Mi trabajo de las mañanas a veces te da sorpresas, unas buenas y otras no tanto. Mi experiencia de esta mañana fue estupenda, de esas que te dejan un buen sabor de boca durante todo el día. Tenemos pendientes unos arreglos en una escuela infantil y me acerqué a ver cómo iban a ser las obras, cómo acometerlas, la mejor distribución, etc. Aprovecharon para enseñarme las instalaciones del centro y ver también cómo habían quedado las últimas obras que habíamos ejecutado allí. Durante el recorrido me enseñaron los dormitorios, donde todos los niños del centro estaban durmiendo su siesta diaria, todos en sus pequeñas camas, tapados con mantitas escocesas, como un tronco y algunos en posturas inimaginables. De fondo música para bebés y un sonido de suaves ronquidos en el ambiente. ¡Qué bonito fue ver a todos estos niños durmiendo!
Al regresar a la oficina pensaba ¿quién puede hacerle daño a un niño?
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