En las postrimerías del franquismo, la gente joven, léase sobre todo los universitarios, fueron la punta de lanza de la oposición al régimen. Pedían democracia, corrían delante de "los grises", leían a Marx y a otros filósofos,,, en resumen, suspiraban por un cambio en España. Y el cambio llegó; muerto Franco España tuvo sus primeras elecciones democráticas (¡votó tras 40 años!), aprobó la Constitución y elección tras elección hemos llegado hoy aquí.
Formé parte ayer del engranaje electoral ayer, no sólo por haber votado -lo hice por correo al no estar en Gran Canaria-, sino participando de lleno en un colegio electoral al acudir como representante de la Administración, ya saben, los que abren y cierran el colegio, envían los datos a la Junta Electoral, echan una mano en lo que pueden, etc. Durante el escrutinio aparecía una y otra vez el partido no-sé-qué Se Acabó La Fiesta, del que nadie había oído hablar. ¿Serán de derechas o de izquierdas? ¿será una rosa? ¿será un clavel? Terminada la jornada y tras despedirme de mis compañeros bajé a Santa Cruz y en casa estaba mi sobrino, 29 años, al que pregunté ¿votaste? No, fue la repuesta, ni más ni menos.
Como estuve la jornada electoral completa sentado en una meda adyacente a la del Presidente y los dos Vocales, sé quién vino a votar y puedo decirles que ni el 20% era gente joven. ¡Qué digo el 20, ni el 10%! Gente ya muy mayor y de mediana edad, incluso una pareja de ancianos a la que hubo que subirles la urna a pie de calle.
Hacía dos días que tuve que acercarme a un velatorio, había fallecido el padre de un amigo al que conozco desde que nació. Estaba tomando un café con dos amigos, calculo que rondaban los 30, y me senté con ellos a tomarme un café. Como se acercaban las elecciones europeas terminamos hablando de política y uno de ellos dijo que en las últimas elecciones nacionales había votado a VOX.
30 años, repito.
Ah, te felicito, qué suerte ser tan joven y rico.
¿Rico? dijo. No, no soy rico, tengo un sueldo como todos.
Vamos, un asalariado, ¿no?
Sí, exacto.
Ahí fue cuando raudo y veloz cambié de tema para no contestarle al pibe lo que se me había pasado por la cabeza.
Pues así estamos, a la gente joven no le interesa votar, tan autocomplaciente e ignorante como para despreciar los logros conseguidos en España por las generaciones anteriores, convencidos de que lo que hay es imperecedero, de que mantener la democracia no cuesta nada porque ellos, que lo tienen todo porque se lo merecen, tienen el futuro asegurado.
Ya, el que ese partido fiestero haya empatado con otro "histórico" gracias a los votos jóvenes recabados en campañas online, youtube, tik-tok, Instagram Facebook y s.p.m., es sólo la parte del iceberg que podemos ver.
La lección de la gente joven ha sido penosa.
"Fui a votar contra la ultraderecha", escribe un amigo. La mejor frase para comenzar este lunes de resaca electoral donde tendremos que aguantar el consabido "hemos ganado las elecciones" en boca de todos.
Para vomitar.
PD. Escuchado en mi trabajo: yo voté por el PP (50 años). Mis hijos votaron a "Se acabó la fiesta" (18 y 19 años).
PD2. Una de cal y una de arena. Alcaraz gana el Roland Garros ayer.
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