Me entregan el pin de plata por mis 25 años de colegiación, o lo que es lo mismo, me recuerdan cuándo terminé la carrera y que soy 25 años más viejo también. Yo sigo aquí, aguantando, cada vez más cansado, pero por el camino se han ido muchos profesores -como Carmelo Padrón estos días, Pepe Juan, y tantos otros; trabajadores de la Escuela de Arquitectura, compañeros arquitectos, amigos, mi socio Juan... Supongo que si puedo contarlo es que la cosa va bien, pero teniendo que la tómbola de las enfermedades está siempre vendiendo boletos mejor hablar de algo menos tétrico.
Nunca he sido muy corporativista y sí muy crítico, el Colegio de Arquitectos pocas veces ha estado a la altura de las circunstancias sociales o políticas, pero aquí seguimos, aquí sigue a pesar de la crisis y de los cambios que hemos visto en nuestra profesión. Sólo resta agradecer los años que han pasado y seguir expectante con lo que nos vienen por delante, si hay suerte.
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