No se me ocurre nada que escribir, o por el contrario no pararía de hacerlo. Ha vuelto la barbarie en forma de atentado suicida, esta vez en Manchester, perpetrado por un joven de 23 años de origen libio, ¡23 años! ¿Qué mueve a una persona a realizar este acto tan terrible? ¿es que la vida ya no vale nada?
Mi hermana vivió en Manchester dos años, ahoya ya no. Pero sí las hermanas de otros hermanos, los hijos de otros padres, los amigos de otros amigos. Todos muertos. ¿La razón? Ya no me atrevo a decir que es la maldita religión, el extremismo no es religión; el terrorismo es sólo eso, terrorismo, asesinatos a sangre fría, no hay nada que lo justifique. Nada. Nunca.
Desear que las guerras se terminen, que el terrorismo desaparezca, que el dichoso Estado Islámico y cualquier otro grupo, sea cual sea, decida dejar de matar, podrá ser una ingenuidad, pero torres más altas han caído.
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