Esta sensación de desasosiego que no se va es dura y desagradable. Es imposible ya aislarse de esta realidad que nos rodea; la radio, la televisión, los periódicos... cualquier conversación en el bar acaba siempre en el mismo tema, la crisis y el final que no se ve. Esta misma tarde estuve hablando un rato con mi socio, en el estudio, y me preguntaba: y si esto sigue así ¿qué haremos?
Ahora desde el Gobierno nos piden solidaridad a los funcionarios, personal laboral y pensionistas. Sí, hasta los pensionistas tienen que arrimar el hombro. Al mismo tiempo de leer estas declaraciones me llega un e-mail con los sueldos de los altos cargos en Canarias, sueldos algunos de más de 100.000€ al año; ¿esta gente va a arrimar el hombro también? ¿y para cuándo una ayuda de los bancos a la maltrecha clase media? Luego esperan que la sociedad no esté harta de los políticos. Lo que no sé es cómo no hemos llegado a la anarquía.
Una de las cosas que más me duele es que Zapatero va a conseguir que Rajoy llegue al Gobierno, con su camarilla al frente, Esperanza Aguirre, la Cospedal, Mayor Oreja... Terrible, saliendo de la crisis y entrando de lleno en la España medieval. Ya no me apetece ni levantarme por las mañanas para ir a trabajar. Bueno, vale, aún quedan 2 años antes de las próximas elecciones, crucemos los dedos.
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