de vuelo de Australia, país natal y destino de Assange para saborear la libertad.


La propia jueza ha preguntado por qué se había presentado el caso en su juzgado. El fiscal estadounidense Matthew McKenzie ha explicado que la razón era la cercanía al país de origen de Assange. La víspera, el Departamento de Justicia ya había anticipado que el fundador de Wikileaks había rechazado comparecer ante un juzgado de los Estados Unidos continentales.

Tras prestar juramento, el acusado ha contestado a algunas preguntas preliminares y ha hecho constar su renuncia a que su imputación sea decidida por un gran jurado. Ha confirmado que no fue amenazado ni coaccionado para firmar el acuerdo, firmado en el aeropuerto de Stansted (Londres). Assange se ha declarado culpable de un solo delito de conspirar para obtener y diseminar ilegalmente información clasificada relacionada con la defensa nacional de Estados Unidos, castigado con un máximo de 10 años de cárcel, pero para el que los fiscales aceptan que solo se le condene al tiempo de prisión ya cumplido.

Assange se ha definido como un periodista, y ha declarado que considera que su actuación al instigar a su fuente, Chelsea Manning, a proporcionarle información clasificada debería estar protegida por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que consagra la libertad de expresión. Al tiempo, ha admitido que violó con sus actos la ley de Espionaje y que sería difícil ganar en un juicio su caso.

Antes del acuerdo, el Departamento de Justicia acusaba a Assange de 17 delitos contra la Ley de Espionaje y uno por intromisión en un ordenador. El editor australiano se enfrentaba a una pena máxima de 175 años de prisión, principalmente por la filtración de más de 250.000 documentos clasificados del Departamento de Estado estadounidense en noviembre de 2010. EL PAÍS fue uno de los medios que participó en el esfuerzo concertado de publicación de estos papeles.

Antes de ratificar el acuerdo, la jueza Manglona le ha preguntado a Assange si estaba contento con el proceso. “Eso podría depender del resultado de la vista”, ha bromeado, según la periodista del Washington Post presente en la sala. El resultado ha sido satisfactorio. “Le sentencio al tiempo que ya ha cumplido”, ha dicho más tarde la jueza, que ha validado el acuerdo entre las partes. “Con este pronunciamiento parece que podrá salir de este tribunal como un hombre libre. Espero que esto restablezca un poco la paz”, ha añadido Manglona, que ha recordado que la isla de Saipán celebraba esta semana 80 años de su propia libertad. Assange ha quedado en libertad. Al salir del juzgado, la sonrisa ya era completa.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 


martes, 25 de junio de 2024

DANS D'AUTRES NOUVELLES

 

SIN (CON) PALABRAS

HUMOR NEGRO

UNA PUERTA Y UN CUMPLEAÑOS

13° en La Esperanza, no puedo quejarme. Hoy he tenido que subir en taxi porque la puerta del garaje decidió no abrirse; bueno, no es cierto del todo, se abría únicamente unos 30cms, de manera que me fu imposible sacar el coche o la moto. Así, sentado en el salón jugando a Merge Hexa, unos hexágonos muy entretenidos, esperé desesperado hasta que no aguanté más, llamé a un taxi y voilà. Nuestra dependencia de estos pequeños robots, en este caso el que abre y cierra el acceso al garaje, es tal que no terminamos de darnos cuenta lo inútiles que somos sin electricidad o cuando "ellos" deciden no funcionar como es debido. 
Todo después de una noche en la que, por fin, dormí de un tirón al haber decidido cambiar el sillón del despacho por un colchón hinchable de 2m de largo. Al principio me movía un poco más de lo normal, pero en un tris me quedé frito y hasta esta mañana. El karma es sabio y debió haber pensado: vamos a darle una de cal y otra de arena, no vaya a ser que se acostumbre a lo bueno, ¡deténgase la puerta automática!
¿Cómo quejarse? Pues no, nada de eso. Que fluya.
P, ¡muchas felicidades!

lunes, 24 de junio de 2024

OTHER NEWS

 

ARMARIO

El armario del trabajo: parte del colectivo LGTBI+ renuncia a derechos por miedo a un castigo laboral
Los insultos o los comentarios hirientes cercenan la visibilidad en los centros laborales por temor a verse perjudicadas. El miércoles, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, presenta un proyecto para intentar atajar el problema.
Emilio Sánchez Hidalgo, 24.07.2024

Carmen tiene 29 años y es profesora de Lengua y Literatura en un instituto concertado. No está en sus planes a corto plazo, pero ve la maternidad en el horizonte junto a su pareja, Estela. Si diese ese paso ahora, lo haría renunciando a derechos de los que sí disfrutan sus compañeros heterosexuales: ella no es visible en el centro educativo religioso en el que trabaja. No ha salido del armario en su trabajo para “evitar problemas o malas caras”. “No saben que tienes pareja y de repente estás embarazada, pues es raro no explicar nada. No es viable ocultarlo. Si me caso, haría por hacerlo en las vacaciones de verano para no tener que explicar por qué cojo días a mitad de curso. Si mi pareja se pone mala, pues querría los días que me correspondiesen. Es algo que no me hace sentir bien. No era consciente de lo que me iba a afectar”. Como Carmen, miles de personas del colectivo LGTBI+ enfrentan todo tipo de problemas por no ser visibles en sus trabajos, por miedo a la hostilidad que les acecha.

Los estudios realizados hasta la fecha difieren sobre la dimensión del problema en España. Un análisis de UGT estima que el 40% de los trabajadores LGTBI+ no son visibles en su puesto; cerca del 50% que estima la empresa de recursos humanos Manpower. Por su parte, la FELGTBI+ (Federación Estatal de lesbianas, gais, trans, intersexuales y más) eleva este porcentaje al 70%. Sea como fuere, todos los informes identifican una proporción importantísima de trabajadores del colectivo que optan por esconderse, mucho mayor que la se alcanza con amigos y familiares.

Toño Abad, responsable del área LGTBI+ de UGT, está cansado de escuchar voces que rechazan la importancia de este asunto. “Te dicen que qué más da, que ellos tampoco hablan de su vida en el trabajo. No entienden el problema de que lo ocultes de forma consciente para evitar situaciones de violencia, que escondas una parte de ti constantemente por miedo a ser rechazado”. Abad relaciona esta falta de visibilidad con otro dato del estudio de su sindicato: el 30% del colectivo LGTBI+ ha sufrido agresiones verbales en el trabajo, un 52% insultos y hasta un 78% chistes o rumores sobre su orientación sexual.

“Frente a esa situación, la estrategia de muchas personas es callarse en el trabajo. Y tirando del hilo descubres que se ocultan para no sufrir violencia, que renuncian a derechos por miedo. Eso no puede ser”, añade Abad, que conoce casos de primera mano de personas que no paran de trabajar tras la muerte de su pareja o durante ingresos hospitalarios. “El colectivo LGTBI+ tiende a no manifestase en el trabajo por miedo a la discriminación, lo que nos indica un problema grave de convivencia en los centros laborales”, insiste Carolina Vidal, secretaria confederal de mujeres, igualdad y condiciones de trabajo del sindicato CC OO.

David Senabre renunció a derechos: “Durante dos décadas de carrera laboral no fui visible. Estaba en una empresa internacional que te aseguraba tres billetes de avión al año para disfrutarlos con tu familia. Pues yo renuncié a ellos porque no quería visibilizar que mi pareja era un hombre”. Ahora, ejerce como coordinador del Grupo Laboral de FELGTBI+, posición desde la que procura concienciar a las empresas. “Muchos directivos piensan que cuando hablamos de visibilidad fomentamos una conversación sobre sexualidad y no es eso. Es hablar de tu vida personal de forma natural, de socializar sin esquivar una conversación. Lo normal es que sepas cómo se llama la pareja de tu jefe, qué estudia su hija... Pasas ocho horas en el trabajo, ¿cómo no vas a compartir eso?”.

Evitar esas conversaciones tan naturales supone un esfuerzo, una carga mental que redunda en una pérdida de productividad. “Una vez sales del armario eres más productivo”, afirma Vicenç Alvaro, director de marketing para el sur y el este de Europa en Manpower. Lo vivió en primera persona, una vez dio el paso: “Si dedicas tiempo de tu vida diaria a estar preocupado en qué historia vas a inventarte, rindes menos. Es una carga mental, una molestia adicional que no te ayuda en nada. Una vez me visibilicé, me sentí mucho mejor; es como que abres una puerta y corre el aire. Redunda en cómo haces tu trabajo”.

El paso de Alvaro, de 43 años, ha tenido un efecto positivo en su empresa, según todos los expertos consultados: que un cargo directivo se visibilice ayuda en gran medida a que el resto de la plantilla sienta que también puede hacerlo. “Muchas personas puede que se oculten por miedo a que les afecte negativamente en la promoción interna. Es importante que vean que su carrera no está techada”, añade. La encuesta de FELGTBI+ indica que solo el 10% del colectivo sale del armario ante sus responsables, frente al 27% que sí lo hace ante sus compañeros. La proporción más baja es la de los que dan el paso ante su clientela; solo un 8%.

Sectores problemáticos y sectores refugio

No hay datos que desagreguen por sectores, pero la vocal de empresas de FELGTBI+, Niurka Gibaja, asegura que el problema es mayor en los sectores más masculinizados. “En ellos hay un doble techo de cristal. Está el de las mujeres y también el de la diversidad. En algunas de estas empresas es una amenaza que seas distinto al canon heteronormativo”. Entre los sectores más problemáticos cita la construcción o la abogacía. El nivel formativo es muy distinto en estos sectores, pero comparten la preeminencia de hombres en sus plantillas. “Uno podría pensar que hay más homofobia en una cadena de montaje de una fábrica que en un estudio de ingeniería, pero no es verdad. La clave no es la capacitación, sino los valores que se tengan”, reflexiona Abad.

Senabre, acostumbrado a tratar estos asuntos con grandes empresas, asegura que en alguna compañía le han requerido formación en diversidad para el personal de oficinas, pero no para el de fábrica. “Te dicen que es complicado, que mejor así, pero intentamos hacerles ver que esto debe ser transversal”. En la misma línea, los expertos aseguran que el colectivo enfrenta más problemas en las empresas pequeñas que en las grandes, muchas de ellas internacionales y más comprometidas con la diversidad.

Aquellos en los que resulta más fácil visibilizarse son los llamados “sectores refugio” ―la mayoría muy feminizados― como la sanidad o la moda. “Hay una segmentación forzada del mercado laboral, ya que buscas espacios donde te sientas más seguro. Eso hace que reduzcas tus expectativas laborales a unos pocos sectores concretos, lo que supone una pérdida de talento brutal”, opina Abad.

Normativa para solucionar el problema

El Ministerio de Trabajo presenta el miércoles 26 de junio el acuerdo con patronal y sindicatos sobre las medidas a adoptar para lograr un entorno laboral más igualitario para las personas LGTBI+. Será la primera vez en más de un año en que los empresarios concurren en un pacto junto al ministerio y los sindicatos. Sin embargo, fuentes del diálogo social indican que CEOE no participará en el acto de presentación. No saldrá en la foto. Preguntada al respecto, la patronal no precisa este extremo.

El pacto alcanzado es un desarrollo reglamentario de la ley trans: establece que los convenios colectivos deberán contemplar cláusulas específicas de igualdad de trato y no discriminación; precisa que las empresas deberán impartir formación para evitar la discriminación del colectivo en entrevistas y ascensos; fija la inclusión de un protocolo frente al acoso y la violencia; y que “se promoverá” la “heterogeneidad de las plantillas para lograr entornos laborales diversos”. Este conjunto de medidas debe aplicarse de forma obligatoria en las compañías con más de 50 empleados, pero puede interpelar a muchas otras de menor tamaño, ya que ha de trasladarse a todos los convenios.

El Ministerio de Trabajo cataloga este acuerdo “tripartito” como “un cambio cultural en la gestión laboral en España”. “Ahora los contenidos que tienen que ver con el respeto a la diversidad, orientación sexual y las identidades de género van a ser elementos normales, naturales de los convenio colectivos”, añade el departamento de Yolanda Díaz.

Vidal fue la representante de CC OO en la negociación de esta normativa: “Es clave: va a ayudar a evitar la LGTBIfobia y va a ser una herramienta para proteger mejor los derechos humanos en la negociación colectiva. Me parece una posición política muy potente”. Coincide con el negociador de UGT, Abad: “Este reglamento va a cambiar el paradigma para muchas personas, va a cambiar la cultura en muchas empresas. Creo que es el avance más importante que logramos desde el matrimonio igualitario”. “Es un momento histórico. Vamos a ser uno de los primeros países en tener este tipo de reconocimiento”, finaliza Gibaja.

Ambos sindicalistas destacan la importancia de esta normativa para las personas trans, las que más discriminación laboral sufren del colectivo. “Hay personas que pasan toda su vida ocultas, viviendo con un género que no es el suyo, y que no dan el paso de transitar hasta que se jubilan”, relata Senabre, que conoce estos casos por su papel en el programa de inserción laboral de FELGTBI+ Yes we trans. “No se atreven hasta que no se liberan de la carga laboral. Así de importante es el trabajo en la vida de las personas”.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 



domingo, 23 de junio de 2024

PIROTECNIA


Es sabido que la ópera no deja indiferente a nadie, o te gusta o la aborreces. De ahí que a una representación suela ir la gente a la que le gusta (bueno, siempre habrá algún snob que se trague el "tostonazo". A ver cuándo si se muere ya la gorda, escuché una vez decir a alguien en Tosca). En cambio, a las galas líricas suele ir más gente: el programa es muy conocido, las arias muy famosas y normalmente el cantante es de renombre, de manera que éstas atraen a un público más amplio y variopinto.
Anoche, en la Calatravada, léase el Auditorio de Tenerife (por cierto, ya no lo denominan Adán Martín), asistimos a un concierto lírico con piezas operísticas y de zarzuela, todas conocidas, con el tenor Xabier Anduaga y la Orquesta Sinfónica. Mucha gente, aunque no lleno, el concierto estuvo muy bien con el público realmente entregado, tanto que no esperaban a terminar la pieza ávidos de aplaudir, de gritar bravo, de levantarse y poco menos que tirar rosas al escenario. Qué pena que ya no se griten aquellas ordinarieces como "queremos un hijo tuyo" o se tiren sostenes al escenario, cosa que animaba mucho. Así, terminando con música de zarzuela, tarareada por el grupo de señoras que se acercaban al garaje al mismo tiempo que yo, di por terminada la noche y me dispuse a volver a casa en la moto.
Comentaba lo de la gente que suele ir a este tipo de espectáculos a colación de sendos espectadores sentados cerca de mi, ella a mi izquierda, él detrás.


PETARDO(A) 1: Minifalda, pelo largo, tacones y acurrucada a su novio durante todo el concierto, apoyó su móvil sobre la falda, encendido (con poca luz, menos mal), y estuvo todo el rato pendiente de los whassaps, a los que contestaba uno por uno, porque la señorita era fina y educada, como no iba a ser de otra manera. 

PETARDO 2: un señor que no paró de explicarle pieza por pieza a quien tenía al lado, que si esto era de tal compositor o de tal ópera, que si el coro era un himno político italiano en tal guerra, que si había visto en el Guimerá esta zarzuela, incluso que un aria podía bailarse como una jota. Al final, escucho como guinda: "bueno, encantado de conocerte". La pobre mujer, se le sentó un comentarista al lado, qué horror. ¡Que le devuelvan el dinero!

sábado, 22 de junio de 2024

ABSOLUTA BELLEZA

 


MALOS TIEMPOS, POLÍTICOS MALOS


Como si de un oxímoron se tratase, leo estos días el espectáculo de Ayuso en Madrid con la medalla al inefable Milei. No hablo de ideología, de políticas más o menos conservadoras ni siquiera de partidos políticos. Sí hablo, en cambio, de lealtad; lealtad instituciona, lealtad política, lealtad entendida como cada uno la entienda.
Hace unos años me ofrecían cambiar mi cuenta de mi banco de siempre a uno nuevo ofreciéndome esto y aquello. No, dije, estoy bien donde estoy y creo en la lealtad. Me miraron como a un bicho raro.
También recuerdo a un alcalde que me hablada de una funcionaria con un puesto importante que había caído en desgracia. En la conversación me la describía nombrándola "tu amiga" de forma recurrente. Mi amiga, sí, le dije, y si algún día a ti te pasa algo que sepas que yo seguiré pensando que somos amigos, no te voy a dejar tirado.
En estados Unidos, don de los presidentes se cambian cada 4 años, republicanos, demócratas y hasta alguno independiente -al menos en el cine-, estos son venerados como tótems e, incluso perteneciendo a partidos opuestos, al convertirse en former President siguen representando al país en las más altas esperas, orgullosos de él. Sería impensable (salvo, quizá, Trump, que parece ser la excepción que confirma la regla) escuchar a un expresidente norteamericano criticando en público o en los medios al nuevo presidente electo. Allí la lealtad es algo intrínseco y el respeto al cargo inalterable. Impensable, por tanto, imaginar a un Aznar o a un Felipe González soltando allí las perlas que leemos en España.
Ayuso, verso suelto donde los haya, tanto en el amplios espectro político como en el propio PP, desafía y provoca al Estado con estos espectáculos que obligan hasta la propia cúpula de su partido a tragar sapos y justificarla. Mal estamos cuando un cargo importante como Ayuso se salta las reglas democráticas jaleadas por el Jefe de la Oposición. 
Así estamos.

viernes, 21 de junio de 2024

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 

OTHER NEWS

 



SAN FRANCISCO AT NIGHT, 1904

 

PARA QUÉ SIRVE UN AMIGO


¿Y si mi mejor amigo se vuelve terraplanista?
JAIME RUBIO HANCOCK, 21.06.2024. FILOSOFÍA INÚTIL, EL PAÍS

Buenas:

Cada vez hay más partidos ultra y cada vez suenan más desquiciados. Si esto sigue así, a las próximas elecciones se va a presentar Falange Terraplanista, con un solo punto en el programa: desarrollar la tecnología necesaria para desvacunarnos.
La aparición de nuevos partidos cada vez más ridículos nos ha traído sorpresas: amigos y familiares destapan en chats de WhatsApp afinidades inesperadas y, como es natural, a ellos les parece también extrañísimo que nosotros no estemos de acuerdo sus ideas, por muy marcianas que nos parezcan.
¿Podemos dejar de ser amigo de alguien que no piensa más o menos como nosotros? Es más, según lo que piense esta persona, ¿tenemos la obligación de dejar de ser sus amigos?


Hay dos extremos en los que parece fácil contestar a la pregunta. Si nuestro amigo cree que el mejor color del mundo es el azul y a nosotros nos gusta el verde, no pasa nada. Sería muy raro que alguien terminara una amistad por eso. Pero si nuestro amigo se hace literalmente nazi y quiere exterminar a los judíos, pues a lo mejor tiene sentido al menos poner algo de distancia.
Lo más difícil son las zonas intermedias, como siempre. Es decir, cuando hay grandes desacuerdos sobre cómo vemos algunos asuntos importantes.
Un argumento a favor de mantener la amistad es que tenemos obligaciones especiales con amigos y familia, que se diferencian de las obligaciones que tengo con cualquier persona, la conozca o no. Por ejemplo, si una pareja tiene hijos, tiene también la obligación de cuidarlos. Pero no tiene la obligación de cuidar a todos los bebés del mundo. Por supuesto, estas obligaciones especiales no bastan para mantener relaciones a cualquier precio. Por ejemplo, si no son recíprocas, como en el caso de los malos tratos.
Los amigos se diferencian de la familia en que a veces los escogemos y a veces no son para siempre, pero también generan obligaciones. Séneca escribía en una de sus Cartas a Lucilio que hay que meditar antes de hacerse amigo de alguien. “Después de la amistad, todo se debe creer; antes, todo debe juzgarse”. Es decir, la cosa cambia después de 20 años, aunque solo sea por todas las vivencias que hemos compartido.

Para qué sirve un amigo


Aristóteles escribía en su Ética a Nicómaco que la amistad puede estar basada en el placer, en la utilidad o en la virtud. Aristóteles considera que la mejor forma de amistad es la tercera, la basada en la virtud: queremos a nuestros amigos por cómo son y porque nos empujan a ser mejores. Lo que significa que si creemos que un amigo (o un familiar) se equivoca (o si creemos que se equivoca), no deberíamos darle la espalda. De los amigos aprendemos y de nosotros aprenden también ellos, por poco que sea. Sobre todo con el ejemplo, y no tanto con las discusiones en WhatsApp. Decía Séneca que Platón y Aristóteles “aprendieron más de la conducta que de la doctrina de Sócrates”.
Además, hemos de recordar dos cosas:
1. Nunca estaremos de acuerdo en todo con todo el mundo. El filósofo británico Simon Critchley recordaba en un artículo en The New York Times que nuestras relaciones con los demás han de basarse en un principio de tolerancia y que siempre hay un área gris de negociación y aproximación.
2. Sé que esto suena extraño, pero a lo mejor estamos equivocados nosotros (¡!). Escuchar opiniones diferentes nos ayuda a reevaluar las nuestras, sobre todo si es de gente en quien confiamos. Si solo tenemos cerca a personas que nos dan la razón, lo único que hacemos es retroalimentar un sistema de creencias.
Hay que recordar lo que dijo Bertrand Russell en una entrevista. Le preguntaron si daría su vida por sus ideas y contestó: “No, podría estar equivocado”.

Amigos no polarizados

Las amistades de personas que pertenecen a grupos diferentes ayudan a mitigar la polarización, precisamente porque contribuyen a una visión más compleja y moderada de los demás. Es más difícil creer que todos los rojos son el demonio o que todos los fachas nos quieren ejecutar si tenemos amigos de izquierdas o de derechas, según el caso. No los vemos como al otro, como a un enemigo, sino como a personas concretas que piensan de modo diferente. Y esto ayuda a que el debate público sea más civilizado y nos resulte más fácil llegar a acuerdos.
Es decir, cuando mantenemos una amistad con alguien que piensa diferente, estamos beneficiando a toda la sociedad (un poco) porque es más difícil que esa persona acabe creyendo lo que dicen en según qué grupos de Telegram. Y así contribuimos a la virtud del afecto cívico, de la amistad cívica, de la que también hablaba Aristóteles.
Esto ocurre cuando coincidimos en los objetivos. Por ejemplo, acabar con el paro o mejorar la sanidad. Pero discrepamos en los medios más indicados para lograr este fin. Un liberal cree que debe primar la iniciativa privada y un socialdemócrata quiere que el Estado asegure la igualdad de condiciones de partida. Pero, como hay un mismo objetivo, se puede trabajar desde la diferencia para intentar llegar a acuerdos y resolver disputas, aunque no siempre se logre.
Es como cuando quedamos para cenar con unos amigos y todos quieren ir a un sitio diferente: a uno le apetece sushi, otro conoce un italiano buenísimo, hay uno que quiere ir de tapeo... El objetivo final es el mismo, comer bien y pasar un buen rato. Solo hay que buscar un acuerdo.
El problema viene cuando los fines no coinciden o no son compatibles. O cuando no podemos plantear el problema como una cuestión de medios y no de objetivos. Por ejemplo, cuando una persona cree que los derechos han de ser diferentes según el color de la piel, el género o la orientación sexual. Aquí ya es un poco más difícil resolver el problema. Volviendo al ejemplo de los amigos, sería como si uno de ellos quisiera que tú te quedaras en casa. Entonces ya no hay amistad y deja de tener sentido intentar mantenerla.

BELLEZA