Entre mi ideario, pobre o no pero mío e intransferible, está el amor por lo animales, me atrevo a decir amor irracional. De ahí que no entienda la cantidad de argumentos históricos, eruditos e intelectuales que están saliendo en los medios para defender la tauromaquia. Muchos argumentos que caen, todos, uno por uno, ante la evidencia de la TORTURA.
Somos los españoles un pueblo con tradiciones bárbaras, sin duda, pero poco a poco las vamos erradicando gracias a la buena voluntad, el sentido común y la empatía hacia los demás seres vivos. Atrás quedó el tirar a la cabra del campanario o la barbaridad del toro de Tordesillas, entre otras "tradiciones".
A pesar de los intelectuales defensores, espero ver cómo se prohíbe esta fiesta en mi país.
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